La oleada de españoles que en los próximos días acudirán a Lisboa descubrirán o volverán a disfrutar de una de las ciudades más atractivas del mundo, cuyo encanto se mantiene intacto a través de los años. Pero Lisboa es también, además de antigua y señorial, como cantaba el viejo fado de Amália da Piedade Rebordão Rodrigues, más conocida como la Reina del Fado, una ciudad joven y vanguardista, romántica y acogedora, vital y culta, sabrosa y dulce. Pero tal vez lo mejor de Lisboa es que cualquiera de estos calificativos y muchos otros, no son excluyentes. Más bien se superponen, se complementan para hacer una ciudad única, que enamora al visitante al primer vistazo y que, como las buenas amantes, le engancha, obligándole a volver junto a ella. Hay una Lisboa evidente, que se descubre desparramándose a los pies desde cualquiera de sus siete colinas y que ofrece una perspectiva diferente. Te recomendamos cinco cosas, antiguas y nuevas, que no puedes perderte en tu visita a la capital de Portugal.
1- DESCUBRE SUS MIRADOUROS. Una visita a la ciudad debe comenzar por uno de sus “miradouros”, a los que se llega en elevadores o tranvías, como el de Sáo Pedro de Alcántara en el Barrio Alto que divisa la ciudad con el telón de fondo del Castelo, o, justo enfrente, el de Nossa Señora do Monte que, como un espejo, refleja el encanto del Barrio Alto. Aunque el más popular es el de Santa Luzía, con sus característicos mosaicos, hoy bastante deteriorados, sobre el barrio de Alfama, con el río al fondo. Pero sin duda la mejor vista de Lisboa se aprecia desde el Castelo de San Jorge, el monumento más antiguo de la ciudad y el mejor punto de referencia. Sus orígenes fueron romanos y árabes y su aspecto similar al actual se consiguió tras la conquista cristiana. Durante mucho tiempo fue residencia de los reyes de Portugal, hasta que Manuel I se construyó un palacio más lujoso en lo que hoy es la Plaça do Comércio. Hoy es un lugar espacioso por el que pasear o contemplar la cambiante ciudad.
2-RECORRER ALFAMA Y BARRIOS ANTIGUOS. Desde el castillo, mientras se disfruta de una imperial (el equivalente a nuestra caña de cerveza) se pueden planificar los distintos recorridos que permitirán visitar sus barrios a pie o utilizando sus peculiares transportes públicos, incluso el metro, verdadero museo subterráneo de arte contemporáneo portugués. Hay mucho donde elegir. Junto al castillo está Alfama, uno de los más antiguos barrios de Lisboa. Todavía conserva su estructura árabe, con calles en laberinto, patios y callejones. Aquí se encuentra la Catedral y se lleva a cabo la Feria de la Ladra (el Rastro). Junto a Alfama están los barrios de Castelo y Morería. Durante el mes de junio, en las fiestas de los Santos Populares, estos barrios se llenan de música, bailes y comida típica. En Bica, otro barrio histórico de Lisboa, el funicular de 1892, sube entre casas, por una calle en la que las aceras son estrechos escalones. Es un clásico subirse al tranvía número 28, que recorre, desde Chiado a Graça, los monumentos más significativos, como la Sé y el castillo de São Jorge, que flanquean el barrio.
3-VIVE LA LISBOA MÁS ANIMADA. En la Baixa lisboeta se encuentra el mayor movimiento y bullicio, así como las tiendas más antiguas y tradicionales de Lisboa. Todavía hoy se concentran aquí todos los negocios, una tradición del pasado que se puede comprobar en los nombres de las calles: Rua do Ouro, Rua da Prata, Rua dos Fanqueiros (Lenceros). Tras el terremoto de 1755, la Baixa Pombalina fue reconstruida en estilo clásico, pero muchos de los barrios medievales permanecen, con fascinantes tiendas, restaurantes y cafés. No hay que perderse subir a Barrio Alto en el ascensor da Glória. El elevador de Santa Justa, un precioso ascensor diseñado por un discípulo de Eiffel, conecta Baixa con el lujoso barrio de Chiado. Arriba queda el mirador de San Pedro de Alcántara, buen punto de partida para conocer un barrio histórico inolvidable, que cambia radicalmente por la noche y se convierte en uno de los más animados de la ciudad, con bares, restaurantes y tiendas vanguardistas, que en los últimos años se han ido instalando en la zona. Desde allí no queda lejos el Chiado, uno de los barrios más seductores de la ciudad. Centro de la vida cultural, como bien lo demuestran sus teatros, cafés con tradición literaria, como A Brasileira, librerías antiguas o el Museo del Chiado.
4-PASEA POR LA ORILLA DEL TAJO. Naturalmente, hay que acercarse a la orilla del Tajo, donde todo comenzó. Los viajes marítimos de los descubrimientos ultramarinos convirtieron a Lisboa en uno de los grandes puertos del mundo, el centro de un imperio que se extendía desde Brasil (por Occidente) hasta la India (por Oriente). A orillas del río, grandes monumentos recuerdan este período. Los amantes del arte contemporáneo deben dirigirse al Centro Cultural de Belém, un espacio público de arte y actuaciones que se ha convertido en punto de referencia de la cultura en Lisboa. Está situado a pocos metros de los monumentos más significativos de la Edad de Oro de Portugal: la Torre de Belém y el monasterio de los Jerónimos, las mejores muestras del estilo manuelino. Casi tan visitada o más que la torre es la pastelería Casa dos Pasteis de Belém, en funcionamiento desde 1834. La ‘culpa’ de las largas colas que se forman la tienen los irresistibles pastéis de nata, los más celebrados de Lisboa.
