Pachinko. Qué ver en Japón con niños: 10 lugares imprescindibles para un viaje en familia

¿En serio que todavía te estás pensando lo de viajar a Japón con niños? Si le preguntas a nuestros hijos cuál es su destino favorito en el mundo te responderán con rotundidad: ¡¡¡Japón!!! En el país del Sol Naciente han tenido la sensación de estar dentro de un videojuego o ser los protagonistas de uno de sus mangas favoritos. Además de ser un país muy seguro y con unas infraestructuras sanitarias de 10, en Japón los niños aprenderán cómo es una sociedad tremendamente educada y respetuosa con los demás. Diversión, valores y un destino alucinante es lo que aprenderán los más pequeños en el archipiélago nipón.

Aunque ya hemos hecho cuatro viajes a Japón, el tercero estuvo centrado en lugares y actividades para los peques. Pese a que ha pasado tiempo desde aquel periplo, seguimos embobados al comprobar que Teo y Oriol todavía recuerdan alguna de sus batallitas por tierras niponas. Que no te eche para atrás las horas de vuelo, la distancia o el idioma tan distinto. Seguro que tu familia regresa con unas ganas locas de volver. Para darte un empujoncito, vamos a repasar qué ver y hacer en Japón con niños, sin más, estos son los lugares que les encantaron a nuestros hijos.

Qué ver y hacer en Japón con niños: 10 +1 lugares imprescindibles

Nuestro viaje a Japón con niños fue en primavera y tuvo una duración de unos 10 días. Es un destino perfecto para unas vacaciones de Semana Santa, ya que los peques no tienen cole en esa época del año y, además, los cerezos en flor le otorgan a al país de Sol Naciente una imagen idílica que pocos lugares tienen en el mundo. Nuestro itinerario tuvo en Osaka y Tokio las dos bases de operaciones principales y desde allí nos fuimos moviendo a otros lugares de la isla de Honshu como Kioto o Himeji.

Japón fue donde empezó nuestra historia viajera y es probablemente el destino que más nos ha marcado como personas. Teníamos muchas ganas de revivir algunas experiencias de antaño y compartir nuestro amor por el país del Sol Naciente con nuestros hijos. Al viajar con niños pequeños la película fue muy distinta. Lógicamente hemos tenido que adaptar todo a sus necesidades los peques vivieron una experiencia inolvidable. Vamos a repasar qué ver en Japón en en familia:

Consejo para tu viaje a Japón en familia:

¿Quieres viajar en tren por Japón? Te recomendamos que te compres el JR Pass, un pase para moverte con total libertad por Japón utilizando su amplia red de trenes y que te permitirá llegar fácilmente hasta los destinos que quieras visitar: Reserva aquí tu JR Pass. Los niños de entre 6 y 11 años pagan la mitad y los menores de 6 pueden subir a los trenes sin necesidad de adquirir un billete.

Den Den Town, Osaka

Tras el largo viaje desde España no teníamos demasiadas pretensiones el día de nuestra llegada. Comimos en un restaurante de curry lleno de posters de Son Goku (Dragon Ball es una de las pasiones de nuestros hijos), una siestecita y a pasar la tarde de lluvia en la zona de Nipponbashi también conocida como Den Den Town. Salvando las distancias, esta zona sería el equivalente al tokiota de Akihabara en Osaka. Dejamos un poco de lado la parte más sórdida de la cultura otaku y lo pasamos de miedo con el merchandising de las series y pelis que les gustan a Teo y Oriol. También jugando unas partiditas a videojuegos clásicos como Pac-Man, Dungeons & Dragons o títulos algo más nuevos como Street Fighter IV o Mario Kart. Además, probamos suerte con el mítico juego de los taikos o bailamos sobre un suelo luminoso. No sé si lo pasaron mejor los niños y los papás para adaptarse al horario y el estilo de vida nipón.

Universal Studios Japan, Osaka

No somos mucho de ir a parques temáticos, pero éste merece realmente la pena si viajas con niños. Para los papás es una especie de viaje nostálgico para disfrutar de atracciones relacionadas con pelís tan míticas como Regreso al Futuro, Jurassic Park o Tiburón, mientras que los peques alucinan con los Minions de Gru, Harry Potter (hay que pedir cita antes y nosotros no los sabíamos) o Spiderman (la experiencia arácnida justifica por sí misma pagar la entrada del parque). Si vuestros hijos son muy pequeños en la zona Universal Wonderland encontrarán muchísimas actividades divertidas. Nosotros pagamos la novatada, pero os recomendamos pagar un pelín más por el Express Pass y, de este modo, ahorrarte las larguísimas colas. La cabalgata antes del cierre es realmente preciosa. Un consejo si decides ir a Universal Studios Japan: compra aquí la entrada de Universal Studios Japan antes del viaje para evitar colas. No te arrepentirás.

