viernes, 29 de noviembre de 2024

Viajes. Los mejores relojes inteligentes para deportistas y aventureros

Llevar un reloj inteligente si eres deportista o aventurero puede ser una de las mejores decisiones para optimizar tu rendimiento y garantizar tu seguridad. Imagina tener a un entrenador personal y a un guía de montaña en tu muñeca, siempre listo para ayudarte a superar tus límites y mantenerte a salvo.

Monitorizar la frecuencia cardíaca, el sueño y otros indicadores fisiológicos puede ayudar a mejorar significativamente la capacidad atlética y a reducir el riesgo de lesiones. Además, una investigación de la Universidad de Stanford sugiere que el uso de dispositivos de seguimiento personal contribuye a incrementar la motivación y establecer metas más realistas, mejorando así la adherencia al ejercicio.

Por si fuera poco, el simple hecho de contar con herramientas como GPS, alertas meteorológicas y mapas topográficos integrados aporta una tranquilidad adicional, sobre todo en entornos donde la planificación y la seguridad son particularmente críticas.

En consecuencia, desde National Geographic hemos realizado una selección de dispositivos que puedan acompañarte en cada sendero y cada cima, a fin de que tu decisión sea mucho más sencilla:

1. Garmin Fenix 7

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¿Por qué lo elegimos? El Garmin Fenix 7 es un reloj multideporte que destaca por su robustez y funcionalidades avanzadas. Cuenta con GPS de alta precisión, mapas topográficos integrados y una batería de larga duración, ideal para expediciones prolongadas. Además, ofrece métricas detalladas de rendimiento y salud, incluyendo monitorización de frecuencia cardíaca, oxígeno en sangre y niveles de estrés. Su resistencia al agua y materiales de alta calidad lo hacen perfecto para actividades al aire libre en condiciones extremas.

2. Suunto 9 Peak pro

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¿Por qué lo elegimos? El Suunto 9 Peak Pro es conocido por su diseño elegante y durabilidad. Ofrece una amplia gama de modos deportivos, GPS preciso y una batería que puede durar hasta 300 horas en modo de entrenamiento. Su construcción ligera y resistente al agua hasta 100 metros lo convierte en una excelente opción para nadadores y buceadores. Además, proporciona análisis detallados del sueño y la recuperación, ayudando a optimizar el rendimiento físico.

3. Polar Grit X

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¿Por qué lo elegimos? El Polar Grit X combina durabilidad militar con funciones avanzadas de entrenamiento. Incluye GPS, brújula y altímetro barométrico, esenciales para actividades de montaña. Su función Hill Splitter ofrece datos detallados sobre ascensos y descensos, mientras que FuelWise ayuda a planificar la ingesta de energía durante entrenamientos largos. Además, ofrece planes de entrenamiento personalizados y seguimiento de la carga de trabajo, facilitando una recuperación adecuada.

4. Amazfit T-Rex Ultra

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¿Por qué lo elegimos? El Amazfit T-Rex Ultra es un reloj diseñado para soportar las condiciones más extremas gracias a su construcción en acero inoxidable 316L resistente al barro y su capacidad para operar a temperaturas de hasta -30 ℃. Ofrece soporte para apnea hasta 30 metros y resistencia a una presión equivalente a 100 metros, ideal para actividades acuáticas como surf o kitesurf. Equipado con GPS de doble banda y seis sistemas satelitales, garantiza una navegación precisa incluso en entornos complejos. Además, sus 20 días de duración de batería, junto con modos especiales de ahorro y GPS de resistencia, lo hacen perfecto para aventuras prolongadas.

5. Coros Vertix 2

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¿Por qué lo elegimos? El Coros Vertix 2 es robusto y fácil de manejar gracias a su gran esfera digital y botones táctiles que funcionan incluso con guantes. Diseñado para resistir, cuenta con pantalla de zafiro y bisel de titanio recubierto de PVD para soportar los entornos más exigentes. Su impresionante batería dura hasta 40 días de uso regular o 118 horas con GPS completo, ideal para largas expediciones. Con tecnología GPS de doble frecuencia, mapas globales y un planificador de rutas, ofrece localización precisa en terrenos difíciles.


Qué debes tener en cuenta a la hora de elegir

Cuando vayas a elegir un reloj inteligente para tus aventuras y actividades deportivas, hay varios aspectos importantes a considerar. Primero, asegúrate de que el reloj tenga una buena autonomía. Si eres de los que disfruta de largas caminatas, sesiones de entrenamiento o expediciones que duran días, un reloj con una batería de larga duración es esencial para que no te quedes sin sus funcionalidades en medio de una actividad. Además, el nivel de resistencia es clave: opta por relojes con certificaciones de resistencia militar, impermeabilidad y materiales duraderos si vas a enfrentarte a condiciones extremas, ya que un reloj frágil podría dañarse fácilmente y dejarte sin soporte tecnológico cuando más lo necesitas.

