martes, 28 de marzo de 2023

Pachinko. Qué ver en Gyeongju, la antigua capital del Reino de Silla en Corea

¿Estás listo para descubrir una ciudad llena de historia y tradición? Gyeongju es una urbe coreana que mantiene su esplendor desde el siglo VII, cuando fue la capital del Reino de Silla.

En la siguiente guía te mostraremos todos los tesoros de esta antigua capital: los templos, los sitios históricos, los parques naturales, los museos y mucho más.

Nuestra ciudad favorita de Corea del Sur es un destino ideal para los amantes de la historia, la cultura, la arquitectura y los paisajes. Los lugares que encontrarás aquí son únicos en el mundo.

Prepara tu maleta para una aventura inolvidable, porque vamos a descubrirte los imprescindibles qué ver y hacer en Gyeongju.

¿Cómo llegar a Gyeongju?

Planes que hacer en Gyeongju
Observatorio de Cheomseongdae en Gyeongju.

Gyeongju es una ciudad situada en la provincia de Gyeongsangbuk-do, al sureste de Corea del Sur. Esta ciudad histórica está llena de templos, sitios arqueológicos y museos. Si te encuentras en Seúl y quieres visitar esta ciudad, hay varias formas de llegar a este destino turístico.

La forma más rápida de llegar es tomar un vuelo desde el Aeropuerto Internacional de Incheon hasta el Aeropuerto de Gyeongju, a solo 20 minutos de la ciudad. Los vuelos tienen un tiempo de vuelo de aproximadamente una hora. Una vez que llegues al aeropuerto, puedes tomar un autobús o un taxi para llegar a la ciudad.

Otra forma es tomar el tren, que es lo que hicimos nosotros. El tren de alta velocidad KTX te llevará desde Seúl hasta la estación de Gyeongju en aproximadamente 2 horas.

También puedes tomar un autobús desde Seúl hasta Gyeongju. Si decides tomar esta modalidad de viaje, el viaje puede durar de 2 a 3 horas, dependiendo de la hora del día.

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¿Qué ver en Gyeongju?

Estanque Anapji de Gyeongju
Estanque Anapji de Gyeongju.

Esta ciudad es conocida por sus muchos sitios históricos y por ser el hogar de la dinastía Silla entre los años 57 a. C. y 935 d. C. Esta ciudad ofrece a los visitantes una variedad de destinos para explorar: Desde templos antiguos y jardines, hasta parques de atracciones modernos. Aquí hay algunos de los sitios más importantes para ver en Gyeongju.

Túmulos funerarios

Parque de los Tumulos de Gyeongju
Parque de los Túmulos de Gyeongju.

Los túmulos funerarios de Gyeongju son conocidos como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de la dinastía Goryeo. La ciudad alberga cientos de tumbas, cada una diseñada para representar la vida de la persona enterrada en ella.

Estas se encuentran en la parte más antigua de la ciudad, en una zona conocida como el Parque de los Túmulos Funerarios de Gyeongju.

Se construyeron entre los siglos IX y XIV y se dice que albergaban a los miembros más importantes de la dinastía Goryeo.

Se construyeron con ladrillos y se cubrieron con una losa de piedra. Cada tumba era decorada con grabados que representaban la vida del difunto. Muchos de ellos todavía están en buen estado y pueden ser visitados por turistas.

Observatorio de Cheomseongdae

Observatorio de Cheomseongdae en Gyeongju
Observatorio de Cheomseongdae en Gyeongju.

El Observatorio de Cheomseongdae es una estructura de piedra construida durante el periodo de Silla entre los años 751 y 774 d.C. Aunque su función original era astronómica, hoy en día es uno de los principales puntos de atracción turística de la ciudad.

Cheomseongdae fue construida en forma circular. Esta estructura se compone de 362 bloques de piedra y se cree que fue construida para medir los movimientos de los astros y estudiar el cielo.

Los estudiosos de la época creían que los astros influían en la vida humana. Existen muchas leyendas sobre el origen de esta construcción. Una de las más conocidas relata que una reina de la dinastía Silla estuvo a punto de morir, pero fue salvada milagrosamente por la magia de una estrella. En agradecimiento, decidió construir el observatorio.

Cheomseongdae, además de ser un importante patrimonio histórico, es un importante sitio arqueológico. Los arqueólogos han descubierto numerosos objetos antiguos en la estructura, como ejemplares de cerámica, armas y estatuas.

Gyeongju Gyochon Traditional Village

Gyeongju Gyochon Traditional Village es una aldea tradicional de interés histórico. Está compuesta por cien casas tradicionales, algunas de las cuales se han restaurado para ser usadas como museos, restaurantes y tiendas.

La mayoría de las viviendas se construyeron en el siglo XVIII y conservan los antiguos diseños y estilos de esa época. La aldea también cuenta con una gran cantidad de jardines tradicionales, árboles y arbustos, así como estanques y estanques de piedra.

Los visitantes pueden disfrutar de una variedad de actividades, como visitar museos, probar la comida local y disfrutar de espectáculos de música y danza. La aldea también cuenta con una gran cantidad de monumentos históricos, como templos y tumbas.

Puente Woljeonggyo

El Puente Woljeonggyo es un puente situado sobre el río Yeongjucheon, al norte de la zona de los templos de Bulguk-sa y Seokguram. El puente es una de las maravillas de Corea y es conocido por su arquitectura única y atractiva. Se cree que fue construido durante el reinado del rey Heungdeok de la Dinastía Silla, en el año 814.

Fue construido con piedra caliza y tiene una longitud de 114 metros. Está formado por diez arcos de piedra conectados y cada uno de ellos tiene una altura de unos 4,5 metros. Está flanqueado por dos postes de madera a cada lado. Estos postes se remontan al siglo XVI, cuando el puente fue reconstruido.

El puente se ha mantenido en gran parte en su estado original, incluso después de los años de intenso uso. Hoy, es un destino turístico popular. La luz de la luna sobre el puente proporciona una vista única y hermosa durante la noche.

Mercado Seongdong

El Mercado Seongdong es uno de los mercados más importantes de la ciudad. Ofrece una gran variedad de productos locales, desde alimentos hasta artesanías. Se ha mantenido como un punto clave para la cultura local por muchos años.

Los visitantes pueden encontrar una variedad de alimentos tradicionales, como el tteokbokki (arroz con salsa picante), el hodduk (una pastelería rellena de azúcar y harina de arroz) y el japchae (fideos de patata dulce). También hay una gran selección de artesanías hechas a mano, como vestidos tradicionales, joyería y objetos de decoración.

El mercado Seongdong es un lugar muy acogedor, donde los visitantes pueden experimentar la cultura local de primera mano. Los vendedores son amables y siempre están dispuestos a ayudar a los visitantes. También se puede disfrutar de una amplia variedad de entretenimiento, incluyendo música tradicional y actuaciones locales.

Templo Bulguksa

Templo Bulguksa de Gyeongju
Templo Bulguksa de Gyeongju.

El Templo budista Bulguksa es uno de los Patrimonios de la Humanidad más importantes de Corea y uno de los templos más antiguos. Fue construido en el siglo VIII, durante el reino de Silla. Se trata de un lugar que se destaca por su arquitectura y por sus jardines.

Consta de dos salas principales: Daeungjeon y Geungnakjeon. Estas salas están separadas por una escalinata de mármol conocida como Cheongungyo. La sala principal, Daeungjeon, es el templo principal y es visitado por los creyentes. Está decorada con estatuas de Buda y rodeada por varias estatuas de devas.

También hay varias estructuras secundarias como el Templo Chilbo, el Templo Seokgatap, el Templo Dabotap y el Templo Beomyeongnu. Estas se encuentran rodeadas por jardines y decoradas con estatuas de Buda y de otros personajes de la mitología budista.

Este es un lugar de peregrinación para los budistas. Muchos creyentes visitan el templo para rezar y meditar. También se realizan ceremonias religiosas para celebrar el nuevo año.

Gruta de Seokguram

La Gruta de Seokguram es una antigua estructura budista ubicada en el Templo Bulguksa Está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1995 y es uno de los principales destinos turísticos del país. Fue construida entre 751 y 774 durante el período de la Dinastía Silla.

La gruta se encuentra en la cima de una colina de granito y está orientada hacia el este para permitir la entrada de la luz del amanecer. El diseño de la gruta es único. Está decorado con una amplia variedad de diseños, desde flores de loto hasta dragones.

