miércoles, 30 de abril de 2025

Viajes. ¿Cuántas centrales nucleares hay en España?

Hay estructuras que, aunque silenciosas y a menudo invisibles al ojo cotidiano, son columna vertebral del suministro eléctrico. Tal es el caso de las centrales nucleares de España, cuyo papel en el mix energético ha vuelto al centro del debate tras el reciente y sorpresivo apagón que dejó al país temporalmente a oscuras. 

Aunque a menudo son relegadas en las conversaciones sobre sostenibilidad, estas instalaciones siguen siendo cruciales en la estabilidad del sistema.

Actualmente, España cuenta con cinco centrales nucleares en funcionamiento, albergando un total de siete reactores repartidos estratégicamente por el territorio. Las plantas activas se ubican en Almaraz (Cáceres), Ascó (Tarragona), Cofrentes (Valencia), Trillo (Guadalajara) y Vandellós II (también en Tarragona). Entre ellas, Almaraz y Ascó operan con dos reactores cada una, mientras que el resto cuenta con uno. 

Todos son reactores de agua a presión, con una potencia eléctrica conjunta que supera los 7.398 megavatios (MW).

Más allá de estas instalaciones en activo, existen otras que ya están fuera de servicio y actualmente en proceso de desmantelamiento, como Vandellós I, José Cabrera (Zorita) y Santa María de Garoña. Estos antiguos baluartes de la energía nuclear forman parte de una generación anterior de infraestructuras que jugaron su papel en el desarrollo eléctrico del país, pero que hoy son testimonio del cambio de era energética.

Durante el año 2024, la energía nuclear ha vuelto a demostrar su relevancia: aproximadamente el 20% de la electricidad generada en el país provino de sus reactores. Esto la convierte en la segunda fuente de generación, tan solo por detrás de la energía eólica, según datos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y otros organismos especializados.

Una red frágil

El gran apagón que sacudió a España y parte de Europa recientemente destapó la fragilidad de una red eléctrica cada vez más dependiente de fuentes renovables. En apenas cinco segundos, una pérdida súbita de 15 gigavatios (GW) forzó la desconexión del sistema ibérico del resto del continente. Las primeras investigaciones apuntan a una pérdida inesperada de generación fotovoltaica en el suroeste del país como posible detonante.

Este evento ha reabierto interrogantes sobre la solidez del modelo energético basado casi exclusivamente en fuentes renovables. La intermitencia de la solar y la eólica —vulnerables al clima y difíciles de gestionar en tiempo real— genera desafíos técnicos considerables. 

A esto se suma que, en el momento crítico del apagón, cinco de los siete reactores nucleares se encontraban inactivos por motivos empresariales, lo que desató una lluvia de críticas sobre la planificación y gestión de estas infraestructuras críticas.

Uno de estos críticos ha sido Operador Nuclear, quien ha denunciado por X que las centrales nucleares aportan inercia al sistema eléctrico y ayudan a evitar apagones por oscilaciones de frecuencia, como ocurrió el lunes. Sin embargo, en ese momento la mitad de la potencia nuclear estaba desconectada, en gran parte por los bajos precios de la electricidad y una carga impositiva que ha aumentado un 71 % desde 2019, según PwC. Fue RedElectrica, dependiente del Gobierno, quien autorizó esas paradas, lo que redujo la disponibilidad de generadores síncronos capaces de estabilizar la red.

Frente a esta realidad, la energía nuclear vuelve a aparecer como un pilar indispensable. Su capacidad para suministrar grandes cantidades de electricidad de forma continua, sin depender de factores externos, la posiciona como un recurso esencial para asegurar la estabilidad en un sistema cada vez más tensionado por la transición energética.

No obstante, el camino por delante está trazado. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 contempla el cierre progresivo de las centrales nucleares entre 2027 y 2035. Esta hoja de ruta, concebida para acompañar el crecimiento de las energías limpias, ahora se encuentra bajo revisión informal, pues tras el apagón, muchas voces reclaman repensar esos plazos.

Mientras se perfilan los próximos años del sistema energético español, lo cierto es que las cinco centrales nucleares activas siguen siendo guardianas discretas de una parte esencial del suministro. Su presencia no solo aporta estabilidad técnica, sino que también sirve como puente necesario hacia un futuro renovable aún en construcción.