Otro factor importante es la precisión de los sensores. Un buen reloj inteligente debe contar con GPS de alta precisión, monitorización de la frecuencia cardíaca, altímetro barométrico, y la capacidad de medir el oxígeno en sangre. Estas funcionalidades no solo te permiten tener un mejor control de tu rendimiento, sino también garantizar tu seguridad al tener información precisa sobre tu ubicación y estado físico.

No olvides que los relojes inteligentes para deportistas y aventureros no son solo gadgets: son verdaderos aliados que te acompañan en cada reto, ofreciendo datos precisos y mejorando tu experiencia. Ahora solo queda elegir el reloj que mejor se adapte a ti y prepararte para disfrutar de la tecnología en cada kilómetro, sendero o cima que decidas conquistar.



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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Viajes. Viajes de aventura: el escape perfecto para los amantes de la naturaleza

Viajar es una de las formas más enriquecedoras de conectar con el mundo y, para quienes aman la naturaleza y la aventura, es una oportunidad de sumergirse en paisajes que quitan el aliento y vivir experiencias que se guardarán para siempre en el cajón de los buenos recuerdos.

Además, cada vez más estudios destacan los beneficios de estar en contacto con la naturaleza para la salud física y mental. Según un estudio publicado en Environmental Research, el contacto frecuente con entornos naturales se asocia con una reducción del estrés, una mejora del estado de ánimo y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los paisajes naturales nos proporcionan una sensación de calma que tiene efectos medibles en nuestro sistema nervioso, promoviendo una respuesta de relajación que nos reconecta con nosotros mismos.

Es el momento ideal para planificar esa aventura que llevas tiempo deseando. De la mano de Exótica, hemos seleccionado algunos de los mejores viajes para los seguidores de National Geographic: viajes llenos de naturaleza exuberante, paisajes impactantes y una dosis de aventura que te reconciliarán con la idea de que la Tierra es un lugar lleno de tesoros fascinantes.

1. Colombia: esencia colombiana, eje cafetero y Caribe

jardín botanico medellin

Este viaje de 11 días te permitirá explorar la diversidad de Colombia, desde sus paisajes tropicales hasta las coloridas ciudades coloniales. La ruta incluye la visita al eje cafetero, una de las zonas más emblemáticas del país, donde podrás aprender más sobre el cultivo del café y disfrutar de paisajes de ensueño. Además, recorrerás la vibrante Cartagena de Indias, una joya histórica frente al Caribe. Este viaje es ideal para aquellos que buscan una inmersión cultural profunda y un contacto cercano con la naturaleza.

Esencia colombiana: eje cafetero y Caribe

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2. Costa Rica: la noche mágica de las tortugas marinas

tortuga costarica exoticca

Conocido como uno de los países más biodiversos del mundo, Costa Rica te invita a descubrir sus maravillas naturales durante 15 días llenos de aventura. Visitarás parques nacionales, explorarás selvas y tendrás la oportunidad de presenciar la puesta de huevos de las tortugas marinas en la costa caribeña, una experiencia que te conectará profundamente con la naturaleza. Pasea por San José, contempla el mágico espectáculo del desove en Tortuguero y admira al impresionante volcán Arenal. Explora el bosque nuboso de Monteverde desde sus famosos puentes colgantes y disfruta del sol y de las claras aguas del Pacífico en el paraíso tropical de Tamarindo. Este viaje es ideal para los amantes de la fauna y aquellos que disfrutan de actividades al aire libre como el senderismo o el canopy. 

Costa Rica: Noche mágica de las tortugas marinas

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3. Argentina: ciudades, cataratas y catedrales de kielo

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Argentina ofrece un viaje de contrastes, desde la energía vibrante de Buenos Aires hasta la imponente majestuosidad de las Cataratas del Iguazú y el fascinante glaciar Perito Moreno. Este viaje de 15 días te permitirá explorar paisajes naturales únicos, donde podrás caminar sobre glaciares y maravillarte con la fuerza de la naturaleza. Es perfecto para aquellos que buscan emociones fuertes y la belleza de paisajes inmensos y majestuosos.

Argentina: Ciudades, cataratas y catedrales de hielo

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4. Perú: la última aventura Inca 

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Este viaje de 15 días te lleva al corazón del mundo andino, donde podrás descubrir la riqueza cultural de Perú y la impresionante naturaleza de los Andes. Desde la histórica ciudad de Cuzco hasta el místico Machu Picchu, este recorrido te invita a explorar la historia y la geografía del antiguo imperio inca. Este viaje es ideal para los amantes de la historia y la aventura, y aquellos que desean una experiencia completa de contacto con la naturaleza y la cultura

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Qué debes tener en cuenta a la hora de elegir

A la hora de elegir un viaje de aventura y naturaleza, es importante considerar la duración del recorrido y el tipo de actividades incluidas. Algunos viajes se centran más en la observación de la fauna, mientras que otros ofrecen experiencias más activas, como senderismo o deportes de aventura. Asegúrate de que el itinerario se adapte a tu nivel físico y a tus intereses personales.

