jueves, 10 de abril de 2025

Viajes. El alzhéimer es más fácil de detectar que nunca gracias a un análisis de sangre

La enfermedad de Alzheimer podría ser detectada ahora con un simple análisis de sangre mucho más preciso que los anteriores, gracias a un avance que suena a ciencia del futuro, pero que ya es presente.

Investigadores del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) y del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, en colaboración con centros de Suecia e Italia, han diseñado una herramienta diagnóstica basada en el análisis del biomarcador phospho-tau217 en sangre

Este indicador, que aparece en fases muy tempranas del deterioro cognitivo, ha demostrado ser capaz de detectar con más del 90% de precisión la presencia del alzhéimer en pacientes con síntomas incipientes, según publica la revista Nature Medicine.

Concretamente, en la investigación participaron 1.767 personas con síntomas cognitivos de cinco cohortes en Suecia, España e Italia. La prueba mostró una precisión del 89 al 91 % en entornos de atención secundaria y del 85 % en atención primaria. Sin embargo, la precisión disminuyó al 83 % en participantes mayores de 80 años.

Este nuevo análisis, sencillo de realizar en laboratorios hospitalarios, representa una alternativa menos invasiva y más accesible que las pruebas actuales. 

Mucho más accesible

Hasta ahora, para detectar la enfermedad de forma temprana, era necesario recurrir a técnicas como la punción lumbar —para extraer líquido cefalorraquídeo y analizar proteínas tau anómalas— o al PET de amiloide, una prueba de imagen altamente especializada y costosa. Ambas opciones, aunque precisas, presentan limitaciones logísticas y éticas, especialmente si se plantean como cribados masivos en población sin síntomas.

La aparición de estos biomarcadores en sangre no solo abre la puerta a un diagnóstico temprano, sino también a una transformación en la forma en que abordamos la enfermedad. Detectar el alzhéimer en sus primeras etapas es esencial para preparar un tratamiento adecuado y ralentizar, aunque sea levemente, el imparable avance de la neurodegeneración

Una enfermedad devastadora

El alzhéimer es actualmente la enfermedad neurodegenerativa más común, y en España afecta a alrededor de 800.000 personas. Aunque los tratamientos actuales apenas logran frenar su evolución, cada nuevo avance en el diagnóstico y la intervención temprana se percibe como una victoria.

En este sentido, ya se vislumbra un cambio de paradigma: no solo tratar cuando los síntomas sean evidentes, sino anticiparse a ellos, incluso décadas antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente.

Estudios previos en personas con predisposición genética al alzhéimer han revelado que los cambios en el cerebro comienzan mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas. Las alteraciones en proteínas como la tau o el beta-amiloide pueden acumularse silenciosamente durante años. Detectar estos indicios en sangre, sin necesidad de someter al paciente a procedimientos invasivos, puede marcar una diferencia sustancial en la calidad de vida futura de los afectados.

Lecanemab

La ciencia no camina sola. Avanza a menudo en tándem con la tecnología, el diagnóstico precoz y las decisiones políticas. En las últimas semanas, la Agencia Europea de Medicamentos ha aprobado la comercialización del lecanemab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra las placas de beta-amiloide, una de las proteínas implicadas en la enfermedad de Alzheimer. Aunque sus efectos clínicos son limitados —ralentiza de forma modesta el deterioro cognitivo en fases tempranas—, representa el primer paso tangible hacia un tratamiento farmacológico con base biológica para esta dolencia neurodegenerativa.

El ensayo clínico más reciente, de 2023, mostró que el fármaco redujo la progresión de los síntomas un 27 % en comparación con el placebo, tras 18 meses de tratamiento. No es una cura, pero sí una señal de que el abordaje etiológico, y no solo paliativo, es posible.

Más allá de su impacto directo, algunos expertos ven en el lecanemab una pieza que encaja dentro de un enfoque más ambicioso: la prevención. Si se combina su uso con pruebas diagnósticas basadas en sangre —como las que miden niveles de phospho-tau217, una variante de la proteína tau asociada con los primeros cambios en el cerebro— podríamos estar ante una revolución silenciosa. La posibilidad de detectar la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas clínicos abre una nueva era: la de la medicina preclínica personalizada.

El horizonte del alzhéimer ya no está teñido únicamente de incertidumbre. Con cada avance, se perfila una ruta más clara hacia la esperanza. Puede que aún falte para que esta enfermedad sea totalmente prevenible o curable, pero con tecnologías como el análisis de phospho-tau217, estamos más cerca de ese escenario.



via Sergio Parra https://ift.tt/ic83z2D

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