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martes, 29 de abril de 2025

Viajes. El kit de emergencia que la UE recomienda tener en todos los hogares

En el corazón de una Europa cada vez más sacudida por las turbulencias del clima, la sombra persistente de la guerra y la amenaza invisible de los ciberataques, la Comisión Europea ha alzado la voz con una advertencia clara: es momento de estar preparados

Bruselas presentó recientemente una ambiciosa estrategia de preparación civil con la que espera tejer una red de resiliencia a nivel continental. El objetivo no es otro que dotar a los ciudadanos de las herramientas necesarias para afrontar, desde sus propios hogares, las primeras 72 horas tras una emergencia de gran escala.

El plan propone una implicación directa y consciente de la población civil. No se trata solo de que los Estados miembros refuercen sus defensas ante un escenario hostil. 

Se trata, también, de apelar al compromiso cotidiano del ciudadano común, quien deberá mantener en su casa un pequeño arsenal de resistencia: agua potable, alimentos no perecederos, medicamentos esenciales, baterías eléctricas y otros recursos básicos que permitan sobrevivir durante tres días sin apoyo externo.

Programa ReArm

La Comisión considera que en un contexto de emergencia —ya sea un conflicto bélico, un desastre natural agravado por el cambio climático, una pandemia o un apagón digital masivo—, las 72 horas iniciales pueden marcar la diferencia entre el caos absoluto y una respuesta ordenada

Esta estrategia forma parte del programa “ReArm”, un plan integral impulsado por la presidenta Ursula von der Leyen que busca reforzar las capacidades defensivas del continente ante el avance de amenazas como la rusa.

Lejos de sembrar el pánico, el objetivo de Bruselas es fomentar una “cultura de preparación”, una conciencia cívica donde el autocuidado se entienda como el primer eslabón de la cadena de seguridad colectiva. Para ello, la nueva hoja de ruta contempla no solo el almacenamiento de suministros, sino también la implementación de 30 medidas clave, entre ellas formaciones especializadas y simulacros conjuntos, que serán coordinados a través de los gobiernos nacionales.

Además, la estrategia plantea campañas informativas para que cada hogar europeo sepa exactamente qué debe contener su kit de supervivencia. Entre los elementos imprescindibles se encuentran: bidones de agua potable suficientes para cada miembro del hogar, medicamentos básicos y de uso habitual, linternas y baterías eléctricas, así como víveres con una vida útil prolongada. La Comisión subraya que no basta con tener estos elementos, sino que es necesario mantenerlos actualizados y en buen estado, revisándolos de forma periódica.

Esta iniciativa llega en un momento en el que las instituciones europeas han comenzado a hablar con una franqueza inusual. “Europa debe prepararse para la guerra”, declaró von der Leyen semanas atrás, marcando un giro discursivo que refleja la creciente tensión geopolítica. Más allá de lo militar, la Comisión advierte que los ciudadanos deben asumir un papel activo en la protección civil, como sucede en países nórdicos donde estas prácticas ya son habituales.

A este cambio de paradigma se suma una serie de colaboraciones con entidades científicas y tecnológicas, que contribuirán a evaluar los riesgos más probables y diseñar respuestas rápidas y eficientes. La inclusión de ciberamenazas y crisis climáticas en la misma categoría de riesgo que los conflictos armados subraya la complejidad del nuevo tablero de amenazas. Las infraestructuras críticas —desde hospitales hasta redes de comunicación— podrían verse comprometidas, y por eso la preparación ciudadana no es un complemento, sino un eje central de esta nueva política de seguridad.

La Unión Europea no solo quiere blindar sus fronteras y sus sistemas, sino también fortalecer la fibra invisible que une a sus ciudadanos: la capacidad de cuidarse mutuamente comenzando por uno mismo. La estrategia que Bruselas pondrá sobre la mesa no es una advertencia apocalíptica, sino una llamada a la sensatez. Porque en tiempos inciertos, la prevención ya no es una opción: es la única brújula fiable que nos queda.



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miércoles, 23 de abril de 2025

Viajes. Bertha Benz, la pionera del automovilismo que cambió para siempre la forma de conducir

¿Te imaginas recorrer más de 100 kilómetros en coche, por caminos rurales, sin señalización, sin estaciones de servicio, sin un mapa y, desde luego, sin teléfono móvil? Quizás, si eres un amante del automovilismo, no te parezca del todo una pesadilla, sino una forma de disfrutar de la experiencia de la conducción en su estado más básico. No obstante, ahora imagina hacerlo en 1888, en un vehículo que nadie había visto antes, propulsado por un motor que aun generaba desconfianza…. Y siendo mujer, en una sociedad que apenas le permitía votar o estudiar.