El Buda de Seokguram está situado en el interior de la gruta en una plataforma de mármol. Está sentado en una postura de meditación con las manos en la posición de la loto. Los artistas que crearon el Buda de Seokguram utilizaron técnicas avanzadas para lograr unl efecto tridimensional.

La gruta de Seokguram también es famosa por sus llamativos mosaicos y relieves. Están hechos de piedra y cubren la mayor parte de la gruta. Ofrecen una gran cantidad de detalles y representan los diversos dioses budistas.

Aldea de Yandong

La aldea de Yandong se encuentra a unos 8 km de la ciudad de Gyeongju y es conocida como una de las aldeas más típicas de la zona. Se ha mantenido prácticamente sin cambios desde hace más de mil años.

Durante la Dinastía Silla (57 a.C. – 935 d.C.) era el lugar donde se reunían los oficiales reales para celebrar consejos. Esto se debe a que alberga algunos de los templos más antiguos de la región. El Templo Bulguksa, del que hemos hablado, es uno de los templos más antiguos de Corea.

Además, es conocida por su hermosa naturaleza. Los visitantes pueden disfrutar de la fauna y flora locales mientras caminan por los senderos de la aldea.

En la Aldea de Yandong se pueden encontrar algunas de las tradiciones más interesantes de Corea. Hay una variedad de talleres, como el de fabricación de cestas de bambú o de fabricación de pañuelos teñidos. También hay muchos restaurantes de comida tradicional que sirven platos típicos de la región.

El estanque Anapji

El estanque Anapji de Gyeonju es un hermoso complejo que formaba parte de la fortaleza real de Wolseung, construido hace más de 13 siglos por orden del rey Munmu con unos resultados más que admirables.

En este lugar nadan decenas de peces de vivos colores que juegan con los reflejos de los tejados puntiagudos o se esconden en los huecos de unas piedras estratégicamente colocadas para que la armonía de los elementos sea perfecta. Es casi imposible no emocionarse en un lugar así.

¿Cómo moverse por Gyeonju?

Cerezos en flor en Gyeongju
Cerezos en flor en Gyeongju.

Si quieres moverte por la ciudad, hay varias opciones de transporte disponibles.

  • Taxi: Los taxis son una opción cómoda para moverse por la ciudad. El precio de un taxi es de alrededor de 2.500 won por km. El precio varía dependiendo de la distancia que se recorra.
  • Autobús: Los autobuses son una opción más barata para moverse. Hay muchas líneas de autobús que conectan la ciudad con otros lugares. El precio depende del recorrido, pero en general es de alrededor de 1.200 won.
  • Alquiler de bicicletas: Alquilar una bicicleta es una forma divertida de explorar la ciudad. Existen varias empresas de alquiler de bicicletas. El precio por hora es de alrededor de 4.000 won. También hay tarifas diarias a partir de 15.000 won.
  • Tren: También hay una línea de tren que conecta Gyeonju con otros lugares. El precio de un billete de tren varía dependiendo de la distancia que se recorra. El tramo más corto cuesta alrededor de 1.000 won.

¿Dónde comer en Gyeonju?

Que comer en Gyeongju
Plato típico coreano.

Si visitas esta ciudad, no puedes dejar de disfrutar de la deliciosa comida local que ofrecen los restaurantes de la ciudad. Aquí hay algunos de los mejores lugares para comer en Gyeonju:

  • Myeongga: este restaurante de estilo coreano ofrece una variedad de platos típicos de Gyeonju, como el bulgogi y el bibimbap. Las porciones son generosas y los precios son asequibles. El restaurante también ofrece un excelente servicio al cliente.
  • Gyeonju Korean BBQ: Este restaurante es muy popular entre los turistas, ya que sirven platos típicos como el «ssam». Esta es una comida a base de carne asada con vegetales. La comida es fresca y sabrosa, y el precio es razonable.
  • San Gyeonju: Este restaurante ofrece una variedad de platos coreanos, desde sushi hasta platos a la parrilla. Son muy sabrosos y los precios son asequibles. El restaurante está muy bien decorado y ofrece un ambiente agradable.
  • Gyeonju Kimchi: Este restaurante es famoso por sus platos de kimchi. Ofrecen una variedad de platos a base de kimchi, como el kimchi jjigae y el kimchi bokkeumbap. Los precios son razonables y la comida es muy sabrosa.
  • Gyeonju Noodle House: Esta casa de fideos ofrece una variedad de platos de fideos, como el jjajangmyeon y el kalguksu. Los platos son muy sabrosos y los precios son asequibles. El restaurante es muy acogedor y ofrece un ambiente cálido.

¿Dónde dormir en Gyeonju?

Hilton Gyeongju
Hilton Gyeongju.

Si estás planeando visitar Gyeonju, hay algunos lugares para alojarse que pueden satisfacer tu interés.

En primer lugar, el Hilton Gyeongju es una excelente opción para aquellos que quieran disfrutar de una experiencia de lujo. Se encuentra en el corazón de la ciudad. Ofrece unas vistas espectaculares y unas excelentes instalaciones. Esta es una opción cara, pero sin duda vale la pena. Es la que escogimos nosotros tras descartar el hanok.

Otra excelente opción es el Gyeongju Tourist Guesthouse, una pequeña y acogedora posada situada a poca distancia del centro. El albergue es muy limpio y ofrece instalaciones modernas para sus huéspedes. Además, ofrece una variedad de actividades divertidas y un ambiente relajado para disfrutar.

También hay muchos hoteles baratos. Estos hoteles ofrecen una experiencia más básica y son una excelente opción para aquellos que buscan economizar.

Finalmente, hay muchos alojamientos de Airbnb. Estas ofertas generalmente ofrecen una experiencia más personalizada y ofrecen una variedad de opciones para aquellos que buscan algo especial.

¿Te han gustado nuestras recomendaciones sobre sitios imprescindibles qué ver en Gyeonju? ¿Nos recomiendas alguno de tus planes que hacer en Gyeonju? Cuéntanoslo en los comentarios.

Tienes más información en nuestro artículo sobre qué ver en Corea del Sur o en el de cómo planificar un viaje a Corea del Sur.

La entrada Qué ver en Gyeongju, la antigua capital del Reino de Silla en Corea apareció primero en El Pachinko.

via Pau García Solbes https://ift.tt/NjHQ5K6

Viajes. La última batida de Tim Samaras, cazador de tornados

Pasan unos pocos minutos de las seis de la tarde del 31 de mayo de 2013. En el asiento del copiloto de un Chevrolet Cobalt de color blanco, el cazador de tormentas de 55 años mira atónito a la cámara de vídeo con la que el conductor del coche le está grabando. Un instante después se gira y vuelve a mirar por la ventana. Están en las afueras de El Reno, una localidad de Oklahoma, y los trigales relucen con un fulgor espectral, agitados por un viento despiadado. A menos de tres kilómetros y medio del vehículo, dos embudos nubosos gemelos descienden en espiral de una colosal nube negra. No es exactamente terror lo que percibimos en la voz grabada del hombre. Pero tampoco habla con la serena objetividad del científico.

«¡Dios mío! ¡Este va a ser enorme!», exclama.
Frunce el ceño y se frota la barbilla. Se llama Tim Samaras y ha pasado gran parte de su vida adulta en peligrosa convivencia con tornados. Son su obsesión, hasta el punto de que su mujer, Kathy, suele comentar irónicamente que su ma­­rido «tiene por amante a la Madre Naturaleza».

Esta primavera su aventura amorosa se había reanudado más tarde que de costumbre. «¿Dónde se han metido los tornados?», se quejó por Twitter. Pero entonces llegó el «mayo mágico» de los cazadores de tormentas, y con él, la cizalladura vertical del viento, producida cuando la masa de aire procedente del golfo de México eleva y enfría el aire que sopla hacia el este desde las Montañas Rocosas, una situación atmosférica que genera tormentas y que, de paso, hace saltar chispas en los foros virtuales de cazadores de tormentas de todo Estados Unidos. «¡Mal tiempo! ¡Una MARAVILLA de mal tiempo!»

La mañana del 18 de mayo Samaras se despidió de Kathy con un beso y comprobó que su hamburguesa de la suerte (una cheeseburger de McDonald’s, para entonces un poco mohosa) estuviera correctamente situada sobre el salpicadero de su Cobalt. Después, acompañado por otros dos miembros de su equipo (su hijo Paul, de 24 años, y Carl Young, meteorólogo de 45), partió de su casa de Bennett, Colorado, en dirección este, hacia las llanuras del Medio Oeste conocidas como el Corredor de los Tornados.

