Muchos de los grandes directores y productores de cine han quedado prendados de los increíbles lugares que puedes ver en Islandia, especialmente los encargados de llevar a la gran pantalla obras de ciencia-ficción y aventuras (¿te suena todo lo que sucede más allá del muro en Juego de Tronos?).
Durante gran parte del año esos escenarios no necesitan ningún tipo de atrezzo, pues los paisajes de Islandia son crudos y desgarradores pero de una belleza incomparable con sus géisers, icebergs, volcanes, glaciares o campos de lava.
Esta tradición se remonta incluso a cuando el cine no había dado ni sus primeros pasos, ya que Julio Verne se atrevió a describir la puerta de entrada al centro de la Tierra sin haber estado nunca en la isla de hielo y fuego, sólo con las reseñas que había leído y basándose en cartas cartográficas.
Realidad y ficción son fáciles de confundir en este fascinante destino, así que vamos a ayudarte con nuestras recomendaciones con una selección muy personal de 10 lugares que visitar en Islandia imprescindibles.
TOP 10 sitios que ver en Islandia
En nuestro viaje a Islandia nos sorprendió especialmente la diversidad de sus paisajes. En cuestión de pocos kilómetros (como por arte de magia) puedes encontrar icebergs, glaciares, campos de lava o estructuras basálticas con formas de lo más inusitadas.
Todas estas joyas son fruto de una situación estratégica sobre las placas tectónicas que provocan que esta ínsula sea una auténtica rareza geológica y geotermal, además de un regalo del cielo para los viajeros de medio mundo.
Si tienes pensado viajar a este destino por primera vez vamos a recomendarte algunos de los sitios que ver en Islandia más especiales:
La laguna glaciar Jökulsárlón
Jökulsárlón significa, en islandés, la laguna del río glaciar y eso es ni más ni menos de lo que se trata. Una enorme y preciosa lengua del portentoso glaciar Vatnajökull, que ha generado una incomparable laguna a lo largo de siglo y medio.
Lo que hace muy peculiar a Jökulsárlón respecto a otras lenguas de glaciar, es que desemboca en el mar, arrojando sobre éste numerosos icebergs que flotan en las tranquilas aguas y que le confieren un aspecto polar maravilloso y sobrecogedor.
Sin duda, uno de los sitios que no te puedes perder de Islandia. Un buen lugar para dejar el coche y hacer buenas fotos lo encontrarás junto a los dos aparcamientos que hay situados a la izquierda antes de llegar al puente.
Piensa que de Reikiavik a Jökulsárlón hay como 5 horas de coche, más si vas parando a hacer fotos (no te pierdas nuestras recomendaciones sobre qué ver en Reikiavik).
Nosotros pernoctamos en Kirkjubæjarklaustur la noche de antes para que no fuera tan pesado, pero una buena opción es hacer este tour de un día completo para ver Jökulsárlón y algunos de los mejores paisajes del sur de Islandia.
El cabo de Dyrhólaey
Dyrhólaey es un lugar que no es demasiado frecuentado por turistas (al menos hace unos años). Normalmente la gente se queda con la visita a las playas negras de Vík y luego suele pasar de largo.
Nosotros tuvimos la suerte de ir hasta allí porque disponíamos de bastante tiempo para visitar esa zona del sur de Islandia.
Lo más característico de Dyrhólaey es esta formación rocosa, de unos 120 metros de longitud, y que tiene ese curioso arco bajo creado por la erosión marina de forma natural.
Es el lugar de interés que ver en Islandia que más gustó a Vero. Tampoco te puedes perder la visita al famoso faro que hay por la zona. Para llegar hasta allí tardarás como unas dos horas y medias de ruta desde Reikiavik.
Svartifoss, la catarata de basalto
El salto de agua en sí mismo no es nada del otro mundo, lo que llama poderosamente la atención de la cascada Svartifoss son las columnas poligonales de piedra basáltica negra que la rodean, un paisaje muy peculiar y que nos hizo quedarnos con la boca abierta conforme nos íbamos acercando.