Otro aspecto a considerar es el nivel de comodidad que deseas durante el viaje. Algunos recorridos incluyen alojamientos de lujo en medio de la naturaleza, mientras que otros ofrecen opciones más sencillas y auténticas para una inmersión total en el entorno local. Reflexiona sobre qué tipo de experiencia deseas tener y elige en consecuencia. La clave es encontrar el equilibrio perfecto entre aventura, comodidad y conexión con la naturaleza, para que tu viaje sea tan memorable como enriquecedor.

Sea cual sea tu elección, recuerda que los viajes de aventura y naturaleza ofrecen una oportunidad inigualable para descubrir algunos de los lugares más bellos y emocionantes del planeta. Ahora es el momento perfecto para hacer realidad ese viaje soñado, conectarte con la naturaleza y explorar el planeta de una manera auténtica y significativa. Ahora solo queda elegir el destino que más te inspire y prepararte para vivir una aventura de las que se guardan en el cajón de los recuerdos bonitos.



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lunes, 25 de noviembre de 2024

Viajes. Las colisiones con barcos ponen en riesgo el futuro de las ballenas

Aunque la caza comercial de ballenas desapareció en la mayor parte del mundo hace más de dos décadas, las actividades humanas siguen representando un peligro persistente para estos majestuosos mamíferos marinos. Entre las amenazas más insidiosas se encuentran las colisiones directas con embarcaciones, un problema que afecta gravemente a las poblaciones de ballenas en todo el mundo. 

Un estudio reciente ha mapeado los movimientos de cuatro especies de ballenas distribuidas globalmente a partir de 435.000 registros, relacionándolos con datos de actividad marítima. Los hallazgos son alarmantes: la actividad naviera cubre el 92% de los rangos de estas especies, y menos del 7% de las áreas de alto riesgo cuentan con estrategias de gestión para prevenir colisiones.

El peso del tráfico marítimo en los ecosistemas oceánicos

El transporte marítimo es una industria colosal que moviliza el 90% de los bienes comercializados a nivel mundial. Desde 1992, el tráfico de embarcaciones se ha cuadruplicado, y se proyecta que esta cifra se triplique para 2050 debido al auge del comercio global

Pero este crecimiento tiene un alto coste ambiental: las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo representan el 2.89% del total mundial, igualando a la industria aérea. Además, la contaminación química y acústica, la propagación de especies invasoras y las alteraciones en el comportamiento de la vida marina son algunos de los impactos más notorios.

 

Entre estos problemas, las colisiones con ballenas destacan como una de las consecuencias más devastadoras. Las ballenas, fundamentales para la salud de los ecosistemas marinos, desempeñan un papel crucial en la transferencia de nutrientes y la regulación de las redes tróficas

Sin embargo, las poblaciones de muchas especies permanecen gravemente reducidas en comparación con sus números históricos, y los choques con barcos amenazan con detener su recuperación.

Un análisis global: riesgos invisibles y medidas insuficientes

Gracias a avances tecnológicos recientes, como los datos de sistemas de identificación automática (AIS, por sus siglas en inglés) y la modelización de distribución de especies, ahora es posible mapear con mayor precisión las áreas de riesgo de colisiones. 

El estudio citado ha empleado estas herramientas para identificar los puntos críticos de colisión en todo el mundo, revelando patrones preocupantes: más del 15% de los océanos del planeta tiene niveles de riesgo comparables a regiones como el Ecosistema de la Corriente de California, conocida por tasas de mortalidad de ballenas que superan los límites legales.

Los puntos críticos no solo se concentran en áreas costeras, como el Mediterráneo, el Pacífico Norte y el Atlántico Norte, sino también en regiones de mar abierto, como los alrededores de las Azores. Sorprendentemente, menos del 3% del océano necesitaría gestión adicional para cubrir estos puntos críticos, una inversión relativamente modesta para un impacto potencialmente significativo.

 

Una ballena yace sin vida en la proa de un buque de carga en el puerto de Oakland, después de una colisión entre el cetáceo y la embarcación.

En los puntos críticos compartidos por varias especies, como el Océano Índico y el Pacífico Occidental, las medidas de mitigación podrían ser especialmente eficaces. Reducir la velocidad de las embarcaciones o redirigir sus rutas son soluciones conocidas, pero su implementación aún es limitada.