Durante los cuatro días siguientes Samaras y su equipo, llamado TWISTEX, recorrieron miles de kilómetros a través de Kansas, Oklahoma y Texas y encontraron por lo menos 11 tornados. Luego, tras una breve pausa de cuatro noches que pasó en casa, Samaras volvió a la carretera en una camioneta equipada con una gigantesca cámara de alta velocidad para estudiar los rayos en Kansas, aunque reconoció que pensaba llevar «un vehículo secundario para dar un rodeo» en caso de que surgiera algún tornado.

En el vídeo del 31 de mayo, Samaras está en el interior de ese vehículo secundario, el Cobalt. Es un cazador de tormentas listo para iniciar una nueva batida. Sin embargo, es obvio que esta vez es diferente, quizá porque el espectador sabe algo que Samaras ignora.
«Se dirige a Oklahoma City», murmura.

El tornado es hijo de varias tormentas formadas esa tarde a lo largo de un frente frío en el centro de Oklahoma. Se originó poco después de las seis de la tarde desde el extremo de la su­­percélula más meridional, donde el aire cálido y húmedo era predominante. Ahora es un monstruo denso y cargado de agua que gira en sentido antihorario en un ballet demencial a través de unas llanuras que parecen iluminadas por focos de un plató cinematográfico. Los árboles se agitan a su paso como poseídos por el demonio.

«Bueno, voy a parar», dice Young, que estaba filmando la tormenta mientras conducía.
El Cobalt se detiene. Samaras y Young se apean, igual que Paul, que está grabando la escena con otra cámara. Los tres se sitúan al borde del camino de grava y entrecierran los ojos para protegerlos de la lluvia. Mientras están ahí parados, un tercer embudo desciende del cielo.

«¡Tres vórtices!», exclama Young.

«Sí», dice Samaras. Cuando se gira hacia la cámara, parece fascinado por lo que está viendo.

«¡Guau! ¡Va a ser una cuña gigantesca!»

Young está de acuerdo. «Podría ser un tornado de los que duran. Puede que esté varios kilómetros en contacto con el suelo.»
Vuelven al coche un par de minutos después y, al ritmo del limpiaparabrisas, se dirigen en silencio hacia el este, con la siniestra silueta del tornado al sur. Los relámpagos iluminan un cielo lóbrego, y las líneas eléctricas se sacuden con furia. El tornado en forma de cuña crece y crece, ocultando cualquier atisbo de sol y dejando a oscuras a los tres hombres del vehículo.
«Es muy violento», dice uno de ellos.

Detengamos el vídeo. Hagamos una pausa y pensemos una cosa: estos hombres no eran dados a la violencia. No eran buscadores de emociones fuertes ni investigadores kamikazes dispuestos a inmolarse en nombre de la ciencia. En particular, el legendario cazador de tormentas, inventor y explorador de National Geographic Tim Samaras era famoso por practicar su vocación con extrema cautela. La misión que él mismo se había asignado diez años antes (colocar sondas meteorológicas en la trayectoria de los tornados) era muy arriesgada, pero tomaba todas las precauciones posibles para mitigar el peligro. Ensayaba sin cesar la colocación de las sondas y tomaba nota del tiempo empleado. Estudiaba los partes meteorológicos como si las vidas de sus compañeros de equipo dependieran de ello. Planeaba rutas de escape. Y no dudaba en suspender una cacería si el estado de las carreteras no era bueno o el tornado estaba envuelto en demasiada lluvia para discernir con claridad su trayectoria. «No sé cuántas veces desistimos de colocar los aparatos porque él decía que era demasiado peligroso –recuerda Tony Laubach, miembro del equipo TWISTEX–. A veces era casi un fastidio. Le decíamos: “¡Podemos hacerlo!”. Pero él era muy cauto.»

¿Cómo reconciliar entonces esa realidad am­­pliamente aceptada con los trágicos sucesos que sorprendieron a aquellos tres hombres el 31 de mayo? ¿Fue un error fatal del perfeccionista Sa­­maras? ¿O quizá la tormenta de El Reno era un monstruo que superaba cualquier cálculo?

No sería extraño si finalmente algunas de las preguntas quedan sin respuesta, ya que el misterio era, y es, el verdadero ingrediente de la caza de tormentas. ¿Cómo se produce un tornado? En los últimos 40 años, gracias al desarrollo del Doppler y otras formas avanzadas de radar, los investigadores han adquirido cada vez más destreza en el seguimiento de las llamadas supercélulas (tormentas en rotación). A posteriori pueden clasificar la capacidad destructora de un tornado utilizando la escala de Fujita o la más moderna escala de Fujita mejorada, ambas bautizadas con el nombre del meteorólogo Ted Fujita, quien comenzó su carrera midiendo el daño causado por las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Pero según Howard Bluestein, uno de los principales expertos, «sencillamente no sabemos con certeza cuál es la diferencia entre las supercélulas que producen tornados y las que no».

Ese enigma fundamental fascinaba tanto al científico como al niño que Tim Samaras llevaba dentro. Desde los primeros tiempos, cuando los cazatormentas utilizaban mapas desplegables y buscaban cabinas telefónicas para recibir los partes meteorológicos, perseguir tornados significaba para él impregnarse de una mística gloriosa, aunque destructiva. «A mí me atraía la belleza absoluta de la propia tormenta», dice David Hoadley, que empezó en esto en 1956 y por lo tanto está considerado el padre fundador del colectivo de cazadores de tormentas. En su opinión, la arquitectura misma de este fenómeno resulta fascinante: la coherencia de un sistema en formación, cuando el aire húmedo y cálido atraviesa una tapadera de aire más frío y crea una corriente ascendente y después un yunque enorme; las nubes de tipo mammatus que se congregan bajo el yunque; las cintas nubosas denominadas bandas de alimentación que se precipitan hacia la tormenta; el descenso de una «nube muro», que suele preludiar la formación de un tornado; y finalmente el «eco en gancho», giratorio y en forma de garra, compuesto generalmente por granizo, restos arrastrados por el viento o pequeñas gotas de lluvia, que con frecuencia anuncia la violenta llegada del tornado. Y todo eso se forma como si saliera de la nada, en cuestión de minutos.

La sensación de perseguir durante kilómetros un sistema atmosférico desde sus inicios soleados y aparentemente inocuos hasta el brusco descenso del tornado es una experiencia única, un eje en el que confluyen la vida y la muerte. «Es un subidón de adrenalina –confiesa el cazatormentas Erik Fox–. Puedes sentir el viento y la temperatura, oír el temporal y oler la humedad en el aire. Notas que el viento viene del sudeste a una velocidad de entre 40 y 65 kilómetros por hora en la superficie; pero un poco más arriba, la velocidad es de 100 kilómetros por hora, y más arriba aún, procedente del oeste, de más de 160 kilómetros por hora. Tienes esa cizalladura del viento y un punto de condensación de 21 ºC que indica mucha humedad. Todo eso lo puedes sentir, y sabes que será un gran día.»

Por las singularidades del clima y la topografía de Estados Unidos, cada año se forman allí más de mil tornados, muchos más que en cualquier otro lugar del mundo. Casi la mitad se registran en primavera, en los estados de las Grandes Llanuras. Centenares de fanáticos de las tormentas acuden al Corredor de los Tornados en vehículos equipados con radiotransmisores, ordenadores y cámaras. Albergan una esperanza inagotable, una aspiración nada modesta que no se conforma con que una de las supercélulas perseguidas produzca finalmente un tornado, lo que significa una probabilidad de 1 de cada 20.

Lo que anhelan es poder ver una bestia incomparable que se sume a la sagrada letanía de Los Más Grandes, cuyas fechas recitan con devoción los cazatornados como si fueran las fechas de nacimiento de sus hijos: 24 de mayo de 1973, el día del monstruoso tornado de Union City, Oklahoma, el primero que fue ampliamente medido; 26 de abril de 1991, fecha del llamado Brote de Tornados de las Llanuras, que produjo 55 vórtices y un número casi idéntico de documentales; y el 3 de mayo de 1999, día de la feroz tormenta de Bridge Creek-Moore, en Oklahoma, de la que el meteorólogo Joshua Wurman, creador del radar Doppler móvil (DOW), diría: «Incluso gente experta en evaluación de daños quedó sumamente impresionada por la magnitud de los destrozos causados por ese tornado».