Pues bien, Bertha Benz no solo fue capaz de imaginarlo, sino que lo llevó a la práctica. Sin embargo, mientras el nombre de su esposo, Karl Benz, quien destaca en los libros como el inventor del primer automóvil, quedó como una palabra inolvidable, el de Bertha fue perdiéndose con el paso de los años. No obstante, su visión fue la que impulsó la consolidación del automóvil como medio de transporte y su célebre viaje, lejos de ser una aventura romántica, representó un momento estratégico para demostrar que el vehículo funcionaba.

DETRÁS DEL VOLANTE

Bertha Ringer nació en 1849 en Pforzheim, en el Gran Ducado de Baden, en Suiza. Desde joven, Bertha demostró poseer una gran curiosidad hacia los temas científicos, algo que en su entorno se consideraba poco adecuado para una mujer. Las condiciones de la época le prohibieron formarse académicamente pero, cuando a los 23 años se casó con Karl Benz, un ingeniero apasionado por la idea de crear un vehículo autónomo, se le abrió la oportunidad de tomar las riendas de su vocación: en un momento en el que las mujeres no podían legalmente participar en empresas, Bertha financió a su esposo invirtiendo su dote en la compañía Benz & Cie., un gesto que mantuvo el proyecto vivo cuando los recursos escaseaban.

Sin embargo, su rol no se limitó a la parte financiera. Bertha estuvo presente durante los ensayos, observó y debatió sobre cada mejora técnica y, aunque no firmaba patentes, aportó sugerencias clave para mejorar el diseño y la funcionalidad del motorwagen. A pesar de no tener formación en ingeniería, al contrario que su marido, sí entendía el vehículo desde la la práctica: sabía identificar cuándo algo no funcionaba y, lo más importante, cómo hacerlo funcionar.

Pero, a medida que el vehículo iba tomando forma, también crecían las dudas internas en la compañía sobre el propósito del proyecto. ¿Para qué necesitaba el mundo una máquina para moverse, si ya existían caballos y carruajes? Karl, más reservado y cauteloso, no acababa de atreverse a presentar su invento al público, temeroso de las críticas y las malas reacciones. Sin embargo, Bertha sabía que no bastaba con conducir el coche: había que demostrar su utilidad. Y decidió hacerlo ella misma.

Bertha Benz a la edad de 18 años

EL VIAJE QUE CAMBIÓ LA HISTORIA

Así, en la madrugada del 5 de agosto de 1888, Bertha Benz dejó una nota en la casa familiar de Manheim, despertó a sus dos hijos adolescentes y los llevó con ella en el Patent-Motorwagen modelo III, el último prototipo fabricado por Karl. Su destino era Pforzheim, su ciudad natal, situada a 106 kilómetros de distancia. Ni pidió permiso, ni avisó: sabía que Karl temía el fracaso, pero ella confiaba en el potencial del invento.

El trayecto fue realmente épico. Viajaron por caminos sin pavimentar, cruzaron pueblos donde la gente los miraba como si se tratasen de fantasmas, y se enfrentaron a todo tipo de contratiempos. El combustible, que en aquel momento era la ligroína, un derivado del petróleo, era escaso, pero Bertha lo consiguió en una farmacia de Wiesloch, la cual pasó a la historia como la primera estación de servicio del mundo. Cuando un conducto se atascó, ella lo desobstruyó con una aguja de su sombrero. Cuando un cable se soltó, ella usó su liga para improvisar una conexión.

Pero el reto más difícil fue el sistema de frenos: en una bajada pronunciada, Bertha notó que las zapatas de madera se desgastaban rápidamente. Así, entró a un taller de un zapatero y pidió que forraran las zapatas con cuero para mejorar la fricción y la resistencia. Así de sencillo, simplemente solucionando un pequeño inconveniente, inventó el primer sistema de freno con revestimiento, antecesor directo de las actuales pastillas de freno.

Y sí, aunque el viaje duró varias horas, cumplió con su objetivo: demostró que el automóvil era viable. A su regreso, la prensa y los medios comenzaron a interesarse por el coche, los inversores empezaron a llamar a la puerta de Benz & Cie., y el automóvil dejó de ser considerado una rareza para convertirse en toda una posibilidad.