Mucha gente dice que esas rocas tiene el aspecto de un órgano de catedral. El órgano de Dios dicen algunos.
Para llegar hasta Svartifoss tienes que conducir como hora y media en coche desde Svínafellsjökull. No tiene pérdida porque el Parque Nacional de Skaftafell es uno de los lugares turísticos más populares de Islandia. Desde la capital del país son más de cuatro horas en coche… pero la recompensa merece mucho la pena.
La laguna glaciar Fjallsárlón
Fjallsárlón ocupa un área de unos 4 kilómetros cuadrados y está ubicado en el extremo sur del glaciar Vatnajökull. Está muy cerca de Jökulsárlón, así que antes de pasarte por la laguna más célebre, puedes visitarlo primero. Seguro que no te decepciona.
La visión de los icebergs flotando a la deriva sobre la laguna y el glaciar detrás es imponente. Además, por encima de Fjallsárlón se asoma el famoso volcán Öræfajökull. Mires donde mires, este paisaje islandés es realmente impresionante.
Los grises, blancos, azules y negros dibujan un cuadro llamado Fjallsárlón que evoca otros parajes más remotos y polares. Menos mal que la temperatura era agradable (fuimos en verano), porque la cámara echaba humo de la cantidad de fotos que hicimos.
La catarata Skógafoss
La catarata Skógafoss está situada en uno de los puntos más meridionales de Islandia y es una de las cascadas más grandes del país gracias a sus 60 metros de caída y unos 25 metros de ancho. En una palabra: ¡impresionante!
Como te puedes imaginar, el ruido que provoca el agua al chocar con la poza es ensordecedor, pero a la vez muy atrayente. Desde lejos ya es necesario pertrecharse con un chubasquero, pues la cortina de agua empapa de lo lindo. Dicen que si luce el sol se ve el arcoiris, pero nosotros no tuvimos esa suerte.
Las dimensiones de Skógafoss provocan que la cascada sea mucho más hermosa desde lejos que conforme te vas aproximando. De hecho, el contraste del agua partiendo en dos el acantilado verde es de lo más fotogénico.
Está emplazada a sólo dos horas de Reikiavik y muy cerca de Vík í Mýrdal. Sin duda, uno de los lugares imprescindibles que visitar en Islandia.
Vík y los tres trolls gigantes
Vík tiene dos curiosidades sobre el conjunto de Islandia. Por una parte, es la población que queda más al sur de la isla, y por otra, es la más lluviosa del país. Afortunadamente, nosotros disfrutamos de un día magnífico de playa, aunque no fuimos tan locos como para bañarnos en el gélido mar del Norte.
Las tres rocas monolíticas (conocidas como los trolls), junto al acantilado y la playa de Vík, configuran una imagen preciosa, que sin duda, ha sido utilizada como reclamo turístico en muchos de los libros y catálogos de Islandia.
Los geólogos os dirían que estos tres salientes son formaciones rocosas originadas por la erosión del fuerte oleaje del mar del Norte. Sin embargo, los lugareños os hablarán de la mitología escandinava pues los trolls eran personajes que se convertían en piedra cuando les daba el sol.
La lengua glaciar Svínafellsjökull
Lo que nos llamó poderosamente la atención de Svínafellsjökull fue que no estaba tan inmaculado como las lenguas glaciares que habíamos visto anteriormente.
El negro tiene un papel fundamental en este paisaje pues se trataba de las célebres cenizas del Eyjafjallajökull, que meses después de su erupción, todavía no habían borrado su funesta aparición por Islandia.
Sí, fuimos de aquellos locos que visitaron Islandia por primera vez poco después de la erupción de aquel volcán de nombre impronunciable.
Además de por su belleza, el Svínafellsjökull nos permitió tener un contacto más directo con el glaciar, ya que había partes que se podían tocar. Incluso, había gente de excursión sobre el mismo, aunque para eso tienes que ir con gente especialista en travesías por los glaciares.