Hacia una coexistencia sostenible: el futuro de las ballenas y los océanos

El estudio también destaca que las ballenas no solo se enfrentan a riesgos por colisiones, sino que están expuestas a otros impactos derivados del transporte marítimo, como la contaminación acústica. Estas amenazas requieren una cooperación multinacional para implementar estrategias que trasciendan las fronteras jurisdiccionales y protejan a estas especies migratorias.

El desafío ahora radica en equilibrar las demandas de una industria en constante expansión con la necesidad urgente de conservar los ecosistemas marinos. Las ballenas, además de su importancia ecológica, tienen un profundo valor cultural y económico para las comunidades costeras de todo el mundo. Protegerlas no es solo una cuestión ambiental, sino también un compromiso ético hacia un futuro donde la coexistencia con la naturaleza sea posible.



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lunes, 18 de noviembre de 2024

Viajes. 20 años de la mayor expedición de España a la Antártida

Las grandes expediciones a lugares remotos parecen ser cosa de países como Reino Unido, Estados Unidos o Noruega. No obstante, España también cuenta con logros en este sentido, que raras veces se difunden adecuadamente. Uno de ellos fue una expedición antártica llevada a cabo hace 20 años.

A finales de 2004, un grupo de 120 profesores y científicos españoles protagonizó la mayor expedición nacional a la Antártida realizada hasta el momento. No se trataba de una estancia en alguna de las dos bases que España tiene en el continente helado.

El objetivo era explorar la región a lo largo de 500 kilómetros. El suceso pasó desapercibido para el gran público. Pero al cumplirse su vigésimo aniversario, cabe recordar sus principales logros y describir algunas experiencias vividas en esta aventura apasionante.

Todo empezó cuando, a comienzos de 2004, la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra (AEPECT), organización que aglutina a profesores de Geología de diversos niveles educativos, propuso llevar a cabo esta expedición durante dos semanas con fines científicos y didácticos. La dirección del proyecto estuvo a cargo de su entonces presidente, el profesor de Geología de la Universidad Complutense de Madrid Francisco Anguita.

Una Experiencia para compartir

No sería la primera vez que la AEPECT organizaba un viaje de tales características. En 1996 y 1998 se materializaron otros similares en Islandia y Australia-Nueva Zelanda, respectivamente. Conocer y estudiar in situ lugares de interés geológico, a escala planetaria, otorgaba a sus participantes valiosas herramientas científicas y didácticas para trasladar a las aulas.

Organizar una expedición así no fue tarea fácil. La logística implementada necesitó una coordinación milimétrica para ajustar fechas, vuelos, permisos y equipos. Tras unos días de aclimatación en la Patagonia argentina, los dos grupos expedicionarios partieron en turnos separados desde el puerto de Ushuaia a bordo de un antiguo barco de guerra estadounidense, reconvertido en buque de exploración polar.

A partir de ese día, las experiencias vividas fueron similares a visitar un planeta situado a muchos años luz de la Tierra.

La primera de ellas fue atravesar el aterrador pasaje de Drake: mil kilómetros de aguas oceánicas con olas descomunales, ligadas al único anillo marino latitudinal donde no hay tierra firme y que une el cabo de Hornos con la península Antártica. El barco se movía a lo largo de tres ejes diferentes, a menudo de modo simultáneo. En los dos días de travesía, apenas se pudo dormir y los mareos eran habituales.

Bahía Paraíso, en la Península Antártica.

Paisajes imposibles

Los integrantes del segundo grupo expedicionario pusimos por primera vez pie en el continente blanco el 31 de diciembre de 2004, concretamente en la isla 25 de mayo (King George), situada en el archipiélago de las Shetland del Sur.

Ya en tierra, las sorpresas se encadenaban una tras otra: cementerios de ballenas a pie de playa, pingüinos que saludaban sin temor e inefables paisajes de hielo y roca que componían una danza irreal.

El campamento base era nuestro barco y desde él se llevaron a cabo trece desembarcos mediante lanchas zodiac a otros tantos enclaves, a lo largo de una ruta de 270 millas náuticas, llegando a superar los 65º de latitud sur en la isla Petermann.

Algunos de los desembarcos más recordados tuvieron lugar en isla Decepción, una caldera volcánica activa donde se halla la base española Gabriel de Castilla, que tuvimos la suerte de visitar; bahía Paraíso y puerto Neko, ya en la propia península Antártica, y la isla Wiencke. En esta última, una intensa tormenta de nieve obligó a regresar al barco a toda velocidad, tras visitar una pequeña base británica.

Sería interminable relatar tantas y tan maravillosas experiencias vividas durante aquellos días. Hubo oportunidad de estudiar formaciones geológicas que se remontan a muchos millones de años atrás, cuando la Antártida se hallaba en zonas tropicales y albergaba bosques y dinosaurios.

Estrecho de Lemaire, Península Antártica.