Grabado que representa a Bertha, junto a sus hijos, en el Benz Patent-Motorwagen en medio de su ruta de 106 kilómetros.

INNOVADORA, PROMOTORA Y CONDUCTORA

De esta forma, Bertha Benz se convirtió, no solo en la primera mujer en conducir un automóvil a larga distancia, sino que también en la primera persona en comprender que la tecnología necesita validación social para sobrevivir. Su viaje, lejos de ser una simple excursión, representó un acto de marketing visionario, una prueba de un concepto en movimiento. Ella entendía que el futuro del coche dependía tanto de su funcionamiento técnico como de su aceptación cultural.

Lamentablemente, a pesar de sus múltiples contribuciones, el nombre de Bertha fue quedando abandonado con el paso del tiempo, hasta terminar completamente eclipsado por el de su marido. No firmó patentes, no escribió memorias, y rara vez buscó protagonismo. Sin embargo, hacia finales del siglo XX, varios historiadores y periodistas comenzaron a reconocer el papel clave que tuvo en el automovilismo. De hecho, hoy, su ruta de 1888 está señalizada como la Berthe Benz Memorial Route, un recorrido turístico e histórico que rinde homenaje a su ejecutora.

Además, su contribución también fue muy poderosa en el lado más simbólico. En un momento donde a las mujeres se les prohibía estudiar y ejercer oficios considerados “masculinos”, Bertha desafió el status quo y se convirtió en innovadora, promotora y conductora, no solo de su propio destino, sino de toda una industria naciente.



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viernes, 11 de abril de 2025

Viajes. Tragedia en Nueva York: más preguntas que respuestas

La tarde del jueves 10 de abril, un helicóptero turístico se desplomó sobre las aguas del río Hudson, tiñendo de luto los cielos neoyorquinos. A bordo, viajaba una familia de Barcelona que había cruzado el Atlántico en busca de recuerdos: el padre, la madre, dos niños (11 y 4 años) y una niña de 5

La nave, un Bell 206L-4 LongRanger IV, se precipitó al agua tras un errático descenso que culminó en un violento impacto, invertida, como si el cielo hubiese decidido devolverla al suelo de la forma más cruel. Tres de los ocupantes fallecieron en el lugar, mientras que otros dos —niños— fueron trasladados a hospitales locales, donde poco después se confirmó su deceso.

Entre los fallecidos se encontraba Agustín Escobar, ejecutivo de Siemens, junto a su familia. La noticia fue confirmada por el alcalde de Nueva York, Eric Adams, quien expresó su consternación en una conferencia de prensa. 

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, calificó el suceso de "tragedia inimaginable", y se unió al duelo de los allegados. La comunidad internacional respondió con un mismo tono: incredulidad y pesar.

Cronología de la tragedia

Según datos de FlightRadar24, la aeronave había despegado desde el helipuerto de Manhattan a las 14:59 y realizó una ruta turística clásica: surcando el río Hudson, pasando por la Estatua de la Libertad, y alcanzando el puente George Washington. 

Fue entonces, al iniciar el viraje hacia el sur por la costa de Nueva Jersey, cuando se perdió el control. Todo el trayecto duró apenas dieciséis minutos, tiempo suficiente para transformar una jornada de maravilla en una escena de horror.

 

Vídeos compartidos en redes sociales muestran el momento en el que el helicóptero cae en el río Hudson. 

A las 15:17 horas se registraron las primeras llamadas de emergencia al 911 alertando del accidente en las inmediaciones del muelle Pier A, en Hoboken, Nueva Jersey. Equipos de rescate del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) y de los Bomberos (FDNY) acudieron de inmediato, sacando a seis personas del agua. 

Sin embargo, ya era demasiado tarde para la mayoría de ellas. La aeronave, operada por la compañía New York Helicopter Charter, quedó sumergida, envuelta en un silencio trágico bajo las aguas.

Aunque el helicóptero contaba con un certificado de aeronavegabilidad válido hasta 2029, las investigaciones apuntan ya a posibles fallos estructurales.

Causas del accidente

Las condiciones meteorológicas eran moderadas: visibilidad de 16 km, vientos con rachas de hasta 40 km/h y una leve lluvia sobre la ciudad. No obstante, algunos informes sugieren que piezas del helicóptero comenzaron a desprenderse antes de la caída, lo que ha llevado a las autoridades a investigar posibles fallos mecánicos previos. La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) ya han desplegado un equipo especializado para investigar lo ocurrido.

