El 21 de julio de 1899 nacía, en el suburbio de Oak Park, Chicago, Ernest Miller Hemingway, quien estaba llamado a convertirse en uno de los escritores más emblemáticos del siglo XX. Fue el segundo hijo del matrimonio formado por Grace Hall, una cantante y profesora de música, y Clarence Edmonds Hemingway, un médico al que le gustaba cazar y pescar. Hemingway no tuvo una infancia feliz y eso lo marcaría para siempre. Al suicidio de su padre en 1928 a causa de a una enfermedad incurable se añadió una madre autoritaria a la que le gustaba vestirlo como una niña.
A principios de 1918, tras el estallido de la primera guerra mundial, Hemingway respondió a una campaña de reclutamiento de la Cruz Roja y firmó un contrato para convertirse en conductor de ambulancias en Italia. En esa época conoció al novelista y periodista norteamericano John Dos Passos, con quien mantendría una difícil relación durante décadas. En su libro Muerte en la tarde, publicado el 23 de septiembre de 1932, describiría los horrores de la guerra tras su primer día en Milán, cuando fue enviado con su ambulancia a rescatar a las víctimas de una explosión en una fábrica de municiones: "Me acuerdo que, después de haber buscado los cuerpos completos, se recogieron los pedazos".
Hemingway describe en su libro Muerte en la tarde, publicado en 1932, los horrores que vivió mientras trabajó como conductor de ambulancia en Italia durante la Gran Guerra
Tras sufrir una grave herida de metralla que le afectó a las dos piernas y someterse a una operación que le obligó a pasar cinco días en un hospital, conoció a Agnes von Kurowsky, una enfermera de la Cruz Roja, siete años mayor que él y de la cual se enamoró. Cuando fue dado de alta, en enero de 1919, Hemingway regresó a Estados Unidos, pero en marzo Agnes le escribió diciéndole que se había comprometido con un oficial italiano. Según su biógrafo Jeffrey Meyers, Hemingway quedó devastado por el rechazo de Agnes y éste sería el motivo de que en futuras relaciones fuese él quien abandonara a su pareja antes de que pudiera hacerlo ella.
De Canadá a Francia
A través de un amigo de la familia, Hemingway se trasladó a Canadá para convertirse en corresponsal del Toronto Star Weekly. Fue entonces cuando empezó a trabajar como escritor profesional e independiente. En 1920 regresó a Estados Unidos donde vivió con unos amigos sin dejar de lado sus colaboraciones con el rotativo canadiense. También empezó a trabajar como editor asociado en la revista mensual Cooperative Commonwealth.
En 1920, Hemingway conoció a Hadley Richardson, que era la hermana de su compañero de habitación. Se enamoró de ella al instante y más tarde afirmó: "Sabía que ella era la chica con quien iba a casarme". Tras un breve noviazgo contrajeron matrimonio en 1921 y se fueron a vivir a París.
Durante su estancia en la capital francesa, Hemingway conoció y entró a formar parte del grupo de escritores y artistas modernos conocidos como Generación Perdida, que contaba entre sus filas con personajes de la talla de Gertrude Stein, Scott Fitzgerald, Ezra Pound, Pablo Picasso o Joan Miró. Durante su estancia en París Hemingway publicó Tres relatos y diez poemas, En nuestro tiempo, Aguas primaverales, Fiesta –la obra que le hizo famoso– y Hombres sin mujeres.
En París, Hemingway formó parte del grupo Generación Perdida, que incluía entre sus miembros a escritores como Scott Fitgerald o pintores de la talla de Picasso o Miró
En 1925 publicó el libro autobiográfico El río de dos corazones, en el que Hemingway adopta la identidad de Nick Adams, un personaje ficticio que hace un viaje introspectivo por la Naturaleza para encontrar la soledad tras regresar de la guerra.
La Guerra Civil Española y el Premio Nobel
Tras divorciarse de Elizabeth Hadley, se instaló en Cayo Hueso con su nueva esposa, Pauline Pfeiffer. En esta isla del estado de Florida publicaría Adiós a las Armas en 1929, y ese mismo año visitó por primera vez España donde durante su estancia en Pamplona participó en los Sanfermines. Tras un viaje por África en 1933 publicó Las nieves del Kilimanjaro, una novela que refleja la terrible experiencia que vivió tras contraer una disentería amebiana que le causó graves secuelas.
Tras estallar la Guerra Civil española, en 1937 Hemingway aceptó trabajar como corresponsal en el conflicto para la North American Newspaper Alliance. En su estancia en España le acompañó una vieja amiga, la periodista y también escritora Martha Gellhorn, con la que se casaría en 1940. Martha inspiraría a Hemingway para escribir su obra más famosa, Por quién doblan las campanas. Entre divorcios y unas cuantas bodas más, Hemingway ganó el Premio Nobel de literatura en 1954 "por su dominio del arte de la narrativa, más recientemente demostrada en El viejo y el mar, y por la influencia que ha ejercido en el estilo contemporáneo", en palabras del jurado.
Tras su estancia en España durante la Guerra Civil, Hemingway publicó su obra más famosa, Por quién doblan las campanas
El suicidio de Hemingway
Al final, los excesos de Hemingway con el alcohol acabaron postrándolo en cama. Durante un tiempo siguió los consejos de su médico y dejó de beber, pero al final recayó, lo que lo llevó a medicarse para paliar la hipertensión que sufría, además de complicaciones hepáticas y ateroesclerosis. A todo ello se unió un mal hereditario: la hemocromatosis, una enfermedad que causa un exceso de hierro en el cuerpo, que acaba volviéndose tóxico.
La muerte de Hemingway continúa siendo a día de hoy un misterio. Aunque lo más probable es que fuera un suicidio, hay quien piensa que se trató de un accidente. En todo caso, parece ser que el 2 de julio de 1961, Hemingway se sentó en una sala de su casa en Ketchum, Idaho, y vestido con una bata que era la que más le gustaba y a la cual había apodado "la túnica del emperador", se quitó la vida de un disparo con su escopeta. Tras una vida repleta de viajes, relaciones amorosas, galardones y toda clase de excesos, ¿qué pudo llevar al suicidio a alguien que aparentemente lo tenía todo? Según el ensayo titulado Ernest Hemingway: a psychological autopsy of a suicide (Ernest Hemingway: una autopsia psicológica de un suicidio) parecía que el escritor estaba destinado a morir por sus propias manos por muchos motivos: una conducta autodestructiva, su bipolaridad, el irreparable daño cerebral causado por años de alcoholismo y una personalidad tremendamente narcisista. Sea como sea, lo que sí está claro a la luz de los acontecimientos es que las palabras que Hemingway pronunció una vez parecen proféticas: "Si nuestros padres son la vara con la que nos medimos, vivir a la sombra de un padre suicida equivale a viajar por una carretera llena de baches en un camión cargado de nitroglicerina".
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