En la era de la (des)información donde todo es inmediato, veloz y tecnológico recordamos con mucha nostalgia y ternura cuando éramos niños y nuestra única forma de viajar era devorar con avidez las páginas de una buena novela de aventuras. En esos periplos imaginarios había un autor mítico, que destacaba sobre todos los demás por su fantasía, ingenio e inventiva sin parangón. Julio Verne nos teletransportó de la Tierra a la Luna, nos descubrió los secretos de los fondos marinos mientras recorríamos con el Capitán Nemo 20.000 leguas de viaje submarino, nos fascinó con ese Viaje al centro de la Tierra o aprendimos con sus palabras que se podía dar una vuelta al mundo en 80 días con el sagaz Phileas Fogg. Aquellos niños de Verne estamos de enhorabuena porque parte de su genio y talento todavía sigue muy presente en Nantes, su preciosa ciudad natal.
En la capital de la región francesa de Países del Loira se respira calidad de vida y creatividad por los cuatro costados. Es una ciudad que ha sabido reinventarse de una forma extraordinaria. Ha pasado de ser una ubre preeminentemente industrial a transformarse en una especie de museo al aire libre (en ese sentido nos recuerda mucho a Bilbao). Todo es arte o será arte, porque cada mes hay numerosas propuestas culturales que ponen todo patas arriba para goce y disfrute de sus ciudadanos y visitantes. Verne, conciertos, exposiciones y muchas actividades para los más pequeños de la casa. Vamos a recomendarte qué ver en Nantes con niños a través de 10 planes que les encantaron a nuestros hijos.
Las Máquinas de la Isla (Les machines de l’île)
Con el alegato inicial que hemos hecho de Julio Verne y su genialidad, no podíamos empezar por otro lugar de Nantes que no fuera una insólita experiencia donde las protagonistas son Las Máquinas de la Isla (Les machines de l’île). Con 8 y 5 años, respectivamente, Teo y Oriol tenían pocas referencias vernianas, pero al ver todos los aparejos y bestias mecánicas que se exhiben en un antiguo astillero del Parc des Chantiers comprendieron que la imaginación es el arma más poderosa con la que cuenta el ser humano. Precisamente de la osadía y la invención de dos mentes privilegiadas como las de Pierre Orefice y François Delarozière, nacieron estos animales mecánicos que son una fusión descarada entre los mundos de Verne y Leonardo da Vinci.
La visita a las Máquinas de la Isla tiene tres partes bien diferenciadas. La primera es la llamada La Galerie, un espacio donde puedes conocer de primera mano el bestiario de máquinas gracias a las explicaciones y demostraciones de los guías. En esta especia de laboratorio ves cómo se prueban una peculiar araña mecánica a la que pueden subir hasta cuatro personas en su abdomen, una garza de ocho metros de envergadura, plantas mecánicas, orugas o una hormiga gigante a la que pudieron montar Teo y Oriol mientras flipaban en colores con sus mecanismos. Todos estos ingenios steampunk y muchos más están destinados a un proyecto futurista llamado El Árbol de las Garzas que será como una especie de ciudad “flotante”.
Aunque todas las máquinas que puedes ver en La Galerie son alucinantes, no se pueden comparar a la más célebre y gigantesca de todas… estamos hablando del Grand Éléphant. Este descomunal paquidermo mecánico tiene una altura de cuatro pisos y puede albergar hasta 50 pasajeros a la vez. Es realmente fascinante contemplar como esta mole de cuatro patas va paseando por los aledaños del Parc des Chantiers, mientras va barritando potentemente o lanzando abundantes chorros de agua por su trompa de acero. Lo más curioso es que semejante mole se desplaza con un motor híbrido. Las caras de la gente (y de nuestros hijos) al ver este ser majestuoso lo dicen todo.
