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Este mes de agosto Lonely Planet Traveller te lleva a recorrer el estado de California.
En Lonely Planet Traveller iniciamos un viaje en carretera de San Francisco a Los Ángeles, recorriendo zonas que han servido de escenario a un sinfín de películas. Nos adentramos en Quebec, la parte francófona de Canadá, repleta de maravillas insospechadas y paisajes impresionantes. Nos detenemos en la peculiar obsesión del fotógrafo Martin Parr por retratar la vida playera, desde el Reino Unido hasta Benidorm. Viajamos al inhóspito archipiélago noruego de las islas Lofoten, donde se pesca el Skrei, el bacalao más valioso del mundo. Y, finalmente, te proponemos cinco exóticas aventuras para compartir con tus hijos.
Pensar en un paisaje perfecto, de ensueño, en el que querer quedarse, es imaginarse el Valle de Benasque. Ese paisaje lo encontrarás en Huesca (Aragón). Si te animas a visitarlo, podrás disfrutar del Parque Natural Posets-Maladeta, que alberga el mayor número de cumbres que superan los 3.000 metros como el Aneto y conocer el encantador municipio de Benasque. ¿Te gustaría estar ya allí?
El caballo, ese animal que provoca incondicionales pasiones y que puede acompañar a los viajeros. Desde la fiesta ecuestre de Il Palio, en Siena (Italia) hasta el Museo Viviente del Caballo, en Chantilly (Francia), pasando por las ferias ecuestres de La Camarga (Francia) y Jerez, famosísimos hipódromos como el de Ascot (Reino Unido) o carreras como la Melbourne Cup…
Puedes leer más en nuestra sección semanal de El Viajero - El País
FOTOGALERÍA 10 Destinos de caballo
Wilderness Wanders Wild Dune Drive A brilliant must do 4wd tour through the sand dunes of the Lincoln National Park in Port Lincoln South Australia. Check it out next time you are planning a holiday in South Australia.
¿Qué maravillosa música es esta? Apenas son las cinco de la mañana y ya está amaneciendo en los frondosos bosques de Borneo. Será el sonido del que tantas veces había oído hablar. La hermosa sinfonía natural que cada mañana, con las primeras luces del alba, dirigen con maestría los tenores de la selva: los gibones. Sus potentes aullidos, que pueden oírse a kilómetros de distancia, resuenan aún más lejos, amplificados por un eco que parece abrazar la selva entera. Una fiesta a la que poco a poco se van sumando otras criaturas. Me siento un privilegiado. Despertándome en el corazón de la jungla. Rodeado de tanta belleza.
La isla de Borneo, donde voy a pasar los próximos días, fue en su día lo más parecido al edén que existía en la Tierra. Un paraíso que hoy ha perdido gran parte de sus riquezas debido a la codicia humana. En la actualidad la selva cubre tan solo la mitad de la isla, miles de hectáreas han desaparecido en apenas unas décadas y las consecuencias han sido nefastas para los animales y plantas que vivían en ella. Sin embargo, aún quedan algunas áreas protegidas donde esforzados conservacionistas tratan de recuperar el terreno perdido.
Uno de estos oasis protegidos es el Parque Nacional Tanjung Puting, en el corazón de Kalimantan, la parte indonesia de Borneo. Este parque fue creado hace más de 30 años y designado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Sin embargo esto no fue suficiente para detener la tala ilegal ni la degradación del hogar de miles de especies, entre ellas el carismático orangután
En los bosques de Tanjung Puting crecen más de 2.000 especies de árboles y viven más de 200 especies de aves, siendo uno de los lugares con mayor biodiversidad del continente asiático. También abundan los cocodrilos, las serpientes y los lagartos. Sin embargo lo que ha hecho de este parque un destino irresistible para los amantes de la naturaleza son las nueve especies de primates que viven en él, entre ellas tres endémicas y, muy especialmente, la presencia de la mayor población de orangutanes del mundo.