Los destrozos. Además de sus cielos impolutos, bucólicas llanuras y sutiles contrastes de color, el Corredor de los Tornados tiene por suerte otra característica: está muy poco poblado. Aun así, hay una realidad innegable: el cazatormentas que anhela ver un tornado de dimensiones épicas ansía sin querer un episodio de devastación, con pérdidas de cosechas y ganado, y destrucción de casas y establos. El infame tornado de Bridge Creek-Moore dejó 36 muertos. Y el 22 de mayo de 2011, el tornado de vórtices múltiples y categoría EF5 (la más alta en la escala de Fujita mejorada) que hizo una mortífera visita a la localidad de Joplin, Missouri, dejó a su paso 158 muertos y más de un millar de heridos.

El 24 de junio de 2003, la proximidad a toda esa violencia destructora supuso la fama para Tim Samaras. Financiado en parte por la primera de las 17 becas de National Geographic que recibiría a lo largo de su carrera de cazatormentas, Samaras colocó en la trayectoria de un tornado F4 (de categoría 4 en la escala de Fujita) una sonda cónica roja de 20 kilos de peso, en las afueras de Manchester, en Dakota del Sur. La sonda de Samaras registró un descenso barométrico de 100 hectopascales, la caída más abrupta de la presión atmosférica medida hasta ese momento. Mientras tanto, la pequeña localidad de Manchester fue «literalmente absorbida hacia las nubes», como dijo Samaras.

Desde su infancia en Lakewood, Colorado, Tim tenía dos intereses que con el tiempo confluirían: el funcionamiento de las cosas y la me­­teorología. Su padre vendía trenes y aviones en miniatura a las tiendas de modelismo, y los fines de semana trabajaba de fotógrafo de bodas. El niño sostenía los focos mientras su padre hacía las fotos, y lo veía fabricar los modelos de aviones en el sótano de su casa. Cuando Samaras padre descubrió que a su hijo le encantaba trastear con todo tipo de aparatos, publicó un anuncio para comprar televisores usados y se los dio a Tim. Al poco tiempo, el pequeño los había desmontado, reparado y montado de nuevo.

A los 13 o 14 años se convirtió en un radioaficionado; a los 16, en técnico reparador de radios, y a los 17, en encargado de un taller de reparaciones. No se molestó en solicitar el ingreso a una universidad. En lugar de eso, en 1977, nada más terminar los estudios secundarios, se presentó sin currículum ni referencias en el despacho de Larry Brown, del Instituto de Investigación de la Universidad de Denver. Brown vio algo en ese adolescente y lo contrató. «A las pocas semanas –recuerda–, era evidente que podía reparar cosas que habrían sido imposibles para la mayoría de mis técnicos más experimentados.»

La primera vez que persiguió una gran tormenta fue en Limon, Colorado, en 1990. Poco después siguió un curso de localización de tormentas ofrecido por el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos en el área de Denver. Samaras había heredado el amor de su padre por la fotografía, por lo que se puso a captar infinidad de imágenes de tornados, que suministraba sin cargo a Mike Nelson, el hombre del tiempo de la televisión de Denver. Los dos se hicieron muy amigos.

Samaras adoraba las maratonianas persecuciones por el Corredor de los Tornados, seguidas de noches enteras en la carretera conduciendo de regreso a casa bajo una lluvia torrencial. Durante una de esas cacerías, olvidó una hamburguesa con queso sobre el salpicadero del coche. Consideró que le había dado suerte, y a partir de entonces llevó siempre una cheeseburger de McDonald’s sobre el salpicadero. Las paredes de su casa estaban tapizadas de fotografías enmarcadas de supercélulas, y cada nuevo vehículo estaba equipado con más radios, antenas y cámaras que el anterior.

El aficionado a reparar todo tipo de aparatos se puso a fabricar sondas en el sótano de casa. Eran modelos que ya existían, pero que él mejoró de forma considerable al desarrollar un dispositivo más resistente y aerodinámico que no se rompía en pedazos al recibir el embate destructor de un tornado. Tras la histórica colocación de la sonda en Manchester, la genialidad de Samaras quedó debidamente reflejada en los anales de la meteorología, lo que lo convirtió en el primero entre sus colegas cazatormentas.

Su trabajo de ingeniero en Hyperion Technology Group le permitía tomarse semanas e incluso meses libres. Otras organizaciones científicas le hacían ofertas de trabajo que rechazaba por sistema. Para él, la independencia para investigar las tormentas, construir sondas y perseguir tornados valía mucho más que el dinero.

Pero hubo una propuesta que atrajo su interés. Fue en 2009, cuando Discovery Channel le ofreció una importante suma de dinero por ser uno de los protagonistas en la serie Cazadores de tormentas. El programa pasó a ser la principal fuente de financiación del equipo TWISTEX, y de paso convirtió al ingeniero con aires de Clark Kent en estrella televisiva. La experiencia tuvo aspectos positivos y negativos. Después de todo, Cazadores de tormentas no era ciencia, sino un programa de televisión.

Los productores de la serie parecían querer exagerarlo todo en aras de la espectacularidad, y Samaras llegó a preguntarse si había sido juicioso aceptar el trato. En cierto modo fue un alivio para él que en enero de 2012 la caída de la audiencia determinara el cierre del programa, y así lo expresó a sus amigos.

Una de sus preocupaciones era que el creciente número de cazadores de tormentas obstruyera las vías de escape. Así lo recuerda Geoff Carter, de Hyperion Technology Group: «En más de una ocasión comentó que alguien se iba a matar persiguiendo tornados, ya fuera un cazador, un aficionado o un grupo de turistas.

»Jamás habría podido imaginar que ese al­­guien fuera a ser Tim. Él estaba en el otro extremo del espectro.»

La primavera de 2013 supuso para Samaras una liberación y la posibilidad de «salir a cazar sin cámaras en la cara», como él mismo dijo en Twitter. Lo malo era que TWISTEX tenía que arreglárselas sin el dinero de Discovery.

Solicitó a National Geographic una ayuda de 80.000 dólares para financiar sus investigaciones sobre tormentas en Estados Unidos, y también sobre «supertifones» en el extranjero. National Geographic le concedió la mitad de la suma, el importe presupuestado para las operaciones en Estados Unidos, y dejó para más adelante la consideración del proyecto sobre tifones.

Ante las limitaciones presupuestarias, Samaras decidió dedicar la última quincena de mayo a dos proyectos diferentes. El núcleo principal de su actividad sería la investigación de los rayos, financiada por el Pentágono y llevada a cabo en un parque eólico de Kansas, entre otros sitios. Para desarrollarla, utilizaría una antigua camio­ne­ta de mudanzas reconvertida, equipada con una colosal cámara de alta velocidad a la que él había puesto el nombre de Kahuna, que podía captar hasta 1,4 millones de fotogramas por segundo. La caza de tormentas sería algo secundario, con un equipo humano reducido, menos recursos económicos y un solo coche que no consumiera tanta gasolina como la pesada camioneta Ram. Eso significaba utilizar uno de los vehículos de la pequeña flota de Chevrolet Cobalt (coches económicos y de consumo eficiente) que Samaras había adquirido para el equipo TWISTEX en 2009. Su propósito inicial había sido utilizar la camioneta como único vehículo de la caravana de TWISTEX que colocara las sondas en las proximidades de las supercélulas. Los Cobalt solo se usarían para adquirir datos meteorológicos desde una distancia segura. Pero cuando el equipo acabó sus cacerías de mediados de mayo, ya habían agotado la mitad de los fondos, por lo que decidieron renunciar a la camioneta y utilizar el Cobalt, que les ofrecía más kilómetros por depósito de combustible.

El 26 de mayo, Samaras publicó en Twitter: «Nos vamos a Kansas a perseguir rayos… y algún tornado». Lo acompañaban en el viaje otros dos miembros del equipo TWISTEX, y ambos se alegraban de formar parte del grupo. A Carl Young lo había conocido en 2002 en una convención de cazatormentas. Aunque Samaras tenía diez años de experiencia más que él en la persecución de tormentas, la brillantez como meteorólogo de Young era un gran apoyo para predecir los fenómenos atmosféricos de la jornada. El otro pasajero del Cobalt, Paul Samaras, había nacido el mismo día que su padre, pero 31 años después. Cuando las dos hijas de Samaras, Amy y Jennifer, eran pequeñas, las había llevado a cazar tormentas. Amy se asustó mucho cuando una piedra de granizo del tamaño de un puño resquebrajó el parabrisas y ya no quiso volver. Pero el pequeño Paul se entusiasmó desde el principio. Había heredado la pasión de su padre por la fotografía y pronto los miembros de TWISTEX se dieron cuenta de que el joven Samaras tenía un gran talento creativo.

