Puede parecer tópico pero, en invierno, la esencia mediterránea del Montreux belle époque queda envuelta en la bruma del lago Lemán, haciendo más seductora, más sugestiva si cabe, la incursión en el meollo alpino. Desde esta glamurosa ciudad balneario se puede serpentear por la orilla y, como las altisonantes notas de jazz sobre una partitura, enmudecer ante la piedra húmeda y fría del castillo de Chillon, esa mole que parece flotar en el lago desde hace casi mil años. El poeta inglés Lord Byron consiguió romper el hermetismo pétreo de esta imponente edificación en 1816 con su poema El prisionero de Chillon, dedicado al monje François Bonivard, recluido en las mazmorras del castillo entre 1532 y 1536.
via http://ift.tt/1yEsbbK
via http://ift.tt/1yEsbbK
No hay comentarios:
Publicar un comentario