Nos asombramos ante paisajes glaciares únicos y unas condiciones climáticas inigualables, donde apenas había dos horas de noche. El aire era tan puro que entraba en los pulmones de un modo nunca experimentado.

En ocasiones, el sempiterno cielo nuboso se despejaba para ofrecer colores y texturas del mar imposibles bajo el sol, mientras focas, ballenas y leones marinos mostraban su lado más amable. Todo era apabullante, todo era mágico.

Efectos del cambio climático

Se registró un extraordinario catálogo de rocas graníticas, volcánicas y metamórficas, testigos de la dilatada y compleja historia geológica de este continente. También se comprobaron los efectos del calentamiento global a través de temperaturas que raras veces bajaban de tres grados centígrados sobre cero.

Además, se documentó el retroceso en los frentes glaciares costeros y se pudo constatar la presencia de pequeñas plantas vasculares en zonas de playa.

Una vez completada la expedición con éxito, cada participante intentó compartir aquellas experiencias y conocimientos con su alumnado, así como impartiendo conferencias en sus localidades de residencia. El efecto fue multiplicador y, gracias a todo aquello, miles de personas pudieron aprender sobre la Antártida en boca de los que tuvimos la inmensa fortuna de haberla visitado.

Veinte años después, bajo la perspectiva que otorga el tiempo, todo aquello se antoja como algo único, una proeza realizada por personas entusiastas, que marcó sin estridencias y sin titulares de primera plana una de las mayores gestas realizadas en la exploración antártica española. The Conversation

José Manuel García Aguilar, Profesor Colaborador, Áreas de Paleontología y Estratigrafía, Universidad de Málaga

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.



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Viajes. Una estructura submarina similar a un volcán sorprende a los científicos

En las gélidas aguas del Océano Ártico, un equipo de científicos a bordo del rompehielos Healy, de la Guardia Costera de Estados Unidos, ha realizado un descubrimiento que arroja luz sobre los misterios ocultos bajo el océano. 

A 1.600 metros de profundidad y a lo largo de la costa de Alaska, han identificado lo que parece ser un enorme volcán submarino. Este hallazgo, realizado durante una misión cartográfica, no solo deslumbra por su magnitud, sino también por las pistas que ofrece sobre los secretos del lecho marino en una de las regiones menos exploradas del planeta.

Lo que hace aún más intrigante este descubrimiento es la detección de una posible columna de gas emanando desde esta formación, elevándose hacia la superficie. Según los expertos, este fenómeno no representa un riesgo para las personas o la navegación, pero amplifica el interés científico sobre la dinámica del fondo marino en esta área.

Un esfuerzo conjunto para desentrañar los secretos del Ártico

El proyecto, que reunió a múltiples instituciones como la Fundación Nacional de Ciencias (NSF), la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), y la Universidad de New Hampshire, tenía como objetivo mapear zonas inexploradas del Ártico. Durante la primera fase de esta misión, la tripulación del Healy descubrió esta estructura volcánica que se eleva unos 500 metros desde el lecho marino. Este tipo de formaciones, aunque inusuales, brindan información clave sobre los procesos geológicos que moldean el paisaje submarino.

La misión no se limitó al descubrimiento de esta estructura. Los equipos científicos combinaron investigaciones multidisciplinarias, desde el análisis de plumas de gas hasta la recopilación de datos batimétricos precisos, esenciales para garantizar la navegación segura en estas aguas remotas. Estas actividades forman parte de un esfuerzo más amplio para establecer rutas marítimas seguras a lo largo del corredor costero de Alaska, en el marco del estudio de acceso portuario conocido como AACPARS.

El rompehielos Healy de la Guardia Costera de EE.UU. realiza maniobras frente a la costa de Nome, Alaska, en otoño de 2024.

Fomentando una nueva generación de exploradores del Ártico

El rompehielos Healy no solo sirve como una plataforma para la investigación avanzada, sino también como un centro de capacitación para jóvenes científicos polares. Durante la segunda fase de la misión, diez investigadores en etapas iniciales de sus carreras participaron en actividades de aprendizaje práctico, desarrollando habilidades en liderazgo y coordinación de misiones científicas en alta mar.

Este esfuerzo educativo, respaldado por la NSF, subraya la importancia de preparar a futuros líderes en la exploración polar, especialmente en un momento en que el interés por el Ártico está en aumento debido a los efectos del cambio climático y el deshielo acelerado.

Un nuevo capítulo en la exploración polar

El Healy, diseñado específicamente para afrontar los desafíos únicos del Ártico, continúa destacándose como una herramienta muy importante para el avance del conocimiento en estas latitudes extremas. Según el capitán Michele Schallip, comandante del Healy, la misión no solo refuerza la seguridad en la navegación, sino que también fomenta la colaboración científica global. 