Al final de la tarde del jueves 30 de mayo, los colegas y cofundadores de TWISTEX Bruce Lee y Cathy Finley habían finalizado un largo día de perseguir tormentas y conducían por la autopista 105, unos kilómetros al este de Guthrie, Oklahoma, cuando vieron un Cobalt blanco aparcado en el arcén. Junto al coche distinguieron tres figuras familiares que observaban una nueva tormenta que se estaba formando al norte, cerca de la carretera interestatal 35.

«¡Habéis ahuyentado la tormenta!», se quejó uno de ellos cuando los dos investigadores se unieron a sus colegas. Lee y Finley reconocieron que, en efecto, la tormenta parecía estar disipándose. El equipo de Samaras había encadenado una serie de decepciones. Primero se habían per­­dido un tornado EF4 el día 19 (según Samaras, por llegar «20 minutos tarde»), y al día si­guiente malinterpretaron los datos meteorológicos y per­­siguieron un frente tormentoso hasta Duncan, Oklahoma, con lo que se perdieron el tornado que arrasó gran parte de la localidad de Moore. Lanny Dean, un colega cazatormentas que estuvo en Moore, había llamado a Samaras para contárselo. «¡Maldición, me lo he perdido!» En más de dos decenios, Samaras había presenciado solo dos tornados F4, y nunca había visto un EF5 como el de Moore.

Ese día, el 30 de mayo, cuando anochecía sobre la autopista en Oklahoma, ya era evidente que el día siguiente traería consigo la clase de tiempo que solo a un cazador de tormentas le puede gustar. Los pronósticos anunciaban calor y humedad, lo que suponía una tremenda acumulación de energía en la atmósfera y suficiente cizalladura del viento para hacer que una tormenta empezara a girar. Todo hacía pensar que en algún lugar del estado, la Madre Naturaleza se disponía a ofrecer un glorioso espectáculo de terror.

Lee y Finley dijeron a los demás que no pensaban quedarse. Ya había demasiados cazatormentas en los alrededores, cientos de ellos. Tim no les reveló los planes de su equipo. La camioneta de estudio de los rayos estaba aparcada en Alva, Oklahoma, dos horas al norte de donde se encontraban en ese momento. TWISTEX aún tenía por delante otras dos noches de investigación sobre rayos. Mientras tanto, Samaras había estado hablando con Lanny Dean acerca de la posible colocación de los dispositivos que habían estado preparando, unos aparatos que miden las ondas sonoras de baja frecuencia de los tornados. Pero Dean trabajaba además de guía turístico de tornados, y el 31 de mayo estaba ocupado. Así pues, si los dos cazatormentas querían desplegar ese día sus dispositivos experimentales, la responsabilidad de hacerlo tendría que recaer sobre Samaras y su equipo.

«Se están formando tormentas al sur de Watonga. Día peligroso para Oklahoma. ¡No perdáis de vista los partes!»

–Último tweet de Samaras, 31 de mayo de 2013

Desde el principio hasta el final, la tormenta fue a la vez magistral y feroz. Durante todo el día se habían dado las condiciones para la formación de una supercélula. A las 13.30, con un cielo plomizo, los meteorólogos de Oklahoma City ya anunciaban fuertes granizadas en la re­­gión situada unos 30 kilómetros al oeste del área metropolitana y que uno o más tornados podían amenazar la ciudad. Al norte de El Reno, un yunque oscuro se materializó sobre la localidad de Kingfisher. Al oeste, un fuerte aguacero descargó sobre Greenfield, y más al oeste aún, una tor­menta independiente se abatió sobre Weath­­erford. Todas las señales preconizaban que la tormenta se estaba organizando como una supercélula que se desplazaría hacia el este, en dirección a El Reno.

Hacia las cinco de la tarde el número de tormentas se había reducido a tres, un frente que avanzaba a 40 kilómetros por hora y cuya sección central se dirigía hacia El Reno. A las 17.30 se formó una vasta nube muro bajo la corriente ascendente de una supercélula y se mantuvo girando a baja altura, unos nueve kilómetros y medio al oeste de la ciudad. Al norte se formaron otras nubes en forma de murallones, ocultas intermitentemente por densas cortinas de lluvia. Al oeste de Kingfisher descendió el primer tornado, con múltiples vórtices.

Algo más estaba sucediendo al sudoeste de El Reno. Pero durante varios minutos –una eternidad– una impenetrable cortina de lluvia ocultó la forma que estaba asumiendo la tormenta. Después, más o menos a las seis menos cinco, se levantó ligeramente el muro de lluvia y apareció una estructura informe que colgaba como una cuerda deshilachada sobre los campos iluminados por una luz fantasmagórica.

Justo antes de las 18.04, una cuña negra como el azabache golpeó el pavimento de la carretera Reuter y los trigales a ambos lados de la misma, cinco kilómetros al sur de la interestatal 40. De la cuña salieron múltiples vórtices. Mientras el tornado se formaba hacia el sur, iba atrayendo más aire húmedo. Entonces reveló sus mortíferas intenciones, arrasándolo todo a su paso. Las construcciones de ladrillo quedaron pulverizadas. Un establo de vacas lecheras desapareció por completo. Cerca de la intersección de la calle 15 y la carretera South Airport, un agente de la policía local salió de la oficina un momento y vio que la tormenta se acercaba. Cuando se le taponaron los oídos por el repentino descenso de la presión, se apresuró a conducir a su familia al sótano de un vecino, donde permanecieron varios minutos oyendo el estruendo del viento mientras destrozaba su casa.
El apetito del monstruo era voraz y al mismo tiempo caprichoso. En los aproximadamente 40 minutos que le quedaban de vida esparció pacas de heno por un trigal, desmontó maquinaria y dispersó sus piezas en varios kilómetros a la redonda, arrojó un camión a una laguna y seccionó toda la planta superior de una vivienda. Y durante su breve paso por el mundo, el tornado atravesó la autopista, entró en el mercado de ganado OKC West y, según cuentan, levantó por el aire siete reses y un remolque de nueve metros de largo y los depositó en un prado, un kilómetro al sur de la interestatal 40. El remolque quedó destrozado. Las vacas sobrevivieron prácticamente sin un rasguño.

Pero 25 minutos antes de esa insólita hazaña, la tormenta había descargado sobre la localidad de El Reno unas piedras de granizo del tamaño de pelotas de béisbol, mientras el tornado se dirigía hacia el sudeste en dirección al aeropuerto regional. Un poco más al norte, tres pares de ojos contemplaban desde un pequeño vehículo blanco el progreso del tornado, que había cruzado la carretera South Chiles y se desplazaba hacia el este a más de 32 kilómetros por hora de velocidad. Eran las 18.12 horas.

Volvemos a poner en marcha el vídeo.

«El aeropuerto se ha salvado por los pelos», comenta el conductor, Carl Young.

Tim Samaras contesta su teléfono. Parece que habla con un periodista. «Sí, sí, tenemos el tornado a unos 450 metros de distancia… Realmente no puedo hablar mucho ahora –dice–. Está al sur de El Reno… Va a mantenerse mucho tiempo en tierra y se dirige a Oklahoma City.»

Samaras cuelga. El tornado ha absorbido tanta humedad que está envuelto en lluvia. «Está bien cubierto de lluvia –dice Young, mientras fuerza la vista para distinguir algo a través del diluvio que cae sobre el parabrisas–. Ni siquiera se ve bien lo que está haciendo ahora mismo.»
«Bueno, ahí hay una señal de stop –dice Samaras levantando la voz al ver que ante ellos aparece la autopista 81–. Si hay alguna posibilidad de plantar los aparatos, tenemos que ir al este, seguir hacia el sur y desplegar nuestros instrumentos cuando el tornado tuerza al oeste. Es nuestra única posibilidad.»

Mientras reducen la velocidad al acercarse a la intersección, la cuña negra ocupa todo su campo visual al sur. «¡Uf! –murmura Young–. ¡Menuda bestia!»

Pero nadie en el coche puede saber cuán grande es realmente el monstruo que hay debajo de la oscura nube. No ven que el tornado está arrancando postes telefónicos, ni que ha golpeado con uno de ellos una camioneta ocupada por dos cazatormentas aficionados –ha levantado el vehículo y a sus pasajeros por el aire y les ha arrancado las botas antes de dejarlos sin vida en el suelo, 275 metros más allá–. Tampoco ven que el tornado rompe las lunas de un vehículo con la fuerza del granizo, le arranca el motor y lo arrastra durante 15 o 20 segundos. Solo distinguen una negra masa borrosa indicadora de la violencia de la bestia.