Pokémon Center

Nosotros hemos ido al de Osaka ubicado en el centro comercial Daimaru y a uno de los de Tokio, aunque existen hasta 11 Pokémon Center repartidos por todo Japón (Sapporo, Sendai, tres en Tokio, Yokohama, Nagoya, Kioto, Osaka, Hiroshima y Fukuoka) y 11 Pokémon Store. Da igual que tus peques hayan visto muchos o pocos capítulos de Pokémon o no hayan jugado a sus juegos, son tan adorables que caerán rendidos a sus pies. Además de vender todo tipo de merchandising de la saga, hay un espacio de juegos y videojuegos con recompensa incluida. Nosotros nos fuimos de allí con una decena de muñequitos y una pokéball.

Castillo de Himeji, Himeji

También tuvimos nuestra ración de templos, jardines y castillos (especialmente en Tokio y Kioto) durante el viaje a Japón y éramos conscientes de que a los niños les podía resultar un tanto aburrido si nos pasábamos de la raya. Sin embargo, acababan de reabrir al público el Castillo de Himeji después de muchos años de restauración y no podíamos perder la ocasión de visitar a la célebre garza blanca. La visita en sí fue un tanto monótona, ya que al haber tanta gente todo iba muy despacito. Eso no impidió que los niños alucinaran con la belleza del castillo y los cerezos en flor que completaban la postal. Lógicamente a ellos les gustó mucho más correr por los jardines exteriores que llegar hasta la última planta de la fortificación a paso de tortuga.

Un viaje a Japón con niños diseñado para tu familia?

Hemos diseñado un viaje perfecto para descubrir Japón en familia, ideal para viajar con niños de hasta 12 años e inspirado en el que hicimos con nuestros hijos: Reserva aquí tu viaje a Japón en familia y vive algunos de los momentos más memorables de tu vida con tus hijos.

Fushimi Inari, Kioto

El santuario Fushimi Inari de Kioto (o Fushimi Inari Taisha) es imprescindible, ya que probablemente se trata del lugar de oración sintoísta más conocido fuera de Japón. Sus famosas torii o puertas rojas quedaron grabadas en la memoria colectiva gracias a la adaptación cinematográfica que Rob Marshall hizo en 2005 de la novela Memorias de una geisha. Ese momentazo en el que la niña Sayuri corre a través del pasillo de color escarlata para pedirle un favor al dios Inari provocó que las visitas a este oratorio crecieran de forma exponencial, especialmente entre los turistas extranjeros. A nuestros hijos les encantó rememorar ese momento cinematográfico y buscar las numerosas estatuas que hay dedicadas a los zorros de Inari o kitsune. También jugamos a salirnos un poco de los senderos y buscar los pequeños bunsha que hay repartidos por la colina.

Tokyo Dinseyland, Tokio

Antes de viajar a Japón con los niños no habíamos estado en ninguno de los Disneyland que hay repartidos por el mundo. Nuestra visita fue entre semana y coincidió con uno de los días más fríos y lluviosos de abril en Tokio desde hacía décadas. Esa mañana hasta vimos caer copos de nieve. La lluvia y el frío provocó que el parque estuviera algo más vacío que de costumbre, con la ventaja de que las colas para disfrutar de las atracciones nunca superaron los 15 minutos, aunque con ese ambiente “Arendel Style” todo se veía un poco desangelado. De hecho, no vimos ni a una princesa Disney en todo el día. Nos imaginamos que estarían echándole la bronca a Elsa de Frozen por pasarse de la raya con sus poderes invernales. A Teo y a mí nos flipó especialmente la atracción de Star Wars, la de Monstruos S.A. y la de Buzzlight Year. También nos encantó que la mayoría de atracciones no tenían restricciones de edad y Oriol también pudo disfrutar de casi todo. Si compras la entrada de Disneyland Tokio por internet te evitarás muchas colas.

