Un parche de arenques muertos y moribundos cubre la superficie del mar frente a la costa de Noruega, a los pies de un barco pesquero. La embarcación había capturado demasiados peces, por lo que la red de cerco empleada por la tripulación se rompió debido al exceso de peso, liberando toneladas de animales aplastados y asfixiados. Audun Rikardsen, autor de esta imagen, estaba a bordo de un buque de la guardia costera de noruega trabajando para un proyecto de rastreo de orcas por satélite.
Estos mamíferos marinos siguen las rutas migratorias de los arenques y con frecuencia pueden hallarse junto a los barcos de pesca, donde se alimentan de los peces que se escapan de las redes. Para la guardia costera noruega, responsable de la vigilancia de la flota pesquera, el espectáculo de la carnicería y el desperdicio era efectivamente una escena del crimen. Es por ello que las fotografías tomadas por Rikardsen aquel día convirtieron la evidencia visual en un caso judicial que resultó en una condena y multa para el propietario del barco.
La sobrepesca es una de las mayores amenazas para los ecosistemas oceánicos, y según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, más del 60% de las pesquerías están agotadas, y casi el 30% sobreexplotadas. El arenque noruego, parte de la población total de arenque del Atlántico, era en el siglo XIX la población de peces más pescada comercialmente en el Atlántico Norte. Sin embargo, a finales de la década de 1960 sus poblaciones rozaron la extinción. Esto se considera como un ejemplo clásico de cómo una combinación de mala gestión, poco conocimiento y codicia puede tener un efecto devastador y, a veces, permanente, no solo en la especie en sí, sino en todo un ecosistema. El arenque del Atlántico estuvo a punto de extinguirse, e hicieron falta 20 años y casi la prohibición de su pesca para que las poblaciones se recuperaran, aunque todavía se considera vulnerable a la sobrepesca. La recuperación del arenque ha sido seguida por un aumento en el número de sus depredadores, como las orcas, pero es una recuperación que necesita un monitoreo continuo de las pesquerías, tal y como demuestra la imagen de Audun.
Esta fotografía forma parte de una preselección de fotos elogiadas en el prestigioso certamen de fotografía de naturaleza Wildlife Photographer of the Year, organizado por el Museo de Historia Natural de Londres, y cuyos ganadores se darán a conocer el próximo 12 de octubre de 2021.
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