En 2023, la FAA emitió una directiva que instaba a revisar y reemplazar el eje de transmisión del rotor de cola en varios modelos Bell 206L, incluidos los L-4, debido a incidentes previos. En 2022, otra alerta obligaba a inspeccionar las palas del rotor principal por riesgo de de laminación, una falla que puede tener consecuencias catastróficas.

Además, la compañía responsable del helicóptero ya había estado involucrada en otros dos incidentes investigados por autoridades federales. En 2015, un aterrizaje de emergencia en Nueva Jersey reveló posibles corrosiones en partes clave del aparato. Y en 2013, otro vuelo acabó sobre el agua, tras oírse un “bang” seguido de la alarma de motor apagado.

Otras tragedias en el HUDSON

El cielo de Nueva York ha sido también escenario de múltiples tragedias aéreas que han dejado su eco en las aguas del Hudson. En 2009, un avión de US Airways, milagrosamente amerizado por el capitán Chesley "Sully" Sullenberger tras chocar con una bandada de aves, convirtió al río en pista de salvación y símbolo de esperanza.

Pero no todos los desenlaces fueron tan afortunados. En 2018, un helicóptero turístico se estrelló cerca de la isla Roosevelt, cobrando la vida de cinco personas; en 2013, otra aeronave cayó al agua con cuatro pasajeros a bordo, tras un fallo mecánico que activó una alarma de motor. Incluso en 2011, un helicóptero privado se precipitó en las cercanías del Pier 6, dejando un saldo fatal. 

Cada uno de estos episodios, aunque separados por años, comparten un mismo telón de fondo: la conjunción entre turismo aéreo, zonas densamente transitadas y fallos que el tiempo aún no ha logrado borrar del todo.



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jueves, 10 de abril de 2025

Viajes. El alzhéimer es más fácil de detectar que nunca gracias a un análisis de sangre

La enfermedad de Alzheimer podría ser detectada ahora con un simple análisis de sangre mucho más preciso que los anteriores, gracias a un avance que suena a ciencia del futuro, pero que ya es presente.

Investigadores del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) y del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, en colaboración con centros de Suecia e Italia, han diseñado una herramienta diagnóstica basada en el análisis del biomarcador phospho-tau217 en sangre

Este indicador, que aparece en fases muy tempranas del deterioro cognitivo, ha demostrado ser capaz de detectar con más del 90% de precisión la presencia del alzhéimer en pacientes con síntomas incipientes, según publica la revista Nature Medicine.

Concretamente, en la investigación participaron 1.767 personas con síntomas cognitivos de cinco cohortes en Suecia, España e Italia. La prueba mostró una precisión del 89 al 91 % en entornos de atención secundaria y del 85 % en atención primaria. Sin embargo, la precisión disminuyó al 83 % en participantes mayores de 80 años.

Este nuevo análisis, sencillo de realizar en laboratorios hospitalarios, representa una alternativa menos invasiva y más accesible que las pruebas actuales. 

Mucho más accesible

Hasta ahora, para detectar la enfermedad de forma temprana, era necesario recurrir a técnicas como la punción lumbar —para extraer líquido cefalorraquídeo y analizar proteínas tau anómalas— o al PET de amiloide, una prueba de imagen altamente especializada y costosa. Ambas opciones, aunque precisas, presentan limitaciones logísticas y éticas, especialmente si se plantean como cribados masivos en población sin síntomas.

La aparición de estos biomarcadores en sangre no solo abre la puerta a un diagnóstico temprano, sino también a una transformación en la forma en que abordamos la enfermedad. Detectar el alzhéimer en sus primeras etapas es esencial para preparar un tratamiento adecuado y ralentizar, aunque sea levemente, el imparable avance de la neurodegeneración

Una enfermedad devastadora

El alzhéimer es actualmente la enfermedad neurodegenerativa más común, y en España afecta a alrededor de 800.000 personas. Aunque los tratamientos actuales apenas logran frenar su evolución, cada nuevo avance en el diagnóstico y la intervención temprana se percibe como una victoria.

En este sentido, ya se vislumbra un cambio de paradigma: no solo tratar cuando los síntomas sean evidentes, sino anticiparse a ellos, incluso décadas antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente.