Museo Ghibli, Mitaka

Quizá sea porque en casa hemos visto casi todas las pelis del Studio Ghibli (¿a qué esperas para ponerle Totoro, Nicky o Ponyo a tus hijos?) pero salimos de allí entusiasmados. El Museo Ghibli probablemente sea uno de los mejores museos para niños (y no tan niños) que hemos visitado jamás. No se pueden hacer fotos en el interior y las entradas se deben comprar anticipadamente porque hay un número limitado de personas que lo pueden visitar cada día. No sabríamos qué destacar porque el conjunto es mágico, aunque está claro que a los niños les suele chiflar eso de poder subirse al gatobús que aparece en la peli de Totoro. Si eres fan de las películas del Studio Ghibli, reserva ahora las entradas, pues son muy difíciles de conseguir. No pierdas la oportunidad de visitar el Museo Ghibli cuando visites Tokio.

Kiddy Land, Tokio

Es una juguetería que hemos visitado en los cuatro viajes a Japón, pero la película cambia mucho cuando vas con niños pequeños. Está ubicada en la lujosa Omotesando de Harajuku y acaba de cumplir 60 años desde su apertura. Como te puedes imaginar es un auténtico paraíso para los peques, ya que sus estanterías están repletas de cachivaches y juguetes de todo el mundo. Estando en un barrio tan pijo, no podía faltar una planta entera dedicada a Snoopy, aunque hay muñequitos y merchandising de personajes japoneses e internacionales. Uno de los lugares imprescindibles para visitar en Japón con niños.

Tokyo SkyTree, Tokio

Como si se trataran de dos supervillanos de manga, a Teo y a Oriol les gustó eso de ver el mundo diminuto a sus pies. Íbamos con miedo por si había grandes colas para entrar a esta gigantesca torre, pero lo cierto es que no encontramos casi gente en las taquillas. Teo se atrevió a subir conmigo al mirador que está ubicado a 450 metros de altitud y jugar a intentar reconocer algunos lugares donde habíamos estado antes. Justo a la salida de la Tokyo Skytree había unas colchonetas y unos hinchables con los que también se lo pasaron pipa.

Diver City, Odaiba, Tokio

No deja de ser uno de los muchos centros comerciales que hay en Japón y que nos ayudaron a refugiarnos de la intensa lluvia primaveral. Sin embargo, además de las típicas tiendas, este lugar tenía un peculiar Gundam gigantesco a la entrada. Lógicamente nuestros hijos no han visto ninguna de las series de anime que creara Yoshiyuki Tomino en 1979, ni se han leído ningún manga ni han jugado a ninguno de los juegos de la saga ¿pero a qué niño no le mola ver un robot gigantesco?

Extra: Museo Edo-Tokyo, Tokio

Un plan extraordinario para una mañana de lluvia en la gran metrópolis. Este sensacional (y enorme) museo, en el que prácticamente todo se puede tocar, es una forma sensacional de enseñarles a los niños algo de historia de Japón. A priori parece una temática aburrida para niños pequeños, pero poco a poco se van metiendo en su papel de exploradores y disfrutan de lo lindo subiéndose a bicicletas antiguas, entrando (y corriendo) por casas tradicionales japonesas o metiéndose dentro de un palanquín de finales del siglo XIX. Se necesitan varias horas para saborear tranquilamente todo lo que ofrece el museo.

Nosotros nunca viajamos sin seguro de viaje

Nosotros nunca viajamos sin seguro de viaje… y menos cuando vienen los peques. Siempre es conveniente estar protegido por lo que pueda pasar y más en un destino donde la asistencia médica es tan cara. Te recomendamos viajar a Japón con una póliza que te cubra en destino posibles accidentes, hospitalizaciones por enfermedad o contratiempos que puedan suponer un sobrecoste en tu presupuesto de viaje (ten en cuenta que la hospitalización o atención médica en Japón es extremadamente cara). Nosotros utilizamos el seguro de viaje de IATI Seguros porque tiene una cobertura superior a la media y ofrecen siempre un trato personalizado y rápido. Puedes contratar aquí el Seguro de viaje de IATI Seguros y sólo por ser lector de el Pachinko te aplican directamente un 5% de descuento.

¿Te animas a viajar a Japón en familia? ¿Te han gustado nuestras recomendaciones sobre qué ver y hacer en Japón con niños? Esperamos tus opiniones en los comentarios.