Ya sea a lomos del Grand Éléphant o con tus diminutas piernas (en comparación a las del paquidermo), puedes visitar el Carrousel des Mondes Marins que parece el epicentro de la Île de Nantes. Este carrusel gigante tiene unos 25 metros de alto y 22 de diámetro. Recuerda inevitablemente a los tiovivos de antaño, pero con unas dimensiones de proporciones bíblicas. Esta magnífica escultura dedicada al mar consta de tres pisos que están plagados de criaturas marinas que van desde los fondos abisales hasta la superficie del agua. ¿Te atreves a explorarlo?
Castillo de los duques de Bretaña y el Barrio Bouffay
Del universo verniano con aspecto retrofuturista pasamos al Nantes medieval y una de las caras más actuales de la capital de los Países del Loira. El Barrio Bouffay viene siendo el centro neurálgico de la ciudad desde hace siglos. Sólo tienes que echar un vistazo a los nombres de las principales calles para darte cuenta de que provienen de los antiguos gremios de oficios. Todavía se puede ver alguna fachada de entramados de madera y un sinfín de calles laberínticas que se retuercen hasta la magnífica place du Change. Ahora hay muchísimas tiendas y restaurantes donde puedes degustar sabores que llegan de todos los confines del mundo.
Desde lejos se divisan las dos torres góticas de la Catedral de San Pedro y San Pablo o los robustos muros del Castillo de los duques de Bretaña (s. XV). En su momento fue palacio residencial y fortaleza militar y actualmente sus fosos ajardinados hacen las veces de espacio verde donde los niños podrán jugar, correr, experimentar mientras imaginan historias de caballeros. Merece la pena verlo iluminado por la noche, visitar el Museo de Historia de Nantes o el Memorial de la Abolición de la Esclavitud que recuerda el pasado negrero de esta urbe. No obstante, lo que más encandilará a los peques es deslizarse por el tobogán de 50 metros que se instaló como obra de arte en sus murallas.
Jardin des Plantes
Este fabuloso jardín botánico de estilo inglés fue uno de los lugares que más les gustó a nuestros hijos. Quizás ellos no pusieran demasiada atención en las decenas de plantas exóticas que se exhiben en sus avenidas, invernaderos y parterres, pero en total hay cerca de 70.000 flores entre las que destacan las camelias y magnolias. A Teo y Oriol les llamaron más la atención los columpios y areneros o una pequeña zona con animales de granja.
Sin embargo, el Jardin des Plantes está plagado de obras de arte contemporáneas que llamarán la atención de grandes y pequeños. Es realmente divertida una serie de bancos de distintos tamaños y formas que hay repartido por todo el parque. A nuestros hijos les encantó descubrirlos y sobre todo poder jugar con ellos dejando volar su imaginación. ¿Quién dijo que el arte contemporáneos no es cosa de niños? En Nantes sí, y además muy entretenido.
Le Lieu Unique
Que levante la mano aquel que haya tomado alguna vez las famosas galletas Príncipe para merendar. Seguramente todos. Era muy fácil tener la tentación de despegar una de las partes, chupar el chocolate del centro y luego acabar con las migajas. Este dulce y muchos otros fueron horneados en la antigua fábrica de galletas LU, que actualmente se ha convertido en un espacio multidisciplinar llamado Le Lieu Unique emplazado a pocos pasos del Jardin des Plantes.
Sólo por contemplar el magnífico edificio de Le Lieu Unique merece la pena desviarse, aunque en su interior siempre habrá alguna propuesta cultural que les guste a los niños o los padres. Música, danza, teatro, talleres o su estupenda librería son alguno de los planes interesantes de los que podrás disfrutar en este lugar emblemático de Nantes. Antes de tu visita a esta ciudad bretona no te olvides de consultar el programa de eventos en la web oficial de Le Lieu Unique.
Pasaje Pommeraye
Desde Le Lieu Unique, volvemos al Castillo de los duques de Bretaña y podemos dar un agradable paseo de 10 minutos hasta el Pasaje Pommeraye. Antes visitarás algunas de las calles principales de Nantes y plazas tan bellas e importantes como la place du Commerce o especialmente la place Royale. Ésta tiene forma de herradura y fue diseñada en 1786 por el arquitecto local Mathurin Crucy. Destaca su famosa fuente que homenajea la importancia del mar y del río Loira para Nantes.