La combinación de descubrimientos científicos y el entrenamiento de la próxima generación de investigadores refuerza el papel central del Healy en la exploración de esta región estratégica. Este reciente hallazgo, un volcán oculto en las profundidades del Ártico, marca el inicio de lo que promete ser una nueva era de descubrimientos en una de las últimas fronteras del planeta.



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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Viajes. Los expertos advierten por el riesgo microbiológico tras la DANA

Ha pasado una semana de la catástrofe de la DANA que arrasó parte de la Península Ibérica. Una semana que, para cientos de miles de personas, ha sido con diferencia la peor de sus vidas. Estas personas han observado impotentes cómo la fuerza del agua arrastraba a conocidos, amistades, familiares y recuerdos de toda una vida y los convertía en un amasijo de barro y lodo.

La magnitud del desastre ha sido tal que, a pesar de los esfuerzos de miles de voluntarios y de la ayuda de las unidades de emergencia, muchas calles y caminos siguen impracticables y, a pesar de que las lluvias ya han vuelto a la normalidad, cientos de garajes, puentes y depresiones del terreno siguen inundadas.

Tras una semana en el agua estancada, los microorganismos patógenos han comenzado a alcanzar niveles peligrosos para la salud de los voluntarios y trabajadores. Los más preocupantes, según los expertos, serían Clostridium tetani, Salmonella typhi, Escherichia coli, las bacterias del género Leptospira y, en menor medida, Legionella spp.

Estos microorganismos pueden provocar enfermedades como el tétanos, la leptospirosis, gastroenteritis bacterianas, neumonías o hepatitis del tipo A. Algunas de estas enfermedades tienen tiempos de incubación de más de una semana, por lo que las personas infectadas pueden no caer enfermas hasta varios días después del contacto.

Por ello, las autoridades sanitarias piden a los voluntarios y profesionales en el terreno el uso de ropa de manga larga, guantes, mascarillas y que maximicen la higiene a la hora de comer y beber. También advierten del riesgo de tocarse la cara o las mucosas con los guantes sucios, ya que algunos de estos microorganismos únicamente necesitan muy pocos individuos para provocar una infección.

Además, insisten que, en caso de producirse cualquier lesión, dejen las labores de limpieza y se centren en desinfectar la herida primero mediante jabón y luego aplicando agua oxigenada o cualquier antiséptico en spray. Como reza la frase, en caso de catástrofe, lo más importante es protegerse a uno mismo para poder proteger a los demás.

Coordinando la asistencia sanitaria en una emergencia

Estas directrices van sobre todo dirigidas a la población general, nos cuenta Paula García Notario, médico de urgencias y del Servicio de Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana (SESCV) en una entrevista telefónica. Pero aun llevando el máximo cuidado, es inevitable que algunas de las personas que se encuentran en el terreno enfermen o sufran lesiones. El barro de las calles es muy resbaladizo, y, las caídas, habituales. Esto, sumado a la presencia de cristales, trozos de metal y otros objetos afilados ha provocado que varias decenas de personas hayan tenido que ser atendidas en distintos puntos de atención sanitaria habilitados en la zona.

Paula, a través de sus redes sociales “En la puerta de urgencias”, explica que algunos de estos puntos se encuentran en la zona cero de la catástrofe, donde se han habilitado puntos de asistencia sanitaria en locales normalmente empleados para otros usos. En el caso en que no se haya podido encontrar un lugar adecuado, se han habilitado rutas para derivar a otros pueblos y puntos de asistencia alternativos. En estos refugios, se pueden encontrar tanto a los médicos asignados, como voluntarios, que proceden de toda la comunidad para ayudar a los pacientes.

Las autoridades sanitarias insisten en el uso de ropa de manga larga, guantes, mascarillas y que maximicen la higiene a la hora de comer y beber.

En algunos puntos especialmente afectados por la riada, las carreteras y caminos todavía son impracticables para las ambulancias, por lo que necesitan del apoyo de vehículos todoterreno para garantizar la asistencia sanitaria. Es por esto que en la actualidad se están coordinando con otros servicios de emergencia desplegados en la zona que disponen de ese tipo de vehículos mucho más robustos y preparados para salvar los obstáculos del camino.

¿una epidemia en ciernes?

Como nos explica Adrian Aginagalde, especialista en medicina preventiva y salud pública, el riesgo de epidemia es bajo, aunque conviene monitorizar con cautela la situación. En la actualidad, considera que el riesgo al que más se exponen los voluntarios serían las infecciones por tétanos en heridas sufridas en labores de desescombro. Afortunadamente, la vacuna contra el tétanos está incluida en el calendario de vacunación de todas las comunidades españolas, por lo que la mayoría de la población está protegida de los casos graves de la enfermedad.