Dentro del parque, formado en su mayor parte por una selva impenetrable, no hay carreteras. La única forma de desplazarse es a través del río, así que para acceder hasta los lugares donde se encuentran los orangutanes he contratado una de las embarcaciones que utiliza la población local, llamadas klotok. Aunque no parece muy confortable y a pesar de que tendré que dormir sobre una colchoneta en el suelo, la oportunidad de adentrarme en el corazón de la jungla y descubrir desde sus tranquilas aguas el fascinante mundo natural de Borneo, bien merece renunciar a algunas comodidades.
Mientras navegamos río arriba hacia nuestro primer destino, el centro de investigación de Camp Leakey, Ici, el guía naturalista que me acompaña junto al patrón del barco y un cocinero con muy buen humor, me explica la tarea que llevan a cabo en estos centros. Camp Leakey fue fundado en 1971 por la científica conservacionista Biruté Galdikas, quien desde hace más de 40 años está trabajando para evitar la desaparición de los orangutanes.
Ici también me explica que a pesar de estos esfuerzos, el número de orangutanes sigue descendiendo, debido a la deforestación y al comercio ilegal de mascotas. Los cazadores furtivos reciben grandes sumas de dinero por una cría de orangután, que luego venden como mascota en el mercado negro. Y lo peor es que para llevarse a la cría no dudan en matar a la madre y a cuantos orangutanes traten de impedirlo.
La doctora Galdikas dijo una vez que “mirar a los ojos de un orangután es como mirar a los ojos de Dios”. No me imagino cómo debe ser mirar a los ojos de Dios, pero confieso que algo se ha removido en mi interior cuando he mirado por primera vez a los ojos de un orangután. Ha sido en Camp Leakey y mi conclusión es que, o nosotros somos muy primates o ellos son muy humanos, porque no he sabido encontrar la diferencia. Ahora entiendo por qué los Dayak, habitantes de Borneo desde tiempos inmemoriales, les pusieron el nombre de ‘Orang Utan’, que en su lengua significa ‘Hombre de la Selva’.
Nuestra siguiente parada es en el centro de rehabilitación de Tanjung Harapan, cuya tarea es acoger a los pequeños orangutanes que se han quedado sin madre, en su mayor parte vendidos como mascotas y rescatados por las autoridades. En este centro les enseñan a desenvolverse por sí solos, a trepar a los árboles, a buscar alimento, a relacionarse con otros orangutanes y, con el tiempo, a regresar a la selva de la que nunca deberían haber salido. Aunque no todos lo consiguen y algunos se quedan toda su vida en estos centros, donde reciben cuidados y alimento, son muchos los que con el tiempo logran habituarse a la vida salvaje, lo que está haciendo que la población de orangutanes en Borneo se vaya recuperando lentamente
En el centro de rehabilitación aprendo que la relación entre una madre y su cría es muy estrecha y puede durar hasta siete años, lo que hace todavía más difícil que un bebé orangután aprenda a sobrevivir sin su madre. También me explican que cuando el joven orangután vuelva a la selva necesitará un mínimo de 5 km2 de bosque para desarrollarse, una extensión que hasta hace muy poco se destruía en Borneo en tan solo unas horas.
Pero afortunadamente el futuro de Borneo no parece tan desolador como hace tan solo unos años. El gobierno indonesio se dio cuenta por fin de que la situación era insostenible y en 2007 puso en marcha el proyecto ‘Corazón Verde’, con el fin de proteger 200.000 km2 de selva y detener la tala masiva. Gracias a esta iniciativa, que abarca no sólo a organizaciones conservacionistas, sino también a las escuelas y a la población local, en los últimos años se han replantado miles de hectáreas de selva. Incluso algunas empresas taladoras, que antes devastaban el bosque, están tomando conciencia y han empezado a utilizar prácticas de tala sostenible. Por ejemplo, por cada árbol que talan plantan tres semillas.