Desde allí sólo tenemos unos pasos hasta el Pasaje Pommeraye, una preciosa galería cubierta del s. XIX que está distribuida en tres alturas y que ha sido escenario de muchas películas o cómics por su singularidad. Está repleta de tiendas muy interesantes, pero seguro que lo que más llama la atención de los niños es jugar al escondite por sus pasillos o admirar su fantástica escalinata que recibe la luz natural del exterior a través de una preciosa cristalera. Luego podemos andar un poquito más hasta el Théâtre Graslin y luego jugar en los preciosos jardines de la amplia Cours Cambronne.
Quartier de la Création, Parc des Chantiers y Estuaire
Dejamos la zona “continental” para regresar a la Île de Nantes. Además de las célebres Máquinas de la Isla, esta zona es un paraíso para los amantes de la arquitectura contemporánea. Destaca especialmente el denominado Quartier de la Création donde arquitectura, artes gráficas y diseño se fusionan con fotografía, audiovisuales o las nuevas tecnologías para desarrollar la imaginación.
Dentro del barrio de la creatividad se encuentran el Parc des Chantiers y el Estuaire, una zona perfecta para dar un agradable paseo con los niños junto al río Loira o acercarse a una playa de 600 metros cuadrados en la que relajarse los días de calor. En esta parte nació la Bienal de Arte Contemporáneo Estuaire que llega hasta la vecina localidad de Saint-Nazaire. Se trata de un recorrido artístico al aire libre que tiene más de 60 kilómetros y que suele dejar en la ciudad obras de grandes dimensiones. Actualmente hay hasta 30 creaciones permanentes repartidas por todo Nantes.
Le Voyage à Nantes, siguiendo la línea verde
Todos los lugares que hemos visitado hasta ahora (y muchos más) se pueden descubrir mientras sigues una línea verde pintada en el suelo que recorre toda la ciudad. Es probable que si no te lo cuentan ni te percates, pero esta raya esmeralda es una de las señas de identidad del extraordinario evento cultural Le Voyage à Nantes. que se celebra desde finales de junio hasta el 26 de agosto. Si tienes la suerte de viajar a la capital de los Países del Loira en estas fechas descubrirás que es una urbe que vive por y para el arte.
El hecho de ir siguiendo la línea verde les encantará a los peques, pero además es una forma muy especial de ver las principales propuestas culturales, los monumentos y lugares imprescindibles de Nantes. Artistas, creadores, jardineros, DJ’s y arquitectos tienen la oportunidad de expresarse en los espacios públicos y lo aprovechan cada verano durante Le Voyage à Nantes. Exposiciones sobre manga, toboganes de formas insospechadas, campos de fútbol que se reflejan en edificios de cristal, el famoso tobogán del Castillo de los duques de Bretaña, mesas de ping-pong giratorias, una caravana que sobresale del techo de un edificio, una cinta de metro gigantesca, una batería enterrada en la arena de la playa o los preciosos anillos de colores del Parc des Chantiers. Casi 60 propuestas que merecen la pena ser descubiertas y que seguro arrancan muchas sonrisas a tus hijos.
Dulces, helados y gastronomía de Nantes
Precisamente uno de los lugares de Le Voyage à Nantes es La Cantine du Voyage, un espacio de restauración junto al río Loira en el que han instalado un área de juegos muy peculiar que se llama la colina y que puede servir de entretenimiento mientras esperas la comida. No vamos a ser nosotros los que descubramos la calidad de la cocina francesa, aunque siempre que salimos de caso nos preocupa aquello de “qué van a comer nuestros hijos”.