La autopista 81 está despejada. De hecho, está cerrada al tráfico en dirección sur. En dirección norte está la vía de escape más inmediata. Casi todos los demás cazadores de tormentas han huido de los alrededores de El Reno. Samaras y su equipo podrían huir también. Ya lo han hecho muchas veces en el pasado. Pero hay otros factores que considerar. La carretera está practicable. El tornado es de proporciones épicas. Y ellos están cerca de su trayectoria. Está decidido: el equipo TWISTEX colocará sus sondas.

«Muy bien», dice Samaras en tono aprobador, mientras Young cruza con el Cobalt la autopista y continúa por el camino de grava.

«Esa cosa se está moviendo a 50 o 60 kilómetros por hora hacia el este», murmura Samaras. Es evidente que está desconcertado. Al sur, el cielo es un turbulento caldero gris. La cuña y la lluvia ocultan el tornado. «Ah, ahora lo veo», anuncia. Y después, con fastidio, añade: «No, quizá no. Lo siento. Era solo la lluvia».

Lo que ve, cuando finalmente lo ve, es algo que Tim Samaras no había visto ni volvería a ver nunca. Es el espectáculo que ha hecho huir a los cazatormentas experimentados. De pronto, el tornado tuerce bruscamente hacia la izquierda. Por lo general, es la señal de que el vórtice se está disipando, pero en este caso crece aún más.

En un minuto se hincha de manera grotesca y multiplica por dos o por tres su diámetro inicial de un kilómetro y medio hasta superar a cualquier otro registrado hasta ahora. Alrededor del tornado original –que de pronto ha empezado a moverse a una velocidad de entre 65 y 80 kilómetros por hora, con una velocidad interna del viento cuatro veces superior– se forman cuatro o cinco vórtices secundarios con vientos que rozan los 485 kilómetros por hora. La tormenta hace un viraje brusco y, sin perder fuerza, sube hacia el norte por la carretera Alfadale, arrasándolo todo a su paso, en dirección a la carretera Reuter, donde tocó tierra por primera vez.

Mientras el Cobalt se acerca a la intersección de Reuter y Alfadale, Tim Samaras mira hacia el sur por la ventana del copiloto. Cuando ve lo que ve, su voz suena a la vez calmada y apremiante. «De hecho… hum…, continúa –dice–. Este lugar es muy malo.»

El vídeo se interrumpe a las 18.20, tres minutos antes de que la tormenta y sus cazadores se encuentren.

Menos de una hora después, a las 19.06 de ese viernes, un sargento de la oficina del sheriff pasó por la carretera Reuter y divisó un vehículo aplastado en un campo de colza. Pero como seguía lloviendo y granizando, el campo estaba demasiado enfangado para que pudiera atravesarlo. Regresó mas tarde, esa noche, y se acercó al coche por el lado del conductor. En el asiento no había nadie, pero enseguida vio al copiloto. Por la radio de su coche, pidió ayuda para sacar un cadáver de un vehículo destrozado.

El teniente que se dirigía al lugar del accidente descubrió casualmente un cuerpo en una acequia, tumbado boca abajo a casi medio kilómetro al oeste del vehículo. En uno de sus bolsillos encontró una cartera con documentación a nombre de Carl Young, de South Lake Tahoe, California. El número de identificación del vehículo blanco permitió determinar que pertenecía a Tim Samaras, nombre que figuraba en el permiso de conducir hallado en el bolsillo del hombre sentado en el asiento del copiloto.

Un kilómetro y medio al sur del coche blanco siniestrado, unos bomberos habían hallado otro vehículo aplastado y, a escasa distancia, flotando en un riachuelo, el cuerpo de un cazatormentas aficionado de 35 años, de nombre Richard Henderson, empleado en una compañía petrolífera. Otros dos hombres fueron encontrados muertos en sendos vehículos un kilómetro y medio al oeste del lugar donde Henderson perdió la vida. En la carretera interestatal 40, el tornado también había arrancado a una madre y a su hijo pequeño del coche donde viajaban y los había depositado sin vida en un campo sembrado de restos de la destrucción. En total, la tormenta se cobró 22 vidas, incluida una familia de seis guatemaltecos que se habían refugiado en un canal de desagüe y fueron arrastrados por la corriente.

Al alba, el agotado teniente decidió echar un último vistazo por la carretera Reuter. Con la primera claridad del día, descubrió otro cuerpo, también boca abajo en la acequia, a cinco metros de donde había hallado el otro cadáver. Llamó a la oficina del forense y esperó a que llegara.

Kathy Samaras y su hija Amy viajaron en avión a Oklahoma City tres días después del tornado. Querían visitar el lugar del accidente. Les sorprendió que el director del tanatorio de Oklahoma City se negara a cobrarles. «Murió cuando estaba investigando, para tratar de salvar vidas en nuestra comunidad», les dijo con firmeza, y no quiso hablar más del asunto.

Pero no todo está tan claro. Pese a los otros tres vídeos que han aparecido desde la tragedia (uno grabado por un cazatormentas cuyo coche se encontraba a medio kilómetro del Cobalt cuando este desapareció de la vista, otro grabado por otro cazatormentas en el que puede verse a lo lejos un vehículo pequeño que cae del cielo, y un tercero recuperado de la cámara de Paul Samaras), nadie sabrá nunca lo que sucedió a las 18.23 horas del 31 de mayo de 2013. ¿Pudo el equipo TWISTEX ver el tornado antes de que los alcanzara? ¿Estaban intentando plantar las sondas, huían del tornado o se habían detenido? ¿Levantó el coche uno de los violentos vórtices? Para el resto de la comunidad de cazatormentas, hay una pregunta mucho más inquietante: si le ha pasado a Tim Samaras, ¿no podría pasarles también a ellos? Todos conocen la respuesta. Pero ni uno solo ha abandonado la persecución. Tampoco lo habría hecho Tim Samaras. 



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lunes, 27 de marzo de 2023

Pachinko. Botswana en 20 preguntas/respuestas

¿Alguna vez has pensado en visitar el Delta del Okavango en Botswana? Si la respuesta es sí, ¡este es tu artículo! Descubre de primera mano todo lo que hay que saber sobre este lugar que visitaremos en breve con Mopane Game Safaris y para el que hemos investigado a conciencia.

Botsuana se trata de un país africano que se caracteriza por su belleza natural y una vida salvaje sin parangón.

En este artículo te presentamos 20 preguntas y respuestas sobre Botswana con todo lo que necesitas saber para preparar tu viaje. Desde información básica sobre el país hasta planes para disfrutar de sus paisajes y vida silvestre. ¡Empieza a descubrir ahora mismo todos los secretos de esta maravilla al sur del continente africano!

¿Por qué deberías viajar Botswana?

Todo lo que necesitas saber para viajar a Botswana
Elefantes en el Parque Nacional de Moremi.

Botswana es uno de los destinos de vacaciones más populares en el sur de África. Ofrece numerosas oportunidades para explorar la naturaleza y experimentar la cultura local. Este área se ha vuelto cada vez más popular entre turistas de todo el mundo por sus increíbles paisajes y la abundancia de vida silvestre.

Aquí hay algunas razones por las que deberías visitar Botswana:

  • La vida salvaje. Botsuana es famosa por su rica y variada vida silvestre, con más de 400 especies de aves y grandes rebaños de mamíferos. Hay una gran cantidad de parques nacionales y reservas naturales que ofrecen la oportunidad de ver animales, como elefantes, leones, jirafas y antílopes.
  • Aventura y descubrimiento. Se trata del destino ideal para amantes de la aventura que quieran descubrir la región. Hay una gran variedad de actividades para disfrutar. Desde safaris por la sabana hasta recorridos en canoa por ríos. También hay muchos pueblos y aldeas tradicionales donde se puede ver cómo viven los locales.
  • Relax. Este es el lugar perfecto para relajarse y desconectar. Hay una gran variedad de hoteles, resorts y spas donde se puede disfrutar de la tranquilidad y tranquilidad de la región. Además, hay muchas actividades para disfrutar, como senderismo, golf y pesca.

¿Qué lugares de Botswana no te debes perder?

León en Botswana
León en Botswana – Imagen cedida por Chavetas.

Botswana es uno de los países más subestimados de África. Está lleno de belleza natural, cultura y diversión. Estos son algunos lugares que no te debes perder si decides visitar este lugar único.