Otro riesgo sería la exposición a las aguas contaminadas con Leptospira, S. typhi o E. coli, que podrían provocar leptospirosis (una infección sistémica) o casos graves de gastroenteritis. También es posible la infección por Legionella, que se transmite a través de aerosoles y provoca neumonías graves. Sin embargo, explica Adrian, es muy complicado que se produzca una epidemia con algunas de estas enfermedades, ya que tienen largos periodos de incubación y, en muchas ocasiones, los enfermos son asintomáticos o no contagiosos.

Estas conclusiones se recogen de otros episodios similares vividos en inundaciones en nuestro país, como la ocurrida en Bilbao en 1983, donde muchas de las personas que se sumergieron en las aguas contaminadas estuvieron expuestas y padecieron leptospirosis.

La buena noticia es que por el momento se descarta la aparición de brotes de enfermedades epidémicas trasmisibles por cadáveres, como el cólera, tifus o la peste. Estas enfermedades todavía están muy presentes en la mente popular por los estragos que causaron antaño, pero afortunadamente hace décadas que no se detectan en España. Por tanto, sería muy complicado que apareciesen estos microorganismos en las aguas estancadas, ya que para ser trasmisibles, las personas tendrían que haber fallecido a causa de alguna de estas enfermedades.

Por tanto, como apuntan ambos profesionales, se espera un gran repunte en tétanos y enfermedades gastrointestinales entre los voluntarios, enfermedades que tienen poca probabilidad de convertirse en una epidemia. Aún con esto, Adrian destaca la importancia de llevar una vigilancia sindrómica de la catástrofe, es decir, de los síntomas que puedan sufrir las personas de las zonas afectadas, ya que hay muchas variables a controlar para minimizar los riesgos. Sin embargo, la baja probabilidad de epidemia no quiere decir que haya que descuidarse, sino todo lo contrario. Para poder seguir trabajando en las labores de limpieza, lo más importante es seguir las recomendaciones de los servicios sanitarios y protegerse a uno mismo.

En caso de contacto con el barro, se recomienda aplicar agua limpia y jabón, y posteriormente, limpiar con gel hidroalcohólico para asegurar la desinfección.

Cómo protegerse como voluntario

A pesar de las mascarillas y guantes, es muy probable que al barrer, al palear, o al mover objetos voluminosos se pueden producir pequeñas gotículas o manchas de barro que caigan fuera de las zonas protegidas. En estos casos, lo ideal es limpiar la zona lo antes posible. Para ello se puede aplicar agua limpia y jabón, y posteriormente, limpiar con gel hidroalcohólico para asegurar la desinfección.

Además, hay que evitar las situaciones de riesgo en la medida de lo posible. Es decir, alejarse de lugares inestables, posibles desprendimientos, y zonas inundadas que puedan esconder socavones profundos, los equipos profesionales cuentan con protocolos para realizar esas labores de forma segura.

También es necesario tomarse un descanso cuando sea necesario. Según pasan los minutos y tenemos menos energía, tendemos a descuidar más lo que ocurre en nuestro entorno. Por tanto, el agotamiento físico y mental pueden ser un factor de riesgo, ya que nos puede llevar a cometer errores que, en estos casos, puede acabar en una lesión.

Una vez finalizada la limpieza, es imprescindible deshacerse de todo el equipo desechable en las zonas habilitadas y, una vez en casa, lo ideal sería lavar la ropa embarrada en una lavadora únicamente destinada a esas prendas utilizado con agua a 60ºC para acabar con la mayoría de patógenos. De este modo minimizaremos los riesgos de infectarnos nosotros o a nuestros seres queridos.



via Daniel Pellicer Roig https://ift.tt/0cbqOGk

viernes, 1 de noviembre de 2024

Viajes. ¿Una nueva domesticación? Así está cambiando el carácter de los perros con la vida moderna

La relación entre los perros y los humanos se remonta a hace miles de años y ha sido, posiblemente, la mayor historia de cooperación entre especies que haya existido. Nuestros antepasados proporcionaron a los de los perros comida segura a cambio de su ayuda en la caza y, con el tiempo, les llegaron a confiar el cuidado de sus rebaños, que en otra época habrían sido presas fáciles.

Esta relación modeló el carácter de los perros de un modo primordial, que se mantuvo inmutable durante milenios. Y así, durante gran parte de la historia de la humanidad, los perros han asumido básicamente dos papeles: cazadores y guardianes. Esto requería perpetuar una serie de rasgos de comportamiento, como el impulso de presa – es decir, el instinto cazador – o la actitud defensiva hacia los extraños.

Pero ahora este rol está cambiando y, con él, también cambian las expectativas de lo que la gente espera de un perro. Rasgos de comportamiento que antiguamente eran deseables han dejado de serlo e incluso son vistos como un problema. La gente que quiere una mascota ya no busca un perro que ladre ante cualquier extraño, que tenga una actitud defensiva o que ataque a los animales que no conoce.