El crujido del hielo nunca se nos olvidará. Para llegar desde la capital tienes que hacer una ruta en coche de 4 horas y 20 minutos, aunque queda relativamente cerca de Jökulsárlón.
La cascada Seljalandsfoss
La cascada Seljalandsfoss es uno de los numerosos saltos de agua que se pueden observar en el sur de Islandia. Está ubicada entre Selfoss y Skógafoss y para llegar hasta ella tomamos la carretera número 1 que es la más famosa de la isla.
La diferencia con los otros saltos de agua, es que en Seljalandsfoss tienes la oportunidad de pasar justo por detrás de la cascada y por eso es una de las favoritas de los niños. Eso sí, no te olvides del chubasquero, porque puedes acabar calado.
Este salto de agua alcanza una altura de 60 metros, aunque el caudal es bastante más pequeño que otras monstruosidades como Gullfoss. Puedes visitar algunos de los lugares más interesantes de Islandia en esta excursión de un día por la costa sur y cascadas.
La espectacular cascada de Gullfoss
Gullfoss, que en islandés significa cascada dorada, no es ni el más grande, ni el más hermoso de los saltos de agua de Islandia, aunque su cercanía con Reikiavik hace que sea el más popular y, por supuesto, el más visitado.
Gullfoss impresiona desde lejos, sobre todo si en tu vida has visto pocas cascadas de estas dimensiones. Su espectacularidad reside en los 32 metros de altura y en el generoso caudal que fluye del río Hvitáen ese punto.
Eso provoca que el agua descienda con una fuerza brutal generando un perpetuo estruendo que hace la visión todavía más impresionante.
La cascada de Gullfoss se puede observar desde varios puntos, todos ellos convenientemente vallados para evitar alguna desgracia.
Para llegar al mirador más alto de la cascada tienes que superar un caminito que pasa muy cerca del salto de agua y en el que es recomendable llevar chubasquero para no calarte hasta los huesos.
Se trata de uno de los lugares turísticos de Islandia más visitados y forma parte del denominado Círculo Dorado. Puedes descubrir todos sus atractivos en esta completa excursión desde Reikiavik.
Los géisers Strokkur y Geysir
Relativamente cerca de Gullfoss se encuentra la zona geotermal de Geysir donde se encuentran los célebres géisers Strokkur y el Gran Geysir, que da nombre a este curioso fenómeno geológico.
Los géisers y las pozas están vallados para evitar que las erupciones espontáneas de agua hirviendo te escalden.
El más activo y frecuente de los géisers de la zona es Strokkur. Eclosiona aproximadamente cada cinco minutos y puede alcanzar una altura de unos 20 metros. Nosotros intentamos verlo desde varias posiciones y distancias.
Para hacer fotos es mejor alejarse un poco, ya que ves la magnitud del chorro y escuchas mejor las voces de estupor de los viajeros.
Sin embargo, Strokkur es un poco como el premio de consolación. La verdadera estrella del mundo de los géisers es el Gran Geysir. Para que os hagáis una idea, el Geysir era un surtidor de más de 20 metros de diámetro.
Un enorme boquete en el suelo del que emanaba una torre de agua que alcanzaba los 60 metros de altura. Ahora sólo es una gran charca de agua caliente.
Nosotros nunca viajamos sin seguro de viaje
Nosotros nunca viajamos sin seguro de viaje… y menos cuando vienen los peques. Siempre es conveniente estar protegido por lo que pueda pasar y más en un destino donde la asistencia médica es tan cara.
Te recomendamos viajar a Islandia con una póliza que te cubra en destino posibles accidentes, hospitalizaciones por enfermedad o contratiempos que puedan suponer un sobrecoste en tu presupuesto de viaje (ten en cuenta que la hospitalización o atención médica en Islandia es extremadamente cara).
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