  • Chobe National Park. El parque nacional de Chobe es uno de los puntos turísticos más populares de Botswana. Te deleitarás con sus vistas panorámicas y sus diversos animales, un placer para los ojos.
  • Delta del Okavango. El delta del Okavango es uno de los mayores del mundo. Está lleno de paisajes impresionantes, flora y fauna, lo que lo hace un lugar maravilloso para explorar.
  • Kalahari Desert. Uno de los mayores desiertos de la región. Está lleno de extraordinarias vistas y su paisaje desértico es una gran aventura.
  • Moremi Game Reserve. Esta reserva de vida silvestre es una de las mejores para la observación de animales. El parque está lleno de especies increíbles como elefantes, leones, antílopes y mucho más.
  • Valle del Makgadikgadi. Este es el lugar más grande del desierto de Kalahari, y es uno de los mejores lugares para practicar deportes extremos. Los deportes acuáticos como el rafting y el kayak son algunas de las actividades que puedes disfrutar aquí.

¿Quieres conocer la fauna de Botswana?

Leopardo en Botswana
Leopardo en Botswana – Imagen cedida por Chavetas.

Botswana tiene una enorme diversidad de animales. Muchas de estas especies son nativas de este territorio, estableciendo su hábitat en diferentes zonas. Estas son algunas de las especies que habitan aquí:

  • León, uno de los más grandes depredadores. Habita en las sabanas, pastizales y bosques.
  • Hipopótamo, un mamífero acuático que se encuentra en los ríos, lagos y cauces.
  • Elefante de Sabana, el más grande de los mamíferos terrestres se encuentra en los pastizales y bosques.
  • Girafa, uno de los animales más altos del mundo, habita en la sabana y los bosques.
  • Rinoceronte, otro de los mamíferos más grandes. También vive en la sabana y los bosques.

Todos estos son de gran importancia para el ecosistema de Botswana, ya que mantienen el equilibrio entre las especies alimentándose de otros animales.

Por eso, es importante que se protejan para evitar la extinción de estas especies. Así mismo, se han creado parques nacionales para respetar el hábitat de estos animales nativos y preservar su especie.

¿Es Botswana un país seguro?

El Delta del Okavango en Botswana
El Delta del Okavango en Botswana – Imagen cedida por Chavetas.

Este es un destino ideal para aquellos que buscan aventura, naturaleza y cultura. El país es famoso por sus safaris y sus parques nacionales.

Por su ubicación geográfica, Botswana es un lugar bastante seguro para viajar. Además, su gobierno es uno de los más estables de África. Esto significa que los viajeros pueden disfrutar de su viaje sin preocuparse por temas de seguridad.

El crimen  y el nivel de violencia es relativamente bajo. Por supuesto, los visitantes deben tomar precauciones normales, como evitar los lugares poco iluminados y solitarios, especialmente durante las horas de la noche. Si los visitantes tienen alguna preocupación, deben buscar asesoramiento de las autoridades locales.

Es aconsejable seguir las reglas locales y respetar la cultura de los lugareños. Si tienes la oportunidad de viajar a Botswana, te encontrarás con gente amable y hospitalaria que hará de tu viaje una experiencia única.

¿Cuál es la mejor época para visitar Botswana?

Si quieres disfrutar al máximo de tu viaje, es importante que elijas con cuidado la época del año que deseas visitar. La mejor época para visitar Botswana depende en gran medida del tipo de experiencia que busques.

Si tu objetivo es ver la fauna de la región, la mejor época es entre los meses de junio y octubre. Durante estos meses, las lluvias son escasas y se concentran los animales en los ríos. Esto te permitirá tener mejores oportunidades de ver animales en su hábitat natural.

Si quieres apreciar la belleza natural de este país, entonces la mejor época para visitar es entre los meses de noviembre y marzo. Durante estos meses hay una mayor cantidad de lluvias y el paisaje se vuelve más verde y vibrante.

Aunque es un destino seguro todo el año, es recomendable evitar los meses de diciembre y enero, ya que es cuando la mayoría de los turistas visitan el país.

¿Qué documentación necesito para ir a Botswana?

Isla Xhobega en Botswana
Isla Xhobega en Botswana, imagen cedida por Chavetas.

Para visitar este país africano, hay ciertos requisitos de documentación que todos los viajeros deben cumplir antes de entrar al país. El Visado no es necesario para una estancia de hasta 90 días, aunque sí que es necesaria la siguiente documentación.

  • Tener un pasaporte con validez mínima de 6 meses y al menos una hoja en blanco
  • Demostrar fondos suficientes para el viaje
  • Tener la reserva de vuelos de regreso o continuación de viaje
  • Tener documentación que acredite el propósito del viaje
  • Tener toda la documentación requerida para el siguiente país de destino
  • Confirmar con la aerolínea que el embarque será permitido puesto que estas condiciones pueden variar

Además de los documentos anteriores, algunos viajeros también pueden necesitar una carta de invitación de una persona residente en Botswana. Debe incluir los motivos de la visita y una descripción detallada de la estancia. Dicha carta debe ser firmada por el anfitrión y presentada en la oficina de inmigración del país.

También se recomienda llevar una copia de todos los documentos importantes para evitar cualquier inconveniente y acelerar los trámites de inmigración.

¿Qué vacunas necesito para ir a Botswana?

Las vacunas son uno de los principales elementos a considerar. A continuación, te explicamos cuáles son las vacunas necesarias para visitar Botswana.

Sólo necesitas la vacuna contra la fiebre amarilla, si procedes un país en el que esta enfermedad sea endémica.

Se recomienda la vacuna contra el tétanos. Esta vacuna se recomienda siempre, especialmente aquellos que van a estar en contacto con la naturaleza. Esto incluye caminar por el desierto, caminar por la selva o incluso por la playa.

Otra vacuna importante es la vacuna contra la hepatitis A. Esta vacuna es especialmente importante para los viajeros que van a estar en contacto con el agua. Por último, la vacuna contra el cólera. Aunque la incidencia de cólera en Botswana es baja, es importante tomar las precauciones necesarias para evitar la enfermedad.

¿Debería contratar un seguro antes de viajar a Botswana?

Este es un destino turístico fascinante. No obstante, siempre recomendamos viajar con seguro de viaje para estar protegido en caso de enfermedades o siniestros. Para tu viaje a Botsuana te recomendamos contratar aquí el Seguro de viaje de IATI Seguros y sólo por ser lector de el Pachinko te aplican directamente un 5% de descuento.

Puede ser una gran ayuda si algo sale mal durante el viaje. Puede proporcionar cobertura para los gastos médicos en caso de enfermedad o lesión, así como para cualquier pérdida o daño a los bienes personales. También puede proporcionar asistencia en caso de problemas de transporte, como cancelaciones de vuelos y problemas de equipaje.

¿Cuesta mucho dinero viajar a Botswana?

Muchas personas que se preguntan si viajar a Botswana es caro. La respuesta depende de dónde quieras viajar, cuánto tiempo quieras estar ahí y cuánto dinero estés dispuesto a gastar. También depende en gran medida de los alojamientos y las actividades a las que quieras dedicarte.

Los alojamientos pueden ser muy caros, especialmente si eliges lodges de lujo. Los alojamientos más baratos también están disponibles, pero no siempre son cómodos.

Otro coste importante es el de las actividades. Puedes ver los paisajes hermosos de Botswana con un safari o disfrutar de la naturaleza con una caminata guiada. Estas actividades pueden ser caras, aunque hay muchas opciones para adaptarse a todos los presupuestos.

Por último, hay que tener en cuenta los costes de transporte. Viajar aquí puede ser barato si utilizas transportes públicos, como autobuses o trenes. Si quieres un poco más de comodidad, puedes optar por los vuelos, aunque estos suelen ser más caros.

Platos de Botswana que debes conocer

Si bien su comida no es tan conocida como la de otros países africanos, hay algunos platos que deben ser probados. A continuación te presentamos una lista de los platos típicos de Botswana:

  • Seswaa o Phaleche. Esta es una carne de vaca cocinada con ingredientes como cebolla, aceite, ajo y hierbas locales. Se cocina durante varias horas para lograr una carne suave y sabrosa. Se sirve con papas, arroz o verduras.
  • Mopane Worms. Se trata de gusanos que se cocinan con ingredientes como tomates, cebolla, ajo, pimienta y hierbas locales. Estos gusanos se encuentran en árboles de mopane, un árbol muy común en Botswana.
  • Cazabe. Esta es una comida muy popular y nutritiva. Se trata de un pan hecho a base de maíz y harina. Se sirve como un acompañamiento para carnes y verduras. Tiene un sabor ligeramente dulce y es muy fácil de preparar.
  • Sorghum Pap: Esta es una papilla hecha a base de harina de sorgo. Se sirve con carne, verduras y salsas. Es un plato saludable y nutritivo que se puede preparar con un tiempo mínimo.
  • Pap de Miel. Esta es una mezcla de papilla de maíz y miel. Se sirve como postre o acompañamiento para carnes y verduras. Es una comida nutritiva y deliciosa que se prepara fácilmente.

