La agenda política y militar de finales del siglo XVIII y principios del XIX estuvo marcada por la osadía de un estratega que llegó a proclamarse a sí mismo como emperador de los franceses y rey de Italia. Lógicamente hablamos de Napoleón Bonaparte, cuya carrera fulgurante empezó a languidecer tras su audaz intento de invasión de Rusia y la derrota en la batalla de las Naciones en Leipzig, el 16 de octubre de 1813. Tras las resoluciones del tratado de Fontainebleau, en 1814 inició su exilio a la preciosa isla de Elba -en la región de la Toscana- de la que escapó en febrero de 1815.
Es por este motivo que el nombre de la isla de Elba le suena a mucha gente, especialmente a los amantes de la historia. Se trata de un idílico destino que visitamos hace muy poco durante la escala del Rincones Secretos del Mediterráneo de Pullmantur en Piombino. Aprovechamos la estancia en este cercano puerto para explorar esta bucólica ínsula del archipiélago Toscano, que para nada se acerca a la idea de cárcel que nos ha querido vender la historia. Acompáñanos en esta visita donde te descubrimos qué ver en la Isla de Elba, el exilio dulce de Napoleón.
Portoferraio, la capital de la isla de Elba
La isla de Elba está relativamente cerca de puerto de Piombino, que es una de las escalas que hace el buque Zenith durante el crucero Rincones Secretos del Mediterráneo de Pullmantur. Mucha gente aprovechó esta parada para visitar joyas cercanas como Florencia, Pisa, Siena o Lucca, aunque a nosotros nos atraía enormemente la idea de explorar el lugar que escogió Napoleón para su exilio. Se trata de la tercera isla más grande de Italia sólo por detrás de Sicilia y Cerdeña. Al ser de origen volcánico, su diversidad paisajística es asombrosa, con grandes acantilados, playas preciosas, cumbres de unos mil metros de altura como Monte Capanne y pueblecitos ideales para descansar y desgustar un rico plato de pasta o pescado fresco.
La excursión a Elba que propone Pullmantur ocupa bastantes horas en la isla, por lo que se aprovecha muchísimo el tiempo y puedes llevarte una impresión general del destino para volver con más calma en el futuro. Cuando desembarcas del Zenith te acompañan a un ferry que parte justo del mismo puerto de Piombino. Éste atraca posteriormente en Portoferraio que es la capital de Elba y su municipio más grande con unos 12.000 habitantes.
Desde que te vas aproximado a Portoferraio desde el mar te vas dando cuenta que ha sido un punto estratégico muy importante del archipiélago y prueba de ellos son los tres fuertes, la Torre della Linguella y la muralla que protegía la ciudad y que todavía son visibles desde el mar. En ese sentido, nos recordó un poco (y salvando las distancias) a la estructura que tiene Dubrovnik. El centro de la ciudad es muy empinado y está formado por muchas cuestecitas empedradas que te van dirigiendo a los enclaves donde se situaban Forte Stella, Forte Falcone y Forte Inglese.
En una de esas cuestas con peldaños se ubica la preciosa Chiesa della Misericordia fue erigida en el siglo XVII y en su interior conserva una reliquia de San Cristino, que es el patrón de la ciudad. Justo al lado de la iglesia se encuentra el pequeño Museo dei Cimeli Napoleonici, que recuerda la época en la que el estratega de Ajaccio vivió en la Isla de Elba. Allí podrás ver, entre otros objetos, una máscara de bronce de Napoleón o una copia (también en bronce) de la célebre mano derecha del que fuera emperador de Francia e Italia. No dejes de visitar el coqueto puerto pesquero de Portoferraio donde cada mañana suelen atracar los pescadores locales con las capturas del día en la Caleta Giacomo Matteotti, emplazada en el muelle viejo.
Las villas de Napoleón
Lógicamente uno de los mayores atractivos de la isla de Elba es seguir las huellas de Napoleón. El estratega francés pasó menos de un año en este rincón del Archipiélago Toscano, pero lógicamente revolucionó la vida cotidiana de los locales. Actualmente se pueden visitar dos de los lugares donde el antiguo emperador de los franceses y rey de Italia pasó más tiempo. La primera está ubicada en Portoferraio y actualmente son las dependencias del Museo Nazionale Della Residenza napoleónica emplazado en el Palazzo dei Mulini. Esta mansión de lujo cuenta con magníficas vistas al mar ya que está emplazada entre el Fuerte Falcone y el Fuerte della Stella.