De regreso al barco, ya empieza a anochecer. Es la hora en que la magia vuelve a apoderarse de la selva. Si por la mañana los gibones son los protagonistas absolutos, ahora son los monos narigudos quienes asumen el papel principal. Algunos exhiben toda clase de acrobacias y saltan de árbol en árbol, mientras otros optan por gritar. Me explica Ici que estos gritos proceden de los machos, que marcan así su territorio al mismo tiempo que tratan de atraer a alguna hembra. También me cuenta entre risas que la población local los llama ‘holandeses’, recordando la prominente nariz de los antiguos colonizadores de la isla
Esta es mi última noche en la selva. Confieso que antes de venir no las tenía todas. Nunca he llevado bien el calor, la humedad y mucho menos los mosquitos. Sin embargo puedo decir que desde el primer día he disfrutado cada minuto de esta experiencia inolvidable. Como cada noche, el barco descansa bajo los mismos árboles donde duermen los macacos y los monos narigudos. Y mientras los observo por última vez, recuerdo todo lo que he visto y aprendido estos días. Me ha sorprendido la colosal tarea que llevan a cabo unos pocos para proteger a los orangutanes de una extinción segura, pero lo que más me ha llamado la atención es la capacidad del propio orangután para sobrevivir durante tantos años a la presión a la que lo hemos sometido. Sin nuestra ayuda tal vez no hubieran sobrevivido, pero no es menos cierto que sin su propia resistencia a desaparecer nuestro esfuerzo hubiera sido en vano.
CÓMO LLEGAR
Como ocurre en cualquier región remota, para llegar a Borneo son necesarias muchas horas y varios vuelos. Primero hay que volar hasta Yakarta, capital de Indonesia, con KLM, Singapore Airlines o Emirates. A continuación hay que tomar otro vuelo, con Garuda o Lionair, hasta Semarang, donde es necesario pasar una noche por falta de conexiones. Y finalmente hay que tomar otro vuelo, al día siguiente, hasta Pangkalan Bun, con Trigana Air. Recordad que las avionetas de esta compañía son pequeñas y no aceptan equipajes de más de 10 kg.
CÓMO MOVERSE
Al llegar a Pangkalan Bun, debéis tomar un taxi, unos 20 minutos, hasta el pequeño embarcadero de Kumai, desde donde salen las embarcaciones para acceder al parque nacional de Tanjung Puting. Dentro del parque no hay carreteras por lo que estas embarcaciones de madera, llamadas klotok, son la única forma de adentrarse en la selva.
Aunque es posible visitar el parque en un día, lo mejor es contratar un klotok por tres o cuatro días, lo que incluye el alojamiento (en sacos de dormir), las comidas y la tripulación (patrón, guía en inglés y cocinero). La experiencia de vivir durante unos días en el corazón de la selva es inolvidable.
Aunque también es posible hacerlo por libre, organizar una aventura como esta es complicado. Lo más recomendable es dejarse asesorar por un operador local que se encargará de organizarlo todo (billetes de avión, traslados, alojamiento, embarcación y comidas), mientras vosotros os dedicáis a disfrutar. Dos agencias con experiencia y especializadas en este tipo de expediciones son:
www.adventureindonesia.com/orangutan-welcome.htm
www.visitorangutan.com/visitorangutan.htm
QUÉ SABER
Formalidades de entrada: Para entrar en Indonesia es necesario el pasaporte en vigor y un visado que se obtiene a la llegada (25US$ en metálico).
Para acceder al parque nacional necesitaréis un permiso que se obtiene en la oficina de policía de Pangkalan Bun o a través de una agencia local.
Moneda: Rupia Indonesia (IDR). 1 euro equivale aproximadamente a 12 IDR
Idioma: La lengua oficial es el ‘Bahasa Indonesia’.
Cuándo ir: En Borneo el clima es tropical, con dos estaciones muy marcadas: la seca, de abril a septiembre, y la lluviosa, de octubre a marzo. La mejor época para ir es entre junio y septiembre, cuando llueve menos y las temperaturas son más agradables.
Vacunas: No es obligatoria ninguna vacuna aunque es mejor estar al día de tétanos, polio y hepatitis.
