Un elemento fundamental para comprender cuál fue la causa del esplendor y del posterior ocaso de Pisa es el mar. Efectivamente, hoy en Pisa no hay mar, aunque en el pasado sí lo hubo. Durante siglos el puerto de Pisa fue el más importante que había entre Marsella y Ostia-Roma, y llegó a ser el lugar desde donde partieron algunos de los más importantes ejércitos de la historia a la conquista del norte de Italia, el sur de la Galia, las islas de Córcega y Cerdeña y Baleares. También allí desembarcaron las riquezas más preciadas de Oriente.
Sin embargo, una buena mañana el río Arno, que se encontraba en Pisa con el Mediterráneo, se enfureció y alejó aún más el mar. La ciudad quedó así separada de su puerto por kilómetros de arenales y marismas que acabaron por arruinar Pisa. Además, la malaria se expandió por los humedales de la nueva desembocadura del Arno, y eso llevó la tragedia y el hambre, y obligó a los pisanos a quedar subyugados ante sus eternos enemigos, la vecina Florencia. Todavía, a veces, da la sensación que Pisa no ha sido capaz de superar psicológicamente aquel terrible golpe.
UN GRAN MUSEO DE ITALIA
Aunque la historia no ha sido benévola con este gran ciudad toscana, no se puede negar que en compensación ésta la dotó de algunas de las mejores colecciones de arte que pueden encontrarse en Europa. Por ejemplo, la “Piazza dei Cavalieri” concebida por Giorgio Vasari -por indicación de la familia Medici- que está rodeada de bellos palazzi como el de los caballeros, sede de la orden militar de san Stefano, el dell’Orologgio o el del Consiglio dei Dodeci que era la antigua sede del gobierno comunal.
Otro bellos edificios de la ciudad son el Palazzo Reale, donde el pisano Galileo Galilei mostró las posibilidades de su “canochiale” o telescopio, el Arsenal Mediceo (remodelación de las atarazanas de época romana) y el Palazzo Toscanelli. Aunque la mayor colección de arte, propiamente dicha, de la antigua república de Pisa puede contemplarse en el Museo Nazionales de San Matteo: el Políptico de Santa Caterina de Simone Martini, la Madonna y el bambino del pintor Gentile da Fabriano, el Busto del relicario de San Lussori realizado por Donatello.
En Pisa puede además disfrutarse del mejor Románico en Italia. Si en España este se concibe como un arte esencialmente rural, en Pisa adquirió su verdadera naturaleza urbana y su máxima potencia. Aquí pueden hallarse las impresionantes iglesias dedicadas a San Frediano, San Sisto, San Michele in Borgo, Santa Caterina d’Alessandria, San Pietro in Vinculis, San Zeno, San Matteo in Soarta, Santa Maria della Spina, San Paolo a Ripa d’Arno… y por supuesto el conjunto del campi dei Miracoli en torno a una increíble catedral que fue referente de la historia de la arquitectura durante siglos.
Junto al Duomo se sitúa un baptisterio dedicado a San Juan Bautista. Es el más grande de toda Italia y es en realidad una circunferencia de cien metros de diametro que cuenta con una altura algo superior al campanile de la catedral, la famosa torre torcida. Su acústica y su inmensidad interior es impresionante y la pila bautismal es otra maravilla del arte medieval. La gran plaza monumental queda cerrada por el campanario de la catedral, que está algo separada del templo, por un cementerio y algunos palacetes que acogen diversos museos. Toda una piazza que es un punto y arte en la historia del arte mundial.
Dónde comer. Pisa es ciudad de arte, pero también es un lugar excelente para degustar la buena gastronomia de la Toscana. Dos buenos restaurantes para disfrutarla son La Sosta dei Cavalieri (http://ift.tt/1LKl480), y La Clessidra (http://ift.tt/1N2zOKQ). Antes habremos tomado un buien aperitivo en el Café Keith, situado frente a un mural del artista norteamericano Keith Haring.
Qué hay que saber. Pisa, con 100.000 habitantes es sede de Piaggio, la empresa elaboradora de las famosas Vespas, y una de las grandes concentraciones universitarias de Italia (30.000 de sus habitantes están vinculados directamente a la universidad entre alumnos, profesorado y profesionales). Cuenta además con el aeropuerto con más tráfico de la Toscana, el Galileo Galilei, lo que permite acoger numerosas ofertas de low-cost. A las afueras de la ciudad se encuentra además el mar con sus arenales, y una interesante oferta ambiental en los humedales del delta del Arno.
Cuándo ir. Primavera y verano son dos espléndidas estaciones para descubrirlos a pie o en bicicleta, y comprobar que quizá Pisa tal vez salió un día ganando tras esa maldita crecida que la llevó un día a la ruina.
Más información. www.comune.pisa.it
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