Estudios previos en personas con predisposición genética al alzhéimer han revelado que los cambios en el cerebro comienzan mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas. Las alteraciones en proteínas como la tau o el beta-amiloide pueden acumularse silenciosamente durante años. Detectar estos indicios en sangre, sin necesidad de someter al paciente a procedimientos invasivos, puede marcar una diferencia sustancial en la calidad de vida futura de los afectados.

Lecanemab

La ciencia no camina sola. Avanza a menudo en tándem con la tecnología, el diagnóstico precoz y las decisiones políticas. En las últimas semanas, la Agencia Europea de Medicamentos ha aprobado la comercialización del lecanemab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra las placas de beta-amiloide, una de las proteínas implicadas en la enfermedad de Alzheimer. Aunque sus efectos clínicos son limitados —ralentiza de forma modesta el deterioro cognitivo en fases tempranas—, representa el primer paso tangible hacia un tratamiento farmacológico con base biológica para esta dolencia neurodegenerativa.

El ensayo clínico más reciente, de 2023, mostró que el fármaco redujo la progresión de los síntomas un 27 % en comparación con el placebo, tras 18 meses de tratamiento. No es una cura, pero sí una señal de que el abordaje etiológico, y no solo paliativo, es posible.

Más allá de su impacto directo, algunos expertos ven en el lecanemab una pieza que encaja dentro de un enfoque más ambicioso: la prevención. Si se combina su uso con pruebas diagnósticas basadas en sangre —como las que miden niveles de phospho-tau217, una variante de la proteína tau asociada con los primeros cambios en el cerebro— podríamos estar ante una revolución silenciosa. La posibilidad de detectar la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas clínicos abre una nueva era: la de la medicina preclínica personalizada.

El horizonte del alzhéimer ya no está teñido únicamente de incertidumbre. Con cada avance, se perfila una ruta más clara hacia la esperanza. Puede que aún falte para que esta enfermedad sea totalmente prevenible o curable, pero con tecnologías como el análisis de phospho-tau217, estamos más cerca de ese escenario.



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miércoles, 9 de abril de 2025

Viajes. La guerra de aranceles de EEUU y China: el telón de acero del nuevo orden comercial

Tras la muerte de Mao y el inicio de las reformas de Deng Xiaoping en los años 70, Estados Unidos se convirtió en el referente para la élite del Partido Comunista Chino por su poder económico, bienestar, universidades y avances tecnológicos. 

La admiración era profunda. Muchos dirigentes y empresarios enviaron a sus hijos a estudiar allí. El propio Xi Jinping, el actual presidente chino, mandó a su hija a Harvard.

Pero cuando Xi llegó al poder, el panorama había cambiado. Las guerras de Irak y Afganistán, la crisis financiera de 2008 y el auge del populismo en Occidente dañaron la imagen de Estados Unidos. Mientras tanto, China crecía con fuerza, sacaba a millones de la pobreza, enviaba astronautas al espacio y ampliaba su influencia global.

El PCCh comenzó a confiar más en su propio modelo y a destacar el declive estadounidense. El enfrentamiento con Estados Unidos se volvió ideológico. 

La propaganda china respondió con dureza a las críticas occidentales, acusando a Washington de frenar el desarrollo chino y de promover un sistema injusto. China defendía el suyo como más justo y orientado al bien común.

La actual guerra arancelaria solo es un recrudecimiento de esta tensión de las que ya son las dos grandes potencias del mundo.

La confrontación económica

En el gran tablero de ajedrez económico mundial, pocas piezas pesan tanto como las que representan a Estados Unidos y China. Y ahora, con el repentino aumento de aranceles decretado por Donald Trump —una escalada que eleva algunos gravámenes a más del 100%—, se ha puesto en marcha una nueva partida, una donde el jaque mate puede afectar no solo a sus oponentes directos, sino al resto del mundo

Pekín, firme en su postura, ha jurado resistir hasta el final, denunciando lo que considera un chantaje imperial. La guerra comercial ya no es una amenaza futura: es una realidad que se despliega con velocidad y consecuencias impredecibles.

Esta confrontación económica se produce en un contexto de intercambio descomunal: en 2024, el comercio bilateral de bienes entre ambas potencias ascendió a 585.000 millones de dólares. Sin embargo, el déficit estadounidense —con importaciones desde China por 440.000 millones frente a exportaciones por solo 145.000— se ha convertido en un punto de fricción recurrente. Un desequilibrio que Trump ha dramatizado, afirmando, sin base verificable, que alcanza el billón de dólares.