Precauciones: Viajar a la selva de Borneo es una aventura inolvidable que sin embargo puede convertirse en una pesadilla si olvidáis dónde os encontráis. Lo más importante es llevar, y usar, un buen repelente de mosquitos dos veces al día (al amanecer y al atardecer). En Borneo no hay riesgo de malaria pero sí de contraer otras enfermedades como el dengue, transmitidas por los mosquitos y que, si bien no son graves, son suficientes para arruinar vuestras vacaciones. También hay que protegerse bien del sol y no beber agua que no sea embotellada.
Seguridad: Aunque el riesgo de robos es bajo, vigilad los objetos de valor, especialmente en mercados y aeropuertos.
Qué llevar: saco de dormir, botas de trequing, ropa ligera, chubasquero, repelente para mosquitos (con DEET), gafas de sol, crema solar, gorra, toalla, botiquín personal y una mochila pequeña.
PARQUE NACIONAL TANJUNG PUTING
Convertido en espacio protegido en 1982, Tanjung Puting fue el primer parque dedicado a la protección de los orangutanes. En el parque hay tres centros dedicados a esta tarea y los tres merecen una visita.
Camp Leakey: Fundado en 1971 por la profesora Birute Galdikas, hoy sirve como centro de investigación y acoge a orangutanes de todas las edades, a los que se puede ver fácilmente merodeando por el centro.
Tanjung Harapan: en este centro los orangutanes recién llegados pasan por su primera etapa en el proceso de rehabilitación. Situado en medio de la selva, aquí los animales aprenden a desenvolverse en un medio semisalvaje. Hay varios senderos para observar a los orangutanes, un centro de información y alojamiento muy básico donde es posible pasar la noche.
Pondok Tanggui: los orangutanes que han superado la fase semisalvaje se mueven a este centro para la segunda etapa del proceso. Aquí se les sigue de cerca, pero se evita el contacto humano. Al final de esta etapa se considera que el orangután está preparado para regresar a la selva con éxito.
DÓNDE DORMIR
SEMARANG
Por falta de conexiones es necesario pasar una noche en Semarang, antes de volar al día siguiente hacia Borneo. Una buena opción es el Hotel Puri Garden, económico y muy cerca del aeropuerto.
P.N TANJUNG PUTTING
Aunque los más aventureros preferirán alojarse en un klotok, existe otra opción para aquellos que prefieren el confort. El Rimba Orangutan Ecolodge, construido a orillas del río Sekonyer y a la entrada del parque nacional, dispone de 35 confortables bungalows y ofrece todo tipo de tours para observar a los orangutanes. http://rimbaecolodge.com/
QUÉ COMER
La cocina indonesia es picante y especiada, aunque en los lugares turísticos suelen adaptarse a los gustos occidentales. Entre los platos típicos destacan los que utilizan como ingrediente principal el arroz, como el nasi kuning (arroz aromático) o el nasi goreng (arroz frito). El menú tipo indonesio está formado por un plato de arroz, una ensalada y un plato de pescado, generalmente a la parrilla o frito. Tratándose de un país insular no es de extrañar que el pescado y el marisco estén siempre presentes. Los postres se basan en frutas frescas, ya que los productos típicos de repostería suelen consumirse a media tarde, a modo de merienda. Como ocurre con otras cocinas asiáticas, la presentación es muy importante, siendo habituales las hojas de banano o las flores para adornar los platos. La población local suele comer con la mano, por lo que los cubiertos se limitan a las zonas turísticas.
QUÉ COMPRAR
Los mercadillos indonesios, llamados ‘pasar’, son un paraíso para los amantes de las compras, especialmente para todo lo que tenga que ver con la artesanía. En ellos encontrareis excelentes trabajos en madera, hermosos tejidos hechos a mano (batiks, sarongs…), joyas en oro y plata, pinturas, porcelanas, máscaras, muebles, trabajos de cuero, ratán, cestería y bambú, así como interesantes antigüedades.