Fotos de lugares para visitar con niños en Japón

via Pau http://bit.ly/2rVM5xn

Viajes. Las perlas, las joyas favoritas de las romanas

He visto a Lolia Paulina cubierta de esmeraldas y de perlas entrelazadas; las joyas resplandecían por toda su cabeza, en la cabellera trenzada, las orejas, el cuello y los dedos, sumando cuarenta millones de sestercios". Esto escribía el naturalista Plinio el Viejo, a mediados del siglo I a.C., a propósito de la tercera esposa del emperador Calígula.

Aunque pocas mujeres podían igualar su nivel de lujo, el gusto de Lolia Paulina por las perlas estaba muy generalizado en la Roma imperial. Su uso como adorno y símbolo de estatus propició un intenso comercio con las regiones productoras, situadas principalmente en Oriente. Este origen se manifestaba en el nombre mismo que se les daba en latín, "margarita", que a través del griego procedía en último término del sánscrito mangara, "ramillete de flores". En la Antigüedad se conocían cuatro regiones perlíferas: el mar Rojo, el golfo Pérsico, India y Ceilán, a las que se sumaban algunas zonas de China. A Roma llegaban, a través del comercio, perlas de diversas calidades, tamaños y colores. Las más apreciadas fueron las del mar Rojo y el golfo Pérsico, por su gran calidad y brillantez. Menos valoradas eran las perlas del mar Negro, pequeñas y de tonalidad rojiza, y las de Acarnania, en Grecia, muy bastas, de gran tamaño y tintes marmóreos. Las perlas de río de Britania, más oscuras y con tonalidades áureas, se convirtieron en las más cotizadas del occidente del Imperio, mientras que las de Mauritania eran apreciadas por su pequeñez.

Pescadores de perlas

Las fuentes aportan poca información sobre cómo se realizaba la recolección de perlas. Algunos autores señalan que esta actividad, muy asociada a la pesca, se hacía en verano, ya que se creía que la ostra pasaba el invierno a resguardo en las profundidades del mar. Claudio Eliano escribía que "sólo se pescaba cuando hacía buen día y el mar no se movía". Los pescadores se sumergían en el agua y buceaban hasta encontrar las ostras, que iban guardando en una red hasta que salían al exterior para respirar, volviendo a repetir esta operación varias veces. Dadas las dificultades y los riesgos de esta actividad, era habitual que la llevaran a cabo criminales condenados, controlados por las autoridades locales. Sin embargo, se sabe que en China las perlas se cultivaban a veces de forma artificial.

Recoger perlas era una actividad peligrosa. Según Eliano "sólo se pescaban cuando hacía buen día y el mar no se movía"

Tras recoger las ostras, se mataba al molusco y se dejaba descomponer para que así se desprendiera el nácar que constituye la sustancia de la perla. Según Eliano, "las ostras que capturan, las meten en vasijas y las ponen en salazón [...], la carne se corrompe y se consume". A continuación, la perla se limpiaba y se clasificaba en función de su blancura, tamaño, redondez, brillo y peso, para su posterior venta. Cuanto mayor era la calidad de una perla, más elevado era su precio.

En Roma, el comercio de perlas se desarrolló a partir de finales del siglo I a.C. y principios del siglo I d.C., cuando se consolidó la ruta comercial con Oriente a través de Egipto. Augusto recibió varias embajadas de la India, que tardaban cuatro años en llegar a Roma y acudían cargadas de valiosos objetos, entre ellos perlas. A partir de este momento, el comercio de lujo atrajo a un creciente número de clientes en Roma, interesados en adquirir estos productos exóticos.

Bajo los emperadores Claudio y Nerón, el comercio de perlas se concentró en algunos puertos de la costa de Arabia, convertidos en intermediarios entre la India y Occidente. Las mercancías pasaban a través de los puertos de Arabia hasta Alejandría, en Egipto, donde se guardaban en almacenes y se redistribuían por todo el Medi- terráneo. Este itinerario comercial queda atestiguado en obras como el Periplo del mar Eritreo, texto que especifica qué tipo de perlas preferían los romanos. Al parecer, las favoritas eran las de origen índico y las del mar Rojo, bellas por su blancura.

​Las perlas favoritas de los romanos eran las de origen índico y las del mar Rojo, por su blancura

En Roma, los comerciantes especializados en la venta de perlas se llamaban margaritarii y se agrupaban en gremios o colegios para defender sus intereses. Muchos eran libertos vinculados a un patrón que se beneficiaba de su trabajo. Algunos propietarios de tiendas pagaban a personas o designaban a esclavos para que vigilasen sus negocios durante el día y la noche, para evitar los robos.