En Nantes eso no fue ningún problema claro. Tuvimos la suerte de comer en La Cigale, un precioso restaurante de estilo modernista (que a su vez es monumento protegido) emplazado en la fantástica Place Graslin. El pescado, las aves, las ostras o el vino blanco Muscadet de los viñedos del Loira son algunos de sus imprescindibles. A los niños, en cambio, les atrajo más probar un helados en La Fraiseraie, o meterse en la boca uno de los berlingots nantais, los famoso caramelos de las tiendas Debotté. A los golosos también les gustará el gâteau nantais, un dulce que mezcla azúcar, almendras, mantequilla y ron caribeño. Menuda bomba.
Dormir en una casa verniana
Nosotros somos de los que pensamos que el alojamiento en los viajes no es sólo para dormir, sino que también forma parte de la experiencia y del destino. Lo que no esperábamos era encontrarnos un apartamento que parece sacado de la creativa mente de Julio Verne. Lo primero que nos encontramos en Surprenantes – L’Île Mystérieuse, fue un columpio emplazado en medio del salón. ¿Cuántos segundos creéis que tardaron Teo y Oriol en subirse?
Este curioso apartamento turístico está inspirado en La Isla Misteriosa de Julio Verne y está repleto de referencias a la obra. El columpio, el cesped artificial, y el dormitorio principal donde una enorme cama redonda hace las veces de luna llena. Sin duda, un alojamiento de lo más peculiar descansar en la ciudad bretona de Nantes.
Puy du Fou, uno de los mejores parques temáticos del mundo
Aunque no está en el área metropolitana de Nantes, puedes aprovechar tu estancia en esta ciudad de los Países del Loira para visitar el espectacular parque temático Puy du Fou emplazado a menos de una hora en coche. Lo más interesante de este lugar son sus sensacionales espectáculos y villas temáticas en las que por unas horas tienes la oportunidad de teletransportarte a otras épocas de la historia. Todos tienen una puesta de escena fastuosa que mantiene al público en vilo, ya sea por la historia, las acrobacias y peripecias de los actores y artistas o unos efectos especiales dignos de Hollywood que siempre esconden alguna sorpresa.
Nosotros sabíamos que la visita a Puy du Fou iba a ser distinta a la de cualquier parque temático que habíamos visitado con los niños, pero no nos esperábamos algo tan espectacular y sorprendente. Al principio puedes pensar que asistir a un espectáculo tras otro se puede hacer pesado para los peques… pero nada más lejos de la realidad. Teo y Oriol enseguida se conectaban con cada historia y permanecían atentos a las funciones de principio a fin. Al terminar, incluso, nos metían prisa para llegar a tiempo a la siguiente representación y por el camino razonaban emocionados sobre cuál era el que más les había gustado hasta el momento. Sin duda, muy recomendable.
Cómo llegar a Nantes y consejos para moverse por la ciudad
La forma más rápida y sencilla de llegar hasta las regiones del Oeste de Francia es en avión. Actualmente hay vuelos directos hasta el Aeropuerto de Nantes Atlantique desde Alicante, Barcelona, Fuerteventura, Ibiza, Lanzarote, Gran Canaria, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla, Valencia, Tenerife, aunque muchos de ellos son estacionales. Una vez has aterrizado en el Aeropuerto de Nantes Atlantique lo mejor para llegar hasta el centro de la ciudad es con el bus lanzadera Navette aéroport que tarda unos 20 minutos y cuesta 9 euros. Tienes toda la información de este servicio en la web del Aéroport Nantes Atlantique.
Una vez en la ciudad es relativamente sencillo moverse a pie por los principales puntos de interés de la ciudad. Para distancias un poco más largas o para personas con dificultades de movilidad tienes el tranvía y el Chronobus. Puedes consultar itinerarios y precios de los transportes públicos de Nantes en la web de Tan. También es muy interesante para ahorrarte dinero y tiempo en transportes, atracciones y entradas el Pass Nantes.
¿Te han gustado nuestras recomendaciones sobre qué ver en Nantes con niños? ¿Qué lugares te gustaría visitar en Nantes con tu familia? Esperamos tus opiniones en los comentarios. Tienes más información en la web de Pays de la Loire y de Nantes Tourisme.
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