MAS INFORMACIÓN
www.orangutan.org/rainforest/tanjung-puting-national-park
Información detallada sobre el parque, proyectos de conservación y programas de voluntariado.
Salida desde Mar del Plata, recorriendo Balcarce con descripción de los sitios de interés, seguimos a los Pinos, poblado inagurado en 1907 a 15 kms. de Balcarce, continuamos a San Agustin, fundado en 1909, pero con 500 hab. en las décadas del´50 y '60 cuando alcanza un total de 5.000 hab., y final del recorrido en Mechongue, pueblos de 1911,
En Mundo Ap Portas viajamos a Turquía , Líbano, Israel, Palestina, Jordania y Egipto rn un Nuevo descubrimiento de los mejores destinos turísticos del mundo. Con un desafío mucho mayor por delante, el empresario de viajes, Eugenio Cox, hace un tremendo esfuerzo por sacar adelante un gran proyecto en uno de los lugares más importantes del mundo, la cuna de la civilización, donde María Gracia se encuentra con el desafío de retratar el viaje con la ambición de una nueva exposición fotográfica como lo fueron sus dos anteriores en Africa y Asia.
En la serie A lo largo del Mekong, el destacado cocinero, Luke Nguyen, nos guia por un viaje culinario a lo largo de la región del Gran Mekong, en el sudeste asiático. Tomando como punto de partida la provincia de Yunnan, en China, Luke nos descubre sus platos más típicos, sus mercados y los alimentos habituales que consumen muchas de las etnias de la zona. Continúa por Yangon, Shan, norte de Tailandia, etc. En definitiva, este intrépido viajero cocinero nos muestra cómo es la forma de vida de la región de Mekong. Puedes ver el capítulo completo en nuestro canal de televisión. Consulta dónde vernos en el siguiente enlace: http://canalcocina.es/television/donde-ver-canal-cocina
Muchas Gracias a los comentarios si se darán cuenta hay Dos lugares que ni yo conocía pero gracias a sus comentarios ahora una gran parte de nosotros sabe que existe, y Muchas gracias por sus Suscripciones. No pretendo viiolar los derechos de Copyright de nadie, solo es algo por asi decirlo de Ocio y educativo, Los videos de aqui son ideos de Usuarios que han subido al mismo Youtube, Gracias !
La Isla Roatán, es la mayor de las Islas de la Bahía en Honduras, se encuentra entre las islas de Utila y Guanaja. Tiene 45 kilómetros de largo, por menos de 8 km en su punto más ancho y está situada a 30 millas de la costa hondureña.
Hoy comienza una nueva edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Un acontecimiento cultural muy importante que durante casi dos meses atrae a Mérida a miles de personas de todo el país. En Tu Empleo analizamos el impacto económico y laboral que directa o indirectamente se produce gracias al festival. Para más: http://www.canalextremadura.es/tv/programas/tu-empleo
En la absoluta riqueza de paisajes de nuestra tierra podemos encontrar casi al lado playas, acantilados y campos de cultivo. Mezclando ocle con pación, pulpos con vaques o bufones con puentes, caminaremos hoy, desde Cuevas del Mar hasta los bufones de Guadamía, al lado de la nieta de Lola "la Maraca", una neña que canta y actúa, María González, mitad de Oviedo y mitad de Luarca.
Córdoba, en Andalucía, celebra cada mes de mayo su famoso Festival de Patios, una tradición declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2012 y que abre al visitante muchos de los patios del casco viejo durante unos días. El Festival es un concurso en el que se valora la belleza de los populares patios de la ciudad, que llenan las calles de color, aroma a jazmín y azahar y ritmos flamencos.
Roatán, located between the islands of Útila and Guanaja (16°23' 86°25' / 16.38°N 86.42° / 16.38; -86.42), is the largest of Honduras' Bay Islands. The island was formerly known as Ruatan and Rattan. It is approximately 60 kilometres (37 mi) long, and less than 8 kilometres (5.0 mi) wide at its widest point.
