Cuando Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay completaron la primera ascensión oficial al monte Everest en 1953, ambos eran sabedores de que estaban escribiendo el inicio de una larga historia en el alpinismo. El techo del mundo era coronado por primera vez y ambos escaladores descendieron para contarlo, abriendo una nueva página en los libros de historia. Desde entonces han pasado casi 70 años y el Everest se ha convertido en una de las mecas del alpinismo.
Sin embargo, en los años 50 no existía Internet ni las expediciones estaban tan preparadas y organizadas como en la actualidad. Lo mismo pasaba con los mapas: Hillary y Norgay dieron paso a miles de escaladores que se aventuraron en subir hasta el punto más elevado del planeta y, con ellos, el conocimiento de la montaña se extendió, la cartografía evolucionó y las expediciones se profesionalizaron con el paso de los años hasta tal punto que, en la actualidad, el majestuoso pico que domina los ochomiles es conocido a todo detalle.
Ahora Tom Patterson, creador de Shaded Relief, ha publicado el mapa en 3D a mayor resolución conocida, que detalla todos y cada uno de los puntos del mítico monte a una exactitud de 8 metros por píxel. Es un instrumento de gran valor coleccionista, pero también abre nuevas posibilidades para los conocedores de la montaña y sus rutas de ascenso. Creado a partir de los datos obtenidos de la plataforma High Mountain Asia del centro norteamericano de Nieve y Hielo y con imágenes del satélite Landsat 8, tiene una aplicación científica orientada en conocer a todo detalle la zona más alta del planeta, pero también trae recuerdos a los escaladores que algún día coronaron el monte Everest y supone un gran activo para la planificación de todas aquellas expediciones que están por venir.
Patterson asumió que, en algunas zonas, la carencia de datos oficiales y la variación entre distintas fuentes supondrían un impedimento, como ocurre con la cara norte del Pumori o la cresta entre el Lhotse y el Nuptse, por lo que retocó la zona con Photoshop para tratar de afinar la imagen a la realidad. Con todo ello, el resultado es un mapa en 3D que refleja de la manera más fiel posible la orografía de una de las zonas más inaccesibles del planeta y, por supuesto, la más alta.
Patxi Fernández fue el primer navarro junto a su compañero Pitxi Eguillor en completar la ascensión al Everest y, cuando observa el mapa de Patterson, se asombra de la gran cantidad de detalles que muestra. "Me encanta el mapa porque está hecho con gran precisión. Se ven claramente las vías e identificas perfectamente las zonas. Está hecho a gran detalle, es francamente un buen mapa", asegura Fernández, que fue parte de la primera expedición navarra de la historia en hacer cumbre en el pico más alto del planeta.
Fernández, Eguillor y el resto de la expedición culminaron la hazaña en 1992 y, aunque de eso hace ya 28 años, mantienen muy vivo el recuerdo de ese hito. Ahora Fernández recuerda con cariño su ascensión: "nosotros no teníamos mapa, pero teníamos muchas referencias anteriores de revistas especializadas y los sherpas ya conocían el camino, por lo que no hacía falta una cartografía a todo detalle. Tuvimos que rehacer el camino del año anterior, pero la vía estaba abierta, que no es lo mismo que si abres tú una vía y te enfrentas directamente a la montaña".
Los tiempos cambian y, con la llegada de Internet y el desarrollo de la cartografía durante las últimas décadas, afrontar una expedición de este tipo requiere menos desafíos. No obstante, no iban a ciegas: "cuando alguien sube la montaña, siempre se escribe y se dejan referencias. Antecesores nuestros ya habían estado en Nepal y nos apoyábamos. Era muy diferente, seguramente sería más difícil la infraestructura para llegar allí que lo que es realmente la ascensión", dice Fernández.
¿Cómo surge la idea de subir el Everest?
Por aquel entonces, no llegaba a la veintena el número de españoles que habían conseguido coronar el Everest y volver para contarlo. Martín Zabaleta consiguió llegar hasta el techo del mundo en 1980 y abrió camino para el resto de montañeros españoles. Les demostró que era posible.
La expedición navarra no tenía como objetivo principal subir hasta los 8.848 metros, el punto más alto del Himalaya, pero pronto se dieron cuenta de que lo harían. "Yo era montañero y habíamos subido muchas montañas en todo el mundo, pero realmente nunca tuve la idea desde pequeño de subir el Everest. En la expedición que hicimos a Nepal subimos primero al Cho Oyu y, cuando hicimos cumbre, tuvimos justo enfrente al Everest. Allí surgió, cuando lo vimos. Nos ilusionamos con la idea de subirlo y según llegamos a Katmandú empezamos a contactar para hacer el papeleo" dice Patxi Fernández, quien mantiene vivo el recuerdo de su experiencia 28 años después.
Un flechazo. Un nuevo reto. La montaña más alta del mundo estaba ante sus ojos y las fuerzas acompañaban, así que se pusieron manos a la obra. Sin embargo, aunque hoy hay agencias que preparan ascensiones al monte, no siempre ha sido así. "Antes el Everest no era tan accesible como ahora, alguna expedición había fracasado e incluso algunos habían muerto intentándolo. Cuando vimos el Everest allí y nos notamos capacitados para hacer la burocracia, nos ilusionamos con el monte. Hasta que no llegamos y lo subimos, no paró aquella aventura". Y, efectivamente, lo consiguieron. Hoy mapas como este pueden ayudar a conocer mejor el monte a los apasionados, a traer recuerdos a los alpinistas que lo coronaron y facilitará, en cierto modo, la exploración de la zona más alta del planeta.
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