Monopolio comercial

En Roma se han localizado dieciocho inscripciones en las que se cita el oficio de margaritarius, aunque existe la posibilidad de que esta palabra, que se usaba para definir al vendedor de perlas, se aplicase también a todas las personas ligadas a este comercio, desde los exportadores a los joyeros. La mayoría de las inscripciones se han encontrado cerca de la Vía Sacra, lo que indica que existió un selecto grupo de margaritarii ubicado en una de las calles más conocidas y transitadas de Roma, que acabó convirtiéndose en el principal eje del comercio de lujo de la ciudad. Estos comerciantes no operaban sólo en Roma. En Hispania, por ejemplo, se ha localizado una lápida dedicada a un tal Silvano, un margaritarius que vivía en Augusta Emerita (Mérida).

Perlas-castañuela

Los romanos distinguían entre diversos tipos de perlas. Las más bellas y gruesas eran las llamadas uniones; las que tenían forma de pera se denominaban elenchi, y cuando se arracimaban mediante pequeñas cadenas, de modo que al golpearse hacían un pequeño ruido, se llamaban crotalia, o "castañuelas". En cuanto al color, las de un blanco perfecto eran con gran diferencia las preferidas.

Había múltiples formas de lucirlas, ya fuera como pendientes, en collares de hasta tres hileras de cuentas, cosiéndolas a las telas o bien engastándolas en otros objetos. Las damas de la aristocracia imperial las llevaban de todas las maneras posibles: en el vestido, en las diademas, en las horquillas para el pelo e incluso en los zapatos: consta que adornaban con ellas las correas de sus crépidas, las sandalias de moda en la época. No es extraño que los poetas criticasen esta clase de derroches. Marcial, en uno de sus epigramas, decía de una tal Gelia que "no jura [...] por dios o diosa alguna, sino por sus perlas. A éstas abraza y besa; las llama hermanos y hermanas y las quiere mucho más que a sus dos hijos. Dice la desgraciada que si por algún caso las perdiera, no viviría más de una hora".

Las damas romanas llevaban perlas en vestidos, en el pelo e incluso en los zapatos

Las perlas se convirtieron también en un símbolo del poder imperial. De Nerón se decía que guarnecía de uniones las camas que se llevaba de viaje, y a partir de Caracalla los emperadores empezaron a llevar diademas de perlas, seguramente combinadas con diversos tipos de piedras preciosas. También se usaban para decorar las estatuas. Plinio el Viejo cuenta que el gusto por las perlas y las piedras preciosas lo introdujo en Roma Pompeyo con la procesión triunfal tras su victoria sobre los piratas del Adriático. En ella se incluía una imagen del propio general realizada a base de perlas cuyo recuerdo escandalizaba al escritor: "¿Tu rostro, gran Pompeyo, hecho de perlas? ¿Perlas, derroche destinado a las mujeres? ¿Aquello que ningún hombre debe llevar?".

Para saber más

"La venta de perlas en la ciudad de Roma durante el Alto Imperio". J. Pérez. Espacio, tiempo y forma, serie II, Historia Antigua, 27, 2014, pp. 267-282.

Historia Natural. Plinio el Viejo. Gredos, Madrid, 2014.

via http://bit.ly/JKJLOL http://bit.ly/2Sp7X1Q

Pachinko. Qué ver y hacer en Andorra: los mejores lugares para visitar en el país de los Pirineos

Tan cerca, tan desconocida y tan divertida. Los lugares que puedes visitar en Andorra tienen un encanto especial capaz de seducir a todo el viajero que la visita, especialmente en invierno. Su naturaleza pirenaica es un gran reclamo para esquiadores y senderistas de todo el mundo que, tras descubrirla, quedan prendados de sus cumbres y bosques de pino negro, abedules y rododendros. Pero este Principado es mucho más que nieve y montaña. Su rica historia la convierte en el único país de Europa que nunca ha modificado sus fronteras (intactas desde el siglo XII) y en un paraíso para los amantes del arte románico o los pueblos con encanto.

Estamos convencidos de que este pequeño estado te sorprenderá sean cuales sean tus gustos y estilo de viaje. Nosotros estamos deseando volver para vivir de nuevo sensaciones tan maravillosas como pisar nieve fresca, soltar adrenalina en sus estaciones de esquí o degustar su potente cocina de montaña en una borda. Acompáñanos en este viaje donde te mostraremos qué ver y hacer en Andorra en un recorrido por los mejores lugares para visitar en el país de los Pirineos.

Lo primero, ¿cómo llegar a Andorra?