Una tercera ola de domesticación

Brian Hare, profesor de antropología evolutiva en la Universidad de Duke, y Vanessa Woods, gerente del programa Duke Puppy Kindergarten, exploran este tema en su libro Puppy Kindergarten: The New Science of Raising a Great Dog (“Guardería de perros: La nueva ciencia de criar a un gran perro”). En él, exponen cómo los perros modernos están mostrando adaptaciones biológicas y cognitivas que les permiten encajar mejor en el mundo contemporáneo.

Los autores hablan de tres olas de domesticación. La primera correspondería al tiempo en el que los lobos salvajes empezaron a convertirse en perros: en aquel momento, los humanos los seleccionaban en base a su docilidad y sus habilidades para el rastreo y la caza, ya que estas eran necesarias para su papel de apoyo a los cazadores y de cuidado de los rebaños.

La segunda ola se situaría después de la Revolución Industrial y corresponde al momento en el que los perros empezaron a tener el papel de mascotas. Entonces el énfasis dejó de estar en sus habilidades y pasó a centrarse en su aspecto, ya que inicialmente solo los ricos podían permitirse tener mascotas y estas se convirtieron en un símbolo de estatus. Así nacieron muchas de las razas que hoy conocemos.

Ahora, Hare y Woods defienden que estamos ante una “tercera ola de domesticación”, ya que los perros están respondiendo a las nuevas exigencias de la vida moderna desarrollando características estrechamente relacionadas con la inteligencia social: en su rol de mascotas se espera que se comporten de una forma muy distinta a como han sido durante la mayoría de su historia, cuando su papel era proteger el ganado o las casas de sus dueños.

Su nuevo papel prioriza la relación amigable con las personas y con otros animales. En cierto modo es un regreso a los orígenes, cuando lo que más se valoraba en los perros eran aspectos de su carácter. La diferencia es que ahora no están enfocados al utilitarismo, sino a la vida en sociedad, y además afrontan nuevos retos derivados de los cambios en el estilo de vida de las personas.

Un cambio de paradigma

En lo que se refiere a nuestra relación con los perros, lo que más nos diferencia de las generaciones pasadas es la cantidad de actividades que realizamos con ellos. Esto implica desarrollar una serie de habilidades cognitivas enfocadas a la inteligencia emocional y social. Ahora, por ejemplo, se valora mucho que sean sociables con otros perros y también con otras mascotas, como gatos o conejos.

Este cambio afecta incluso al lenguaje, ya que un perro que reaccione agresivamente hacia otros se denomina “reactivo”, cuando en otros tiempos este comportamiento era considerado normal e incluso deseable, por su papel de guardián. En cambio ahora es un problema de corregir, no solo porque limita la capacidad de realizar actividades con sus cuidadores, sino también porque puede poner en riesgo a las mascotas de otras personas en espacios compartidos, como el veterinario o el transporte público.

Otro cambio importante que se ha producido en nuestra relación con los perros afecta especialmente a aquellos entrenados como animales de servicio, como perros guía, de rescate o de terapia. Para estos trabajos deben aprender y memorizar instrucciones y patrones de conducta muy complejos. El ejemplo más claro son los perros guía, que deben aprenderse diversas rutas, asociarlas a una instrucción (“a la farmacia”) y estar atentos a señales que para ellos no deberían significar nada, como los semáforos o los pasos de peatones.

Finalmente, los autores destacan el cambio que supone para nuestros compañeros la progresiva tendencia hacia la vida urbana en las últimas décadas. Durante la mayor parte de nuestra historia compartida, los perros han tenido un acceso notable a espacios abiertos, ya sea porque sus dueños vivían en el campo o porque eran animales de trabajo. Generalmente, la gente que vivía en las ciudades era o lo bastante rica como para que siempre hubiera alguien en casa - ya fuese la mujer que no trabajaba o el servicio doméstico - o demasiado pobre para poder permitirse tener perro.

Ahora, en cambio, muchas mascotas deben pasar largas horas en casa mientras sus cuidadores trabajan y en esta situación se espera que no ladren ni causen destrozos. Incluso cuando salen, al vivir en la ciudad, hay espacios en los que deben ir con correa. Y, si bien cada vez son más las empresas que permiten a sus trabajadores llevar el perro a la oficina, este debe aprender a comportarse en un ambiente de trabajo.

Hare y Woods sostienen que estamos viviendo una época de “selección por comportamiento” que en pocos años moldeará el carácter de los perros en general, haciéndolos animales más amigables con los extraños y refinando su inteligencia social. Y no solo como mascotas: la demanda creciente de terapias asistidas con animales hará que cada vez sean mejores en este papel que combina aspectos del perro-mascota y el perro de trabajo. La idea de que el perro es el mejor amigo del hombre nunca había estado tan vigente como ahora.



via Abel G.M. https://ift.tt/MQohdxl