La Isla Roatán, es la mayor de las Islas de la Bahía en Honduras, se encuentra entre las islas de Utila y Guanaja. Tiene 45 kilómetros de largo, por menos de 8 km en su punto más ancho y está situada a 30 millas de la costa hondureña.
Debido a los problemas politicos de Honduras ( -Video date: Finales de Octubre 09 -) ,,, eramos MUY pocos en la Isla ! ... Entre semana como vos podés ver solo dos humanos en esa playa ... orales !
DRV
De la mano de “Amélie” hemos paseado por las calles de Montmartre; con “El Código da Vinci” nos adentramos en los misterios del Barrio Latino; con “Frenético” seguimos a Harrison Ford hasta la pequeña estatua de la Libertad sobre el Sena... Son muchas las películas que se han rodado en París y que nos han inspirado para viajar a la capital francesa.
Estas son 10 inspiraciones de cine para descubrir París.
Fue realmente un amor a primera vista. Atisbando desde el avión las primeras costas de la isla de La Española bajo el sol de la media tarde, la impresión es de absoluto arrebato. El almirante Colón tardó 40 días en descubrirla ¡pero yo lo he hecho en 8 horas! Al salir del aeropuerto de Aila, en Santo Domingo, la tierra me besa las mejillas y me parece que ya se me escapa el cuerpo, mientras el aire con olor a lluvia me dice: “Quiéreme como te quiero yo a tí.” Y el Caribe me da su amor como si fuera la miel de mi vida.
La capacidad que posee la República Dominicana para conquistar nuestro espíritu, la convierte en ese paradigma que dice que la realidad pende del hilo de lo inverosímil
Situada en un mundo, el Caribe, que reúne los tópicos más trillados que se pueda imaginar, Dominicana luce su fresca
creatividad, no sólo explotándolos al máximo, sino dándoles la vuelta para darte a entender que hay que ir más allá, que no es necesario desear demasiado para tenerlo todo.
Ahora que me llevan al corazón de Santo Domingo, mientras el cielo amenaza aguacero -¿será de yuca y té?-, entiendo que mis reticencias a visitar el Caribe eran ridículas, pero comprensibles. Si es difícil atrapar el carácter de esta tierra con la cámara, aún lo es más con las palabras, y disculpo a cuantos trataron de hacerlo, porque lo que se impone es el puro fluir dominicano de la vida. Su espíritu mágico.
CIUDAD FUNDADA EN DOMINGO
Desde la habitación de mi hotel contemplo el bonito paseo marítimo llamado “El Malecón”, una sucesión de palmeras, hoteles y establecimientos de lujo, y un barquero que se dirige hacia sus amarres en el puerto de La Marina. El cielo está cargado de nubes -y en el Caribe esto da risa a quien aún no lo conoce- pero me digo que, siempre y cuando no llueva café, voy a dedicar la mañana a recorrer la zona colonial de la capital del país, Santo Domingo.
La zona colonial de la ciudad impresiona incluso al menos amante de la historia, porque, para empezar, Santo Domingo fue el primer asentamiento de los descubridores españoles que aguantó el paso del tiempo. La fundó el hermano del almirante, don Adelantado Bartolomé Colón, quien haciendo honor a su nombre colocó la primera piedra, en 1496. Cinco años después del descubrimiento del Nuevo Mundo. Entonces se la llamó Nueva Isabela (y es lícito: Isabel I de Castilla financió la travesía de los hermanos Colón y los rumbosos Pinzón), siendo trasladada en 1502 al margen occidental del río Ozama, donde hoy la disfrutamos. El cambio de ubicación trajo un nuevo nombre, y aunque las crónicas de la época no se pusieron de acuerdo sobre su origen, para mí gana la de Bartolomé de las Casas (el defensor de los derechos de los indios) quien dictaminó: “porque el día que llegó allí (Bartolomé Colón) fue domingo y por ventura el día de Santo Domingo.”