5-SESIÓN DE FADOS. El fado tradicional pervive en las tabernas de la Alfama y el Barrio Alto, donde nació en el siglo XIX. La UNESCO lo ha incluido en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad No se sabe su origen, aunque se cree que nació en la época de los grandes viajes de ultramar, cuando la música intentó reflejar el dolor por la pérdida irreparable de alguien en la mar o la incertidumbre del regreso. Estas canciones de amor, de desamor, de deseos frustrados se ambientan con una luz tenue y un silencio sepulcral que no dejan de crear misterio. Se interpretan con un fondo oscuro, a la luz de las velas por una sola voz y acompañada por una melancólica guitarra portuguesa. Estas son las tres casa de fado-restaurantes más reconocidos actualmente en Lisboa: O Faia, Rua da Barroca, 56 (Bairro Alto) tel: +351 213 426 742; Clube do Fado, Rua S. João da Praça, 92/94 (Sé-Alfama), tel: +351 218 852 704; Casa Linhares, Beco dos Armazéns do Linho 1 (Alfama), tel: +351 218 865 088.
6- VISTA LOS ESTABLECIMIENTOS MÁS TRADICIONALES. Lisboa conserva locales y comercios llenos de encanto y sabor. Estos son algunos imprescindibles: A Brasileira (Rua Garret, 120, Chiado, Tel.: 21 346 95 41). Tomar una “bica” en uno de los cafés más famosos del barrio de Chiado y de toda Lisboa, “A Brasileira”, junto a Fernando Pessoa, cuya escultura en tamaño real adorna una de las mesas de la terraza. Conserveira de Lisboa (Rua dos Bacalhoeiros, 34). Preciosa tienda de rancio sabor antiguo, que vende sus propias conservas envueltas en papel con su marca, así como riquísimas mermeladas caseras. En el suelo de la tienda se aprecia un ancla, uno de los símbolos marinos más frecuentes en Lisboa. Ginginha (Largo de Sao Domingo, 8 Baixa). Es el bar más pequeño de la ciudad, con apenas un mostrador de dos metros y donde se atiende como máximo a dos clientes a la vez. Solo venden chupitos del célebre licor de cerezas del mismo nombre.
7-DISFRUTA LA MEJOR GASTRONOMÍA. Uno de los principales atractivos turísticos de Lisboa es, sin duda, su gastronomía. En los últimos meses se han inaugurado y renovado numerosos restaurantes y locales que completan una oferta gastronómica variada y de calidad desde hace varios años. Dicen que los portugueses conocen 365 recetas para preparar el bacalao, una para cada día del año, aunque Leonal Pereira, chef del exclusivo restaurante Panorama (Sheraton Lisboa Hotel & Spa, Rua Latino Coelho, 1 tel.: (351) 21 3120000) de la capital lisboeta, presume de haber creado la número 366, que consiste en acompañar este pescado de una espuma de vino tinto sobre mousse de patata. Otros lugares de referencia son: A Travessa (Travessa do Convento das Bernardas, 12 (Tel.: +351 213 90 20 34) Es uno de los mejores sitios para probar y reconfortarse con la cocina portuguesa de calidad en Lisboa. Como nota diferente un servicio de transporte llamado “Pao de Forma” que traslada al restaurante a los clientes que lo solicitan con una llamada telefónica. Aura Lounge Café (Praça do Comércio, Terreiro do Paço (Tel.: +351 213 46 94 47). De estilo sofisticado, su cocina está en manos del chef Duarte Matias y del productor gastronómico Fabrice Marescaux, con un menú totalmente inspirado en los platos preferidos por los portugueses. Bica do Sapato (Av. Infante Dom Henrique, Tel.: +351 218 81 03 20). Ubicado en un antiguo almacén a orillas del Tajo, continúa fiel a su oferta desde que hace unos años fuera considerado el restaurante más vanguardista de Lisboa, uno de los socios el actor norteamericano John Malkowicz. Bocca (Rúa Rodrigo da Fonseca, 87-D, Tel.: +351 213 80 83 83). El joven chef Alexandre Bocca trabaja principalmente con productos de temporada y ha creado un estilo culinario propio. Cantilho de Avillez (Rua dos Duques de Bragança, 7 Tel.: +351 211 99 23 69). Es uno de los nuevos de Lisboa. Localizado en Chiado, es un espacio acogedor en el que convive tradición y la modernidad. La carta ofrece una gran variedad de tapas, entrantes, platos y sobremesas. Ribadouro (Avenida da Liberdade, 155 Tel.: +351 213 54 94 11) En una de las principales avenidas de la ciudad se encuentra una de las mejores marisquerías por calidad y precio de Lisboa. En la capital portuguesa es muy común el concepto de cervecería donde se come marisco y pescado como es el caso. Muy buen relación calidad/precio sobre todo si se compara con los precios en España. Tavares (Rua da Misericordia, 37 barrio de Baixa Tel.: +351 213 42 11 12). Se dice que es el restaurante más antiguo de Lisboa, que abrió sus puertas en 1784, y es también uno de los restaurantes más caros y lujosos de la ciudad.
Por Enrique Sancho
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