Atajos y cuellos de botella arancelarios

Desde la primera oleada de aranceles durante el mandato inicial de Trump, pasando por su mantenimiento e incluso endurecimiento bajo la presidencia de Joe Biden, el flujo de bienes chinos hacia Estados Unidos ha disminuido sustancialmente: de representar el 21% de las importaciones estadounidenses en 2016, ha caído al 13%

Pero como bien advierten los analistas, el comercio global es una criatura escurridiza: muchas empresas chinas han adaptado sus rutas comerciales, enviando productos ensamblados en países del sudeste asiático para evadir las restricciones. Es el caso paradigmático de los paneles solares, cuyos componentes son originarios de China pero terminan siendo exportados desde naciones como Vietnam o Tailandia.

La respuesta de Estados Unidos ha sido ampliar los aranceles a estos países intermediarios, lo que implica una nueva capa de encarecimiento en productos ampliamente utilizados por los consumidores estadounidenses. 

Teléfonos inteligentes, computadoras, juguetes, baterías para vehículos eléctricos: todo está en la mira. Paradójicamente, empresas norteamericanas como Apple, que produce buena parte de sus dispositivos en territorio chino, también están siendo arrastradas al vórtice. En las últimas semanas, las acciones de la compañía han caído un 20%, reflejando un mercado cada vez más inquieto ante la incertidumbre.

El presidente de Xi Jinping y Vladímir Putin en Moscú en marzo de 2023.

Cómo puede afectar al resto del mundo

No solo los consumidores de Estados Unidos sufrirán las consecuencias. En el otro extremo del Pacífico, los aranceles recíprocos que China ha anunciado también amenazan con encarecer productos esenciales como la soja, que es la principal exportación agrícola estadounidense hacia el país asiático

Este grano, fundamental para alimentar a los más de 400 millones de cerdos en China, simboliza la profunda interdependencia entre estas dos economías. A eso se suman productos farmacéuticos, energéticos y, en sentido inverso, materiales estratégicos como tierras raras, galio y germanio, claves para las tecnologías avanzadas y la industria militar.

La confrontación trasciende los bienes tangibles. Estados Unidos ha comenzado a endurecer su embargo tecnológico, restringiendo el acceso chino a semiconductores avanzados que resultan cruciales para el desarrollo de inteligencia artificial y otras aplicaciones punteras. China, por su parte, podría recortar el suministro de minerales críticos, sabedora de que su posición en la cadena de refinamiento de estos recursos le otorga una ventaja silenciosa pero poderosa. Esta guerra comercial se libra también en los corredores invisibles de la geopolítica tecnológica.

Los paneles solares son un elemento clave de esta guerra arancelaria.

La pregunta inevitable es: ¿cómo afecta esto al resto del mundo? Según el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos y China representarán en 2025 aproximadamente el 43% de la economía global. Una desaceleración coordinada —o una recesión en ambas potencias, provocada por el encarecimiento de productos, la pérdida de inversión y el debilitamiento de la demanda— se traduciría en menor crecimiento global, reducción de empleo, y volatilidad en los mercados emergentes. La economía mundial, interconectada como nunca antes, no puede permitirse una fractura prolongada entre sus dos pilares más sólidos.

Además, la dinámica actual podría saturar otros mercados. Si China no logra colocar sus productos en Estados Unidos, podría volcar su oferta hacia Europa, América Latina y África. A primera vista, esto podría significar productos más baratos. Pero detrás de esa bonanza aparente se oculta un problema más profundo: la desestabilización de industrias locales, incapaces de competir con bienes subsidiados que llegan a precios artificialmente bajos.

El eco de esta guerra comercial, por tanto, se escucha ya más allá del Pacífico. Es un conflicto que redefine el presente y el futuro del comercio mundial. Una batalla entre gigantes que puede terminar hiriendo a todos los demás. Y mientras las tarifas se multiplican y los discursos se endurecen, la economía global observa el choque entre dos titanes cuya enemistad amenaza con oscurecer la luz de la recuperación mundial.



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jueves, 3 de abril de 2025

Viajes. La vacuna contra el herpes zóster podría ser un escudo frente a la demencia

Recientemente, se ha descubierto que una vacuna diseñada para combatir la culebrilla —una dolorosa secuela de la varicela— podría ser, también, un escudo contra el desgaste cognitivo que lleva a la demencia. 