La capital dominicana fue lógicamente primeriza en casi todo. Además de su privilegiada situación, ésta contó con el primer hospital de las Américas, el primer monasterio, las primeras escuelas, la primera universidad y el primer obispado. Aquí se organizaron las primeras audiencias reales, y durante décadas Santo Domingo fue el punto de partida de muchas exploraciones que embarcaban a la conquista del Nuevo Mundo, dando pie a que Felipe II la llamara “Llave de las Indias Occidentales.” Por las callejas, plazas y avenidas de la primera ciudad española del Nuevo Mundo, se pasearon celebridades como Bartolomé de las Casas, conquistadores como Diego Velázquez, Hernán Cortés y Ponce de León, predicadores como Antonio de Montesinos, y escritores de la talla de Tirso de Molina.
A mí este capítulo de la historia americana no me impresiona excesivamente (las palabras “conquista” y “descubrimiento” me estremecen), pero en Santo Domingo ver esas primeras piedras de un mundo que se inventaba a sí mismo, me produce una mezcla de emociones. Censuro el talante rapiña de los conquistadores, pero de haber nacido en el s. XV, seguro que me hubiera embarcado en una de sus carabelas ¡aunque fuese de polizón!
Por la calle de Las Damas, que cruza el centro histórico de la ciudad, mi inquietud se hace eco en sus mayores edificaciones: el Alcázar de Colón, el Museo de las Casas Reales (de los mejores de América), el Panteón Nacional, el Palacio Borguellá, la Casa de Bastidas y la monumental Fortaleza de Ozama.
Contemplando la Catedral de Santa María la Menor, cuya fecha de construcción (1521-1541) la convierte en la más antigua del Nuevo Mundo, un trueno rasga el cielo y empieza a llover. La lluvia es caliente pero no por ello empapa menos. Cruzada la calle de El Conde me refugio bajo un toldo. Un rótulo dice: “colmado El Romance”. En una radio suena merengue, y unos hombres sentados en sillas me invitan a entrar. En el mostrador pido algo reparador y pronto aparece un vasito con un líquido dorado. Lo bebo de un sorbo, y me doy cuenta que acabo de iniciarme en uno de los placeres de la isla: el ron.
SABOR A RON Y MERENGUE
La experiencia del Caribe dominicano es imposible imaginarla a palo seco. La exuberancia de la isla propicia el cultivo de ricos cañaverales, en gran medida destinados a la destilación de un aguardiente, que después de destilado y envejecido, se convierte en el licor por excelencia del Caribe. El consumo que se hace de él en Dominicana, va estrechamente ligado a la necesidad visceral de expresar la alegría de vivir mediante el baile. Y si la bebida nacional es el ron, el pueblo dominicano vibra del día a la noche al compás de su música, el merengue. Se oye por todas partes de forma constante, y acaba por ser la melodía perenne que sigue nuestros pasos. Al europeo se le caen los corsés que llevaba, y si el baile no es su fuerte, no tarda en dejarse llevar por esta forma rítmica de comunicarse con la vida.
Si añadimos que el espacio físico de la isla de La Española es lo más parecido a un regalo de Dios, se comprende porqué la Dominicana es líder entre los destinos turísticos. La isla reúne la mayor variedad de paisajes del Caribe. Verdes valles entre sierras, sabanas ganaderas, bosques tropicales, lagos, espectaculares caídas de agua y manglares. Tiene el mayor lago de las Antillas -Enriquillo- y la montaña más alta del Caribe, el Pico Duarte (3175 m).
Sin embargo, el turista viene básicamente a la Dominicana a disfrutar de un asombroso catálogo de excelentes playas, muchas de ellas consideradas entre las mejores del mundo.
LAS PLAYAS MÁS HERMOSAS DEL MUNDO
La pasión que despierta Dominicana entre los amantes de la playa y el mar, se comprende en cuanto uno llega a su costa del este Atlántico. Desde Punta Cana hasta la península de Samaná se extiende el litoral playero más espectacular de la isla y dicen que uno de los más hermosos del mundo. Un arrecife coralino paralelo a la costa sirve de perfecta protección a las infinitas