Pensar desde la ventana de casa en playas de arena blanca rodeadas de palmeras, aguas cristalinas, alojamientos sobre el mar, espacios solitarios y exclusivos, arrecifes de coral, peces de todos los colores y magnífica gastronomía puede parecer un sueño tras la pesadilla que estamos viviendo. Es un sueño, sí, pero puede convertirse en realidad antes de lo que se piensa. Un paraíso tropical que envuelve de belleza los lujosos hoteles que las habitan. En Maldivas no existen el tiempo ni las obligaciones. La única norma es disfrutar.
Las islas Maldivas son el destino ideal para disfrutar de unas merecidas vacaciones tras las carencias vividas en los últimos meses. Aquí se encuentran las que sin duda son las mejores playas del mundo repartidas en sus 1.200 islas, de las que apenas 200 están habitadas, las arenas son blancas, luminosas y muy finas, el agua es cálida y trasparente aunque refleja un bello color azul y en el fondo hay un paraíso para los aficionados al buceo y el snorkel o, simplemente, para aquellos que se pongan unas gafas y metan la cabeza en el agua. Barreras de coral cautivadoras y llenas de vida a apenas un metro de la superficie, bancos de brillantes peces tropicales de infinitos colores, estrellas y caballitos de mar, esponjas, algas que parecen bailar… Y para los más animados, en aguas más profundas, tranquilas mantas gigantes, tiburones, tortugas, e incluso tiburones ballena. Y por encima del agua, deportes como el windsurf, kayak, surf en el improbable caso de que haya suficiente oleaje, paddle surf…
QUÉ HACER
Aunque parece el destino ideal para dedicarse al “dolce far niente”, en realidad hay muchas cosas que hacer para quien lo desee. La principal actividad se encuentra en Malé, la capital, donde el monumento más representativo es la mezquita de los viernes que los nativos llaman “Hukuru Miskiiy”. Para visitarla se requiere ir correctamente vestidos, sin pantalones cortos, aunque para los extranjeros tienen previstas unas coloridas faldas, tanto para mujeres como para hombres, que llegan hasta los tobillos. Hay que recordar que Maldivas es un país musulmán bastante estricto en el que está prohibida la entrada de alcohol (aunque en los hoteles se sirve libremente a los extranjeros), si lo llevas, lo retienen y te lo entregan de nuevo a la salida. También están prohibidas las imágenes religiosas de cualquier credo. Pero lo más peculiar y bullicioso de la capital es la lonja del pescado con especies de todo tipo, especialmente atún. En la pequeña ciudad vale la pena recorrer sus callejas y la zona del embarcadero, siempre animada y con muchos puestos de artesanía, visitar el Museo Nacional, el Palacio del Pueblo y el monumento a las víctimas del tsunami de 2004 que arrasó las islas ya que el 80% de ellas está a menos de un metro sobre el nivel del mar. El pico más alto de Maldivas mide 2,30 metros.
Una experiencia única es sobrevolar las islas en un hidroavión o un helicóptero que con frecuencia se usan para trasladar a los turistas desde la capital, donde está el aeropuerto, a los diferentes resorts, pero pueden contarse como excursión. Pero si se desea hacer algo más primitivo, nada como un paseo en un dhoni, la embarcación típica y animarse a tener una jornada de pesca. Se hace con un simple sedal y, generalmente, por la noche. La abundancia de peces en estas agua garantiza el éxito. Al regreso se asan los pescados a la brasa sobre la arena de la playa.
También hay experiencias un tanto insólitas, como asombrarse del festival de bioluminiscencia en la isla desierta Vaadhoo, al norte del archipiélago, que se produce cuando el plancton marino queda al descubierto y entra en contacto con el aire caliente. Los nativos lo llaman “mar de estrellas” y en verdad da la sensación de una gran vía láctea en la orilla del mar. Un espectáculo único.
En algunas islas, como en Kuramathi, una de las más populares para los turistas, es posible presenciar cómo acuden a comer las gigantescas mantas, que pueden medir hasta ocho metros, en la orilla de la playa, incluso se las puede dar de comer uno mismo, eso sí teniendo precaución de no tocar la cola donde tienen un aguijón venenoso. Es un espectáculo observar la aproximación de estos enormes peces desde kilómetros de distancia y a unas horas concretas y cómo se deslizan por la arena varios metros en busca de las pescados que se les ofrecen para luego retroceder de nuevo al mar y regresar a las profundidades.
DISFRUTAR LA ISLA Y EL HOTEL
Pero aunque hay mucho que ver y hacer en Maldivas, la tentación de quedarse en la isla y disfrutar del resort y el alojamiento es muy fuerte. En la mayoría de las islas solo hay un resort no muy grande y el esquema suele ser similar en todos ellos. Un centro en el que se encuentra el restaurante, el bar, los servicios, la piscina, terrazas y animación, a veces también el centro de spa y masajes. No hay que olvidar que en Maldivas son típicos y se pueden disfrutar los mejores masajes ayurvédicos. Ayurveda significa «ciencia de la vida» y es que esta técnica de orígenes hindúes, que lleva aplicándose desde hace más de 5.000 años, es utilizada para prevenir enfermedades y restablecer el equilibrio del organismo, a nivel físico y mental. Además hay diferente número de villas individuales, más amplias que una simple habitación o suite, bien en tierra firme o, cada vez con más frecuencia, en forma de palafitos sobre el agua y con un ambiente y decoración de lujo.
SOBRE LA GASTRONOMIA
Uno de los placeres en Maldivas es su gastronomía. En los nuevos tiempos se tiende a prescindir del buffet y se opta por comidas a la carta, e incluso servidas en el propio alojamiento privado. La variedad de pescados y mariscos es, sin duda, la principal opción, además del arroz que acompaña casi todos las comidas. Algunos de los platos típicos más conocidos son la garudiya, un exquisito caldo a base de atún que se sazona con chile, cebolla o curry para darle sabor, se sirve caliente con arroz y limón, y el rihaakuru, una pasta espesa a base de pescado que se unta en tostadas. Un plato con identidad propia maldiva, es la ensalada mashuni, una deliciosa mezcla de atún, coco, chiles, limón y cebolla que se acompaña con el pan tradicional del país, el roshi. Son muy atractivas también otras creativas y frescas ensaladas, como la de kullafilla, versión maldiva de la rúcula. El pescado principal, con el que se prepara la mayoría de las comidas, es el atún. Se prepara de todas las formas posibles, cocido, ahumado, seco…
Pero, con independencia de lo que se come, es importante disfrutar de dónde se come. En algunas islas es posible comer debajo del agua en restaurantes adaptados a ello. Una de las mejores experiencias gastronómicas que se pueden vivir en Maldivas es cenar en un dhoni, las embarcaciones tradicionales de pesca en este país disfrutar una barbacoa en la playa, mientras las suaves olas se rinden a tus pies.
CÓMO IR
Las compañías aéreas que comunican España con Maldivas, vía Dubai o Abu Dabi, son las primeras en adoptar rigurosas medidas de seguridad en sus aviones. Emirates, por ejemplo, es la primera aerolínea en hacer test rápidos a todos sus pasajeros, chequeando su sangre y con resultados en diez minutos, ya lo hace en vuelos con salida en Dubai.
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