Desde España el aeropuerto con más combinaciones para viajar hasta Andorra es el de Barcelona o ya un poco más alejado el de Toulouse-Blagnac en el sur de Francia. Una vez en estos aeropuertos lo más recomendable es alquilar un coche e ir por carretera hasta el Principado (pulsa aquí para ver el recorrido en Google Maps).

Para los que no sepan o no puedan conducir, hay un servicio de varios autobuses diarios que parten desde el aeropuerto de Barcelona hasta Andorra. El tiempo de viaje es de unas cuatro horas y el precio del billete por adulto es de 34 €. Puedes consultar los horarios, precios de otros billetes y paradas en la web de Direct Bus. También puedes hacer un

¿Qué ver y hacer en Andorra?

Después de pasar unos días en el Principado, podemos afirmar con rotundidad que hacía tiempo que no nos lo pasábamos tan bien en un destino en invierno. No te lo pienses dos veces y prepárate para divertirte. Vamos a recomendarte qué ver y hacer en Andorra, en un recorrido por los mejores lugares para visitar en el país de los Pirineos.

Actividades recomendadas para hacer en Andorra:

1. Descubre Andorra en una de las aventuras más emocionantes y auténticas con una excursión en trineo tirado por perros
2. Únete a este viaje desde Barcelona que te lleva a 3 países en solo 1 día. Desayuna de la villa medieval de Bagà a primera hora de la mañana, almuerza en Francia y vete de compras por Andorra y vuelve a España pasando por Montserrat.
3. Disfruta de las impresionantes vistas de las montañas de los Pirineos en esta excursión en moto de nieve
4. Impresionante experiencia la de hacer esquí en helicóptero
5. Disfruta de una excursión en raquetas de nieve en un entorno mágico y descansa en un magnífico espacio que combina lujo y tradición
6. Aventura nocturna con moto de nieve y cena

Andorra La Vella, la capital

La primera toma de contacto con este pequeño país tiene que ser una visita a su preciosa capital Andorra la Vella. Además, se trata de la capital que está ubicada a mayor altitud de Europa. Tiene un centro histórico que es una auténtica delicia para recorrer a pie y de paso visitar lugares tan emblemáticos como la Casa de la Vall (s.XVI) que fue la sede del Consejo General de Andorra y uno de los parlamentos más antiguos de Europa. También tienes que acercarte hasta la iglesia de Sant Esteve que todavía conserva el ábside de planta semicircular y la torre del campanario de su origen románico. Otros lugares interesantes del centro histórico de Andorra la Vella son la Casa Guillemó, la Casa Felipó o la antigua clínica Vilanova.

Estaciones de esquí, los lugares imprescindibles para visitar en Andorra

Tras una primera toma de contacto con la capital andorrana, lo más probable es que te apetezca disfrutar de la nieve y de la naturaleza. En este sentido, Andorra es un verdadero paraíso para los amantes de los deportes de invierno. Por ejemplo, Grandvalira es la estación de esquí más grande de los Pirineos con más de 200 kilómetros de pistas repartidas entre Encamp, Canillo, El Tarter, Soldeu, Grau Roig y Pas de la Casa. Por su parte, en Vallnord encontrarás 93 kilómetros de pistas repartidas entre los valles de La Massana y Ordino.

¿Y qué pasa con los que no saben esquiar?

No obstante, te puede pasar como a nosotros que no tenemos ni idea de esquiar. Eso no es ningún inconveniente para que puedas pasártelo en grande con la nieve en el Principado. Raquetas de nieve, mushing, trineos, motos de nieve… échale un vistazo a nuestra recopilación de 10 planes para disfrutar de la nieve en Andorra durante el invierno sin saber esquiar.

Naturlandia, el parque de naturaleza de Andorra

Otro lugar muy interesante para los que viajamos con niños es Naturlandia en Sant Julià de Lòria. En este parque de naturaleza todo son facilidades para pasarlo bien en familia con experiencias como el tubby (toboganes de montaña en el que te tiras sobre una rueda neumática), el esquí de fondo, las raquetas de nieve, las Fat Bike, la mini motos de nieve, los trineos o el aula de naturaleza.

