martes, 15 de julio de 2025

Viajes. Encuentran sin vida en Valencia a una de las tortugas más grandes del mundo

A veces, la arena nos devuelve secretos antiguos. Otras veces, nos recuerda lo que estamos perdiendo. Así sucedió en la costa de El Saler, en Valencia, donde la orilla amaneció con la silueta monumental de una de las criaturas más colosales del océano: una tortuga laúd (Dermochelys coriacea) sin vida

Este hallazgo, realizado por la ONG Xaloc Mar el pasado fin de semana, ha despertado una mezcla de asombro y tristeza. La Universidad de Valencia (UV) confirmó que se trataba de una hembra adulta de dimensiones excepcionales: 1,60 metros de largo y más de 600 kilos de peso.

Aunque las causas de su muerte todavía no se han determinado con certeza, las primeras observaciones apuntan a una posibilidad que se repite con alarmante frecuencia: la interacción con artes de pesca

Las redes fantasmas, los aparejos abandonados y los sistemas de arrastre figuran entre los principales enemigos de estos viajeros oceánicos que, pese a su resistencia milenaria, cada vez tienen menos refugios seguros.

La gigantesca Dermochelys coriacea

La tortuga laúd, la más grande de todas las especies de tortugas marinas, no es solo un prodigio de la evolución —con su caparazón coriáceo, adaptado para soportar las inmersiones más profundas— sino también un símbolo de la lucha por la supervivencia en mares cada vez más humanizados

Puede sumergirse a más de 1.000 metros y recorrer distancias transoceánicas desde las playas del Caribe hasta las aguas del Atlántico Norte. En el caso del ejemplar encontrado en Valencia, su presencia supone una rareza: no es común avistar tortugas laúd tan al norte del Mediterráneo. Sin embargo, los cambios climáticos y las alteraciones en las rutas de alimentación podrían estar modificando sus patrones migratorios.

Bajo amenaza

De acuerdo con la ficha técnica del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), esta especie figura como "en peligro" a nivel mundial, debido al declive de sus poblaciones en el último siglo. Las causas son múltiples: la contaminación marina, el plástico que confunden con medusas, el calentamiento global que afecta la proporción de sexos en los nidos, y sí, también las prácticas pesqueras no sostenibles. La UV y la ONG Xaloc han trasladado el cuerpo a las instalaciones universitarias para su análisis y necropsia, con la esperanza de obtener más respuestas.

Según explican los expertos, una de las hipótesis más probables es que la tortuga haya quedado atrapada en alguna red de deriva, lo que le habría impedido salir a la superficie para respirar. Este escenario es, lamentablemente, habitual. Las tortugas laúd tienen una anatomía adaptada a la ingravidez oceánica; sus pulmones, sin embargo, no toleran una apnea prolongada causada por un enredo. A menudo, mueren por asfixia silenciosa. El mar, entonces, las devuelve a nosotros, como si gritara aquello que no queremos oír.

La comunidad científica y ecologista insiste en la urgencia de revisar los protocolos de pesca, establecer zonas marinas protegidas y reforzar la recogida de redes abandonadas. Desde Xaloc insisten en que este hallazgo debe servir como “un recordatorio doloroso pero necesario” de que nuestras acciones en la superficie tienen consecuencias en las profundidades.

"Noticias como esta nos entristecen, pero son esenciales para concienciar sobre la problemática de las redes de pesca abandonadas, la contaminación plástica y la urgente necesidad de proteger el Mar Mediterráneo", dijo la ONG en su cuenta de Instagram.

Aunque la tortuga no llevaba microchip —algo que dificulta su trazabilidad—, su historia podría ayudar a mejorar las estrategias de conservación de su especie.



via Sergio Parra https://ift.tt/0LVoeP5

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