¿Qué ropa llevar a Botswana?

Botswana ofrece una variedad de climas y paisajes. Desde desiertos calurosos hasta sábanas refrescantes. Para disfrutar de un viaje cómodo, es importante llevar la ropa adecuada.

En la mayoría de los lugares, debes llevar ropa ligera para mantenerte fresco durante el día. Los pantalones cortos, camisas de algodón, camisetas y vestidos de verano son perfectos para los días cálidos.

Si viajas a la sabana, no olvides llevar un suéter o una chaqueta para los días más fríos. También puedes llevar un sombrero para protegerte del sol.

Por la noche, la temperatura suele bajar un poco. Para los días fríos, opta por una chaqueta ligera, un abrigo o una chaqueta de lana. Si el tiempo es demasiado frío, un abrigo de invierno también es una buena opción. Además, recuerda llevar un par de pantalones largos.

En cuanto a los zapatos, necesitas un calzado cómodo para caminar. Unas zapatillas o sandalias son ideales para recorrer la sabana, mientras que los zapatos con suela de goma son perfectos para los paseos por el desierto. Si vas a visitar algún lugar más remoto, es mejor llevar un par de botas de trekking.

¿Cómo moverse por Botswana?

Aunque hay más de una manera de moverse por el país, hay tres principales: autobús, avión y automóvil.

  • Autobús. El transporte público es la opción más barata para moverse por Botswana, además de ser bastante fiable. Cubren la mayoría de las rutas principales y muchas de las secundarias. Si bien no son muy cómodos, es una buena opción para aquellos que quieren ahorrar algo de dinero.
  • Avión. Si estás buscando una forma más rápida y cómoda de viajar, el avión es la mejor opción. La mayoría de los principales aeropuertos internacionales, como el de Gaborone, ofrecen vuelos a la mayoría de las principales ciudades del país. Además, hay aeropuertos en algunas de las ciudades más pequeñas.
  • Coche. Alquilar un coche en Botswana es una excelente opción para aquellos que quieren tener su propio vehículo para moverse por el país. Es fácil alquilar un coche en la mayoría de las principales ciudades y los precios son generalmente muy razonables. Esto es útil si viajas con niños o si planeas hacer una excursión por el país.

¿Cómo llegar a Botswana?

La mejor manera de llegar a Botswana es volar a través de alguna de sus principales ciudades: Gaborone, Francistown, Maun o Kasane.

Todos estos aeropuertos tienen servicios nacionales e internacionales. Existen varias aerolíneas que ofrecen vuelos a este país desde diferentes partes del mundo. Para aquellos que quieran viajar desde África, hay varias aerolíneas que ofrecen vuelos desde países como Sudáfrica, Zimbabwe, Mozambique, Namibia, Zambia y Angola.

¿Dónde hacer el cambio de moneda?

Viajar a Bostwana significa estar preparado para manejar varias divisas. Si estás en una ciudad grande, como Gaborone, será mejor que hagas el cambio de moneda en un banco o en una casa de cambio. Esto es muy común y seguro, ya que algunas veces los bancos ofrecen mejores tarifas.

No obstante, si estás en una zona rural, una forma más segura de cambiar tu moneda es utilizar los vendedores minoristas. Generalmente, ofrecen tarifas de cambio más altas que los bancos. Son más accesibles, ya que los encontrarás en cualquier lugar.

Además, para quienes quieran ahorrar dinero, siempre se recomienda cambiar la moneda antes de llegar al país. Esto es útil porque tendrás la tasa de cambio más alta, lo que significa que obtendrás más de tu moneda local. Esto también evitará que te encuentres con precios excesivamente altos en el destino.

¿Viajar a Botswana en solitario o con una agencia?

Campamento móvil de Mopane Game Safaris en Botswana
Campamento móvil de Mopane Game Safaris en Botswana – Imagen cedida por Chavetas.

Si quieres conocer este país africano, debes decidir si prefieres hacerlo por tu cuenta o contratar una agencia. Aquí te ofrecemos algunos consejos para que tomes una decisión informada.

Viajar solo a Botswana puede ser una forma interesante de descubrir el país. Esto te permitirá tener mayor libertad para explorar, tanto las ciudades como las áreas rurales, a tu propio ritmo.

Sin embargo, viajar con una agencia tiene sus propias ventajas. Estas ofrecen una variedad de servicios que incluyen desde transporte, alojamiento y guías turísticos. Además, pueden ofrecerte una experiencia más segura. Te proporcionarán información sobre los riesgos potenciales en el destino, como la fauna silvestre, el clima y la seguridad.

Nosotros viajaremos con Mopane Game Safaris que son expertos en este destino africano y ofrecen safaris y experiencias realmente espectaculares.

¿Qué productos típicos comprar en Botswana?

Si decides viajar aquí, no puedes dejar de llevar algunos de sus productos típicos de recuerdo. A continuación, compartimos algunos de los souvenirs típicos más populares de Botswana:

  • Máscaras teñidas a mano: Una máscara teñida a mano hecha por los artesanos locales es uno de los recuerdos más populares de este país. Estas máscaras se hacen con madera de teca y son decoradas con pinturas a mano. Son una excelente pieza de arte para colocar en una sala de estar.
  • Pequeños muebles tallados a mano: Los artesanos también son famosos por sus muebles tallados a mano. También se hacen con madera de teca y están decorados con hermosos diseños. Son una excelente adición a cualquier hogar.
  • Accesorios de cuero: Los artesanos también destacan por sus accesorios de cuero. Se hacen con cuero de vaca y suelen estar decorados.
  • Joyería tradicional: La joyería tradicional de Botswana está hecha con plata y piedras preciosas. Esta joyería es una excelente manera de llevar un poco de la cultura de aquí a cualquier parte del mundo. Esta joyería es una excelente inversión.

¿Qué debes saber sobre las costumbres de sus habitantes?

Sus habitantes son conocidos por su hospitalidad y respeto por la cultura de los demás. Las costumbres de Bostwana son una mezcla de tradiciones tribal y modernas.

Los matsé, un saludo tradicional, es una forma de expresar respeto y buena voluntad. Esta práctica se extiende tanto a los hombres como a las mujeres. Esta forma de saludo se acompaña generalmente de un abrazo y se usa para saludar a alguien en reuniones, fiestas o al llegar a una nueva casa.

Los habitantes de Botswana tienen una tradición de comer en la misma mesa. Esto se hace para crear vínculos entre las personas y compartir comida. Esta costumbre significa que todos comparten la misma comida y los alimentos se pasan alrededor de la mesa para todos los comensales. Esto también se hace para demostrar respeto y buena voluntad.

Las mujeres tienen un papel importante en la sociedad. Tienen una gran influencia en la vida política, en la educación y en la economía. Se espera que las mujeres sean respetadas en la sociedad y se les da mucho valor por su sabiduría.

Las fiestas son muy importantes. Son una forma de celebrar la cultura y los logros de la comunidad. Estas celebraciones se celebran con comida, música y danzas tradicionales. Las fiestas también incluyen el intercambio de regalos para mostrar aprecio por los demás.

¿Qué otros datos de interés de Botswana me pueden interesar?

Estos son algunos de los datos de interés sobre Botswana que quizás te interesen:

  • La capital: Gaborone es la capital y la ciudad más grande del país. Esta ciudad es el punto de partida ideal para descubrir el resto del país.
  • El idioma: El inglés es el idioma oficial de Botswana, pero el setswana y el sechuana son también hablados ampliamente en todo el país.
  • La moneda: El pula es la moneda oficial, aunque el dólar estadounidense también se acepta en la mayoría de los establecimientos.
  • Gastronomía: La gastronomía es una mezcla de platos tradicionales africanos y platos occidentales.
  • Clima: Botswana tiene un clima subtropical con veranos cálidos y secos y un invierno cálido y húmedo. Las temperaturas medias durante el año oscilan entre los 16°C y los 34°C.

Esperamos que estas 20 preguntas/respuestas sobre Botswana os hayan ayudado a preparar vuestro viaje, o al menos a que os pique el gusanillo. En breve publicaremos más contenido sobre este precioso país africano que visitaremos en pocas semanas.

La entrada Botswana en 20 preguntas/respuestas apareció primero en El Pachinko.

via Pau García Solbes https://ift.tt/OtjTc8K