Así, lo que parecía una decisión administrativa más —la introducción de la vacuna contra el herpes zóster en Gales en 2013— se ha convertido en el punto de partida de un experimento natural de proporciones colosales. Y su resultado podría cambiar la forma en que entendemos la prevención del Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.

La investigación, publicada en la revista científica Nature, ha puesto el foco sobre más de 280.000 adultos mayores, y ha seguido su evolución a lo largo de siete años. El resultado es claro: aquellos que recibieron la vacuna contra el herpes zóster mostraron una probabilidad un 20% menor de ser diagnosticados con demencia

Esta conclusión, lejos de ser una simple asociación estadística, se basa en un diseño riguroso —un análisis de discontinuidad de regresión— que aprovecha el hecho de que solo quienes nacieron después del 2 de septiembre de 1933 fueron elegibles para recibir la vacuna. Así, personas separadas apenas por días de nacimiento sirvieron como grupos de comparación prácticamente idénticos.

Gran experimento natural

Este método, comparado con estudios previos que solo analizaban cohortes vacunadas y no vacunadas, reduce al mínimo los factores de confusión. No se trata, como en estudios anteriores, de asumir que quienes se vacunan son más conscientes de su salud y, por tanto, menos propensos a desarrollar demencia por otros motivos. Aquí, la diferencia es atribuible directamente a la vacunación

Como explica el investigador principal, Pascal Geldsetzer, al replicar los análisis en diferentes poblaciones y usando otras fuentes de datos —como certificados de defunción con demencia como causa principal—, los resultados son consistentes. Incluso con otra metodología analítica, el efecto protector persiste. 

Aunque la vacuna analizada, la Zostavax, es una versión atenuada y ya ha sido en parte sustituida por la Shingrix (recombinante), los hallazgos podrían aplicarse también a esta última, si bien se necesitan más estudios para confirmarlo.

La vacunación contra el herpes zóster en España comenzó a implementarse de manera progresiva a partir de 2022, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad.

Impacto en la salud

El impacto potencial de este hallazgo es difícil de sobreestimar. Actualmente, más de 55 millones de personas viven con algún tipo de demencia en el mundo, y cada año se suman diez millones más. 

Las terapias farmacológicas, como el lecanemab, apenas logran ralentizar el deterioro y no están exentas de riesgos graves. Frente a eso, una vacuna con décadas de uso seguro podría ofrecer una vía preventiva, mucho más asequible y de bajo riesgo.

¿Por qué sucede?

Una de las posibles explicaciones de este fenómeno radica en el tipo de virus que combate la vacuna. El herpes zóster es causado por el virus varicela-zóster, que permanece latente en el sistema nervioso tras la varicela infantil

Su reactivación puede causar brotes dolorosos de culebrilla, pero también parece estar implicada en procesos neuroinflamatorios que, a largo plazo, podrían desencadenar demencia. Eliminar esa amenaza latente con una vacuna, o al menos contenerla, tendría sentido desde una lógica inmunológica.

Además, cada vez se acumula más evidencia sobre los efectos “secundarios” positivos de las vacunas, especialmente las atenuadas como la del zóster. Estas pueden reforzar el sistema inmunitario de formas que van más allá del patógeno específico contra el que se diseñaron. Así lo sugiere también un creciente cuerpo de estudios sobre efectos inmunológicos no específicos de vacunas, que muestran cómo algunas inmunizaciones pueden reducir la mortalidad por causas no directamente relacionadas con el virus original.

El estudio galés, además, aporta datos reveladores sobre diferencias entre hombres y mujeres. Las mujeres vacunadas mostraron un efecto protector más pronunciado, posiblemente debido a su mayor respuesta inmunitaria —algo ya observado en la vacunación contra la gripe y durante la pandemia de COVID-19. Curiosamente, también son ellas quienes presentan mayor prevalencia de demencia, lo que abre nuevas preguntas sobre los factores de riesgo específicos por género.

Aunque aún se necesita un ensayo clínico aleatorizado que confirme de forma definitiva la eficacia de la vacuna del herpes zóster como estrategia preventiva frente a la demencia, los datos disponibles son sólidos y prometen abrir nuevas rutas de investigación.

Países como España, que comenzaron a vacunar a los mayores de 80 años en 2022, ofrecen una nueva oportunidad para replicar este experimento natural a gran escala y confirmar si, efectivamente, estamos ante una de las formas más eficaces y accesibles de reducir la carga mundial de la demencia.



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