Los preciosos pueblos de montaña de Andorra

Uno de los principales atractivos de Andorra son sus preciosos pueblos de montaña y de las carreteras panorámicas que los unen. Probablemente el más icónico de todos sea Pal, coronado por su emblemática iglesia románica de San Clemente de Pal. Paredes de piedra y tejados de pizarra, cuestecitas que serpentean y rinconcitos de esos que te apetece fotografiar están garantizados. Otras joyas pueden ser Les Bons, Ordino, Meritxell y su curioso santuario diseñado por Ricardo Bofill, Sispony o Auvinyà.

Las iglesias románicas de Andorra

También merece la pena curiosear por las preciosas iglesias románica que existen en Andorra. En el Principado hay más de 50 monumentos románicos catalogado y una veintena de estos templos se encuentran en perfecto estado de conservación. Algunos de los que se suelen llevar toda la atención son la Iglesia de Sant Joan de Caselles en Canillo, San Clemente de Pal, San Martín de la Cortinada en Ordino o Santa Coloma cerca de Andorra la Vella.

El Museo Carmen Thyssen de Andorra

Andorra también es cultura. Uno de los lugares más interesantes en este sentido es el novísimo Museu Carmen Thyssen Andorra emplazado en Escaldes-Engordany. Fue inaugurado hace poco más de un año y su sede es el antiguo Hostal Valira (1929) que era uno de los primeros edificios de Andorra con ascensor. La sala exhibe exposiciones itinerantes de la colección Thyssen y actualmente se puede ver una muy viajera titulada “Allées et venues. Gauguin y cuatro siglos de caminos en el arte”.

Museo Casa Rull, la vida en una casa de pagés

Para aprender de la historia de Andorra y de cómo era la vida antiguamente en la zona, puede ser muy interesante una visita al Museu Casa Rull. Se trata de un antiguo caserío o casa de pagés donde vivía una de las familias más importantes de campesinos de La Massana y que se conserva con el mismo aspecto que tenía a finales del s. XIX y principios del XX. Las escenografías están cuidadísimas, así como los vídeos y fotografías que se pueden contemplar. La Casa Rull forma parte de los museos adheridos al pasaporte de museos de Andorra PassMuseu.

Relax total en Caldea

Otro de los lugares imprescindibles para visitar en Andorra es Caldea. El país de los Pirineos está emplazado sobre una bolsa de aguas termales que son uno de los recursos naturales más valorados del Principado de Andorra. Estas aguas minerales emanan a la superficie a una temperatura elevada y con multitud de propiedades medicinales. A lo largo y ancho de Andorra existen 35 fuentes naturales que pueden llegar hasta los 70 ºC. Este lugar es perfecto para dejarse mimar, relajarse y reponer fuerzas tras una jornada de esquí o de senderismo por las cumbres andorranas.

Dormir en un Iglú Hotel, un alojamiento muy peculiar

Una propuesta un tanto peculiar puede ser la de alojarse o cenar en el Iglú Hotel de Grandvalira está emplazado a 2.350 metros de altura en Grau Roig y que, además, es el único de este tipo al sur de Europa. Cuenta con cinco habitaciones que puedes compartir con otros viajeros o reservarlas en privado (los precios rondan entre los 120 y los 200 € la noche por persona). También puedes comer o reservar una típica cena pirenaica. Por la noche como las pistas están cerradas accedes hasta el Iglú Hotel en un ratrac o máquina pisanieve.

Après Ski, el merecido premio tras una jornada en la nieve

Andorra también cuenta con una oferta espectacular de Après Ski. Dispone de muchos locales ubicados muy cerca de las pistas y gozan de una excelente gastronomía, buen ambiente e incluso música para pasar un buen rato. En el Principado hay lugares muy míticos para el Après Ski como el CBbC Costa Rodona o el CBbC Diamond en Pas de la Casa, L’Abarset en El Tarter o el Hotel Piolets Park & SPA en Soldeu por citar algunos ejemplos.

¿Cuantos días me recomiendas estar en Andorra?

Esto como siempre es muy relativo y depende del tiempo del que disponga cada uno para sus vacaciones. Las veces que hemos viajado a Andorra, normalmente hemos estado unos tres o cuatro días recorriendo el Principado y siempre nos quedamos con ganas de ver muchas más cosas.

También dependerá mucho del tipo de turismo que hagas. Por ejemplo, si vas a esquiar seguro que no sales de las pistas y estarás allí hasta que el cuerpo aguante. Un tiempo prudencial para llevarte una primera impresión de Andorra serían unos cuatro días, aunque no es nada descabellado pasar allí una semana visitando pueblecitos, esquiando o disfrutando de su gastronomía de montaña. Cuidado que Andorra engancha.