La otra villa napoleónica era su residencia de verano y el lugar donde Napoleón descansaba y acogía a sus familiares más cercanos. Para llegar debes conducir serpenteando unos 5 kilómetros rumbo al suroeste de la capital. Las carreteras de la isla de Elba son retorcidas, pero están repletas de rincones con unas vistas extraordinarias. La Villa di San Martino (emplazada en la localidad del mismo nombre) acoge actualmente la Galleria Demidoff, así que además de visitar una casa espectacular puedes disfrutar de las obras de arte que allí se exhiben. El edificio está en lo alto de unas colinas así que las vistas de las que disfrutaba el estratega de Ajaccio desde su terraza son realmente magníficas.
Capoliveri y Porto Azzurro, ¿los pueblos más bonitos de la isla de Elba?
Otro de los atractivos más interesantes de la isla de Elba es la visita a sus pueblecitos donde parece que el tiempo se halla detenido. Uno de los más interesantes es Capoliveri que está emplazado en la costa sur justo en lo alto de una colina donde nos regala unas vistas maravillosas. Lo más atractivo de Capoliveri es que todavía conserva su estructura medieval, ya que fue uno de los puntos más importantes de la isla durante la Edad Media. Es una gozada pasear por sus callejuelas que se retuercen y acaban en alguna plaza de bella factura. Todavía se conserva alguna casa de piedra con arcadas que en sus bajos acogen ahora tiendas o restaurantes. No te puedes perder la visita a la iglesia medieval de San Michele de estilo románico.
Porto Azurro es otro de esos pueblos que merece una parada en la isla de Elba. Está muy cerquita de Capoliveri y su principal atractivo es su hermosa plaza que da al mar o sus fortalezas del siglo XVII que son un interesante recuerdo del paso de los españoles por este lugar. De hecho, fue fundada por Felipe III en 1603. Ahora es un pueblecito de ambiente marinero muy tranquilo, ideal para recargar las pilas y disfrutar de unas vacaciones junto al mar.
Playa y montaña a muy pocos metros
La especial orografía y tamaño de la isla de Elba provocan que tengas algunas playas de ensueño a pocos metros de acantilados y montañas. El punto más alto de la ínsula es el Monte Capanne (emplazado en la zona occidental) con sus 1.018 metros de altitud. Lógicamente las vistas panorámicas desde este lugar son extraordinarias. Hay muchos senderos para llegar a este punto, pero para los que no dispongan de demasiado tiempo pueden tomar el teleférico desde Marciana Marina.
En cuanto a las playas, al tratarse de una isla emplazada en un entorno con un clima tan privilegiado hay algunas que son espectaculares. Una de las más recomendables es Cavoli (considerada por los locales la mejor playa de la isla de Elba) o la de Fetovaia en Campo nell’Elbe. También la Playa de la Biodola que pertenece a Portoferraio y forma un golfo natural precioso, o la playa de Procchio situada en Marciana Marina, una de las más extensas de Elba.
El Cacciucco y qué comer en la isla de Elba
Por lo general Italia es un verdadero paraíso para los amantes de la buena cocina… y la isla de Elba no es una excepción. Sin embargo, lo que nos llega a España de la cocina italiana es sólo la punta del iceberg y muchas veces las recetas no son autóctonas o se tiende a generalizar demasiado. Por ejemplo, no tiene sentido pedir unos macarrones a la boloñesa en un lugar que no sea el entorno de Bolonia, ya que prácticamente cada zona tiene sus propias recetas, especialmente si hablamos de pasta.
En la isla de Elba, es un gran lugar para degustar un plato denominado cacciucco, que salvando las distancias sería similar a nuestra caldereta de pescado. El plato es originario de Livorno y su receta incluye varios tipos de pecado, marisco, pulpo, calamar, galera o peces de roca que son cocinados con una salsa de tomate y rebanadas de pan tostado en el fondo del plato. Además, es la única receta que se toma con vino tinto por su sabor intenso. Un entrante que también nos gustó mucho fue la zuppetta di cozze e vongole que es un plato con varios tipos de moluscos cocinados con una rica salsa. Y otro plato que nos chifló de la isla de Elba fueron los spaghetti alla granseola, de un sabor intenso y con un crustáceo de grandes dimensiones. Atrévete a pedir platos locales y recuerda que cada rincón de Italia tiene sus propios secretos culinarios.
Ya has visto que se puede aprovechar muy bien el tiempo durante una escala en el crucero Rincones Secretos del Mediterráneo de Pullmantur. ¿Te han gustado nuestras recomendaciones sobre qué ver en la isla de Elba? No está nada mal el destino que escogió Napoléon para su exilio dulce ¿verdad? Esperamos tus opiniones en los comentarios.
Galería de fotos de la isla de Elba
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