Efectivamente nos encontramos en Italia. Y en un país con un patrimonio cultural tan impresionante, con ciudades monumentales como Venecia, Florencia, Roma… viajar a Puglia, claro, no entra muchas veces en nuestro planes. Pero es un error, un craso error porque Puglia -Apulia, en italiano- ofrece unos atractivos que nos sorprenderán.
Acurrucada en el abrazo de dos mares -Jónico y Adriático- y propiciada por el templado clima mediterráneo, Puglia es la región italiana que ofrece a sus visitantes todos los ingredientes para un viaje fascinante a través de la historia, el arte, la naturaleza, la gastronomía y el vino.
La región se extiende por el extremo sudeste de Italia. Allí, los exuberantes bosques alternan con los centenarios olivares, viñedos y cultivos de cereal y verduras, mientras que los escarpados acantilados y las playas doradas conforman la costa con vistas a aguas cristalinas.
El mejor acceso a la región es Bari, su capital, y el punto de partida ideal para descubrir la región. Con vistas al mar Adriático, la ciudad presenta dos caras: el elegante Barrio de Murat y el hipnotizante Barrio Vecchio.
El barrio decimonónico construido por orden de Giacchino Murat, la cabeza del Reino de Nápoles a instancias de Napoleón Bonaparte, es una sucesión de señoriales casas de estilos eclécticos, mientras que el subsuelo alberga tesoros escondidos, iglesias de roca, y galerías excavadas en la roca como el templo de San Jorge, el hipogeo de Madia Diana y el hipogeo «judío».
Barrio Vecchio constituye un espectáculo para la vista y el paladar. Múltiples y coloridas tiendas artesanales se abren en los estrechos callejones del casco antiguo, inundado por los intensos aromas del pan y de la comida callejera.
Hacia el norte destaca el pueblo fortificado de Giovinazzo; hacia el sur sorprende Polignano a Mare, que se encarama a un farallón poblado se grutas y cafés agazapados; hacia el interior está Gravina in Puglia. Aquí es posible alojarse en las masserie, antiguas casonas de terratenientes del siglo XVII.
HACIA LAS CASAS DE ALBEROBELLO
Ahora hay que dirigirse hacia Alberobello, 55 kilómetros al sudeste de Bari. Aquí se esconde una de las zonas más bellas y fascinantes de la Puglia. Por las carreteras interiores, en dirección al valle de Itria, el paisaje está sembrado de extrañas y pequeñas construcciones de planta circular, pintadas de blanco y coronadas por una cúpula de piedra gris en forma de cono. Son los trulli, unas viviendas alrededor de las cuales se han hecho muchas conjeturas acerca de su origen.
Se empezaron a construir hace 1.400 años entre las provincias de Bari y Brindisi, principalmente, construyendo un verdadero paisaje de fábula. De todo este territorio, la población de Alberobello está considerada la capital de los trulli. Tiene algo más de 1400 conos de piedra encalados y agrupados entre sí, formando una verdadera ciudad cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. Vale la pena perderse por las calles de Alberobello y caminar sintiéndose un gigante ante las pequeñas puertas y ventanas que adornan las viviendas.
Alberobello se encuentra en el corazón del valle de Istria, donde se asientan también otros pueblos maravillosos, como Cisternino y Martina Franca.
Se llega después a Ostuni, la «ciudad blanca». En centro se erige la catedral del siglo XV de estilo románico-gótica. No hay que perdérsela.
HACIA LA PENÍNSULA DE SALENTO
«Sol y mar», «arte y gastronomía», «hospitalidad sincera y paisajes de ensueño» son los binomios que cuentan la historia de Salento. Es aquí donde las aguas del mar Jónico y el mar Adriático se reúnen, viéndose esto desde lugares tan famosos como Gallipoli y Porto Cesareo.
Salento es la península más septentrional de la Puglia. Una tierra mágica donde los misteriosos dólmenes y menhires indican el camino, oculto entre olivos y las secas paredes de piedra en los campos de Giurdignano y Minervino di Lecce.
Lecce, la principal ciudad monumental de la Puglia, constituye un viaje por el Barroco, entre iglesias y palacios bordados en la piedra, patios, jardines secretos y la sorpresa de un anfiteatro romano en el corazón de la ciudad. Lecce es una de las localidades más sugerentes la la Italia meridional. Se la llama la Florencia el Sur. Es única en su género, una sinfonía de frisos, pináculos y cariátides dispuestos sobre un portal o un balcón y que dejan constantemente maravillado. En Lecce se percibe el olor de la miel y, cuando anochece, la ciudad reluce como ninguna otra. No te pierdas la catedral de Santa Cruz, la piazza Duomo, con elegantes edificios barrocos y la Piazza Sant,Onorio.
Desde Lecce siguen otros pueblos con encanto, claro que ahora el protagonista principal de la ruta es el mar. Hay etapas imperdibles en los farallones de la Torre de Sant,Andrea
La evocadora costa de Salento ofrece paisajes con marcados contrastes. La costa jónica es una sucesión de amplias playas de arenas blanca; la costa adriática está bordeada por acantilados, rocas de vértigo y encantadoras cuevas marinas como las de Santa Maria di Leuca y Castro.
CÓMO IR. Las principales vías de acceso a Puglia son los aeropuertos de Bari y Brindisi, bien conectamos con destinos internacionales.
DÓNDE DORMIR. La oferta de alojamientos satisface todo tipo de necesidades: 36 hoteles de cinco estrellas y más de 800 de tres y cuatro estrellas, además de hoteles boutiques en exclusivos edificios históricos, y campings bien equipados junto al mar. En el Valle de Itrio, los trulli abren sus puertas para proporcionar una experiencia única y fascinante.
DÓNDE COMER. Italia es sinónimo de buena comida y Puglia confirma esta reputación. Desde el aceite hasta el queso, desde el vino hasta la carne y el pescado, desde el pan hasta la pasta: el viaje a través de los sabores puglianos es una experiencia que satisface los cinco sentidos.
SOBRE El VINO. Actualmente Puglia es una de las principales regiones productoras de vino de Italia. Desde Gargano hasta Salento, los variados paisajes de Puglia son el telón de fondo de los itinerarios destinados al descubrimiento de la enorme riqueza vinatera de la región. Probar: un vaso de Castillo del Monte Aglianico o de Salice Salentino… Y combinarlo con un plato típico.
via Oriol Pugés http://bit.ly/2ZpJXyL
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