¿Es cara la vida en Andorra?

Ya sabes que Andorra siempre ha tenido mucha fama por el turismo de shopping al carecer sus productos de IVA. Actualmente este impuesto el más bajo de Europa pues su tipo general es del 4,5%, viéndose reducido al 1% en bienes y servicios relativos a la sanidad, educación, cultura, alimentos y alquileres. Esto provoca que ciertas compras sean más económicas que en otros destinos.

Ojo al tema de la telefonía móvil, pues Andorra no forma parte del Espacio Económico Europeo. En este sentido, tu compañía telefónica te seguirá cobrando roaming en llamadas y uso de datos móviles. La mayoría te ofrecen una cuota diaria para que continúes usando tu terminal sin que la factura se dispare a lo bestia. Es bastante fácil encontrar Wi-Fi abierta o simplemente puedes pedir la contraseña en hoteles y restaurantes.

¿Dónde alojarse en Andorra?

Andorra es un país pequeño pero muy turístico, especialmente destinado para aquellos que busquen disfrutar de los deportes de invierno o estar en contacto muy directo con la naturaleza. En este sentido, dispone de alojamientos para todos los bolsillos y gustos. Desde albergues y campings como opción más asequible, b&b, casas rurales, hostales y también hoteles pensados especialmente para los amantes de la montaña y la nieve.

En nuestro último viaje nos alojamos en Andorra la Vella, en concreto en el Hostal Cisco de Sans, una casa con varios siglos de historia emplazada en el corazón de la capital andorrana. Las habitaciones son muy amplias y con una decoración muy cuidada. Están equipadas con todo lo necesario para descansar tras un día de esquí o de senderismo y además está sobre un restaurante que preparan típica cocina de montaña. Quizás lo menos destacable es que no preparan desayuno, pero hay muchos bares y cafeterías cerca. Aquí puedes buscar los mejores hoteles para tu estancia en Andorra.

¿Qué comer en Andorra?

Aunque estamos preparando un artículo específico al respecto, tenemos que decir que la gastronomía andorrana es una cocina basada principalmente en los productos y recetas de los Pirineos. Hay platos muy sorprendentes que puedes probar en la típica borda como l’escudella, una especie de guiso elaborado con col, patatas, panceta, morcilla, aceite y sal que viene de maravilla para recuperarse de una jornada de esquí. Además, destacan los embotits, el trinxat, las carnes de caza o postres como la crema andorrana o la mel i mato (requesón con miel).

También es un destino ideal para probar productos derivados de la montaña como bayas y frutos silvestres con los que se preparan excelentes mermeladas (como las de El Pastador) y postres. Además, tienen una pequeña producción de vinos en altura que consiguen unos matices muy complejos y peculiares como los de Casa Auvinyà. De todo esto os hablaremos en breve.

¿Qué lugares te quedaste con ganas de ver?

Aunque sus 468 km² lo convierten en uno de los países más pequeños de Europa, lo cierto es que Andorra tiene muchos lugares interesantes para ver. Necesitarías de bastantes días para visitar todos los pueblecitos y parajes pirenaicos, sus iglesias románicas o deslizarte sobre la nieve por sus estaciones de esquí.

En ese sentido, nos hubiera encantado tener algo más de tiempo en el Principado para descubrir el Conjunto Histórico de Les Bons y su iglesia de Sant Romà, Fontaneda, Ordino, su iglesia San Martín de la Cortinada y la Casa d’Areny-Plandolit, Santa Coloma emplazada junto a Andorra la Vella, la Casa Cristo en Encamp o los pueblecitos de Bixessarri, Anyós y Llorts.

¿Cómo moverse por Andorra?

Lo más recomendable es moverse en coche por Andorra, ya que nos otorga mucha más libertad a la hora de desplazarnos por los distintos valles y gozar con las preciosas carreteras panorámicas y sus pueblecitos. Si viajas en invierno y alquilas el coche en Andorra no olvides pedir un vehículo con ruedas de contacto o llevar cadenas. No obstante, si no dispones de vehículo siempre puedes utilizar los autobuses interurbanos que unen las siete parroquias andorranas y también las estaciones de esquí.

¿Qué te han parecido nuestras sugerencias sobre qué ver y hacer en Andorra? ¿Nos recomiendas algún plan más? Te esperamos en los comentarios. Y no olvides que tienes más info en la página web oficial de Turismo de Andorra.

Galería de fotos de Andorra

via Pau http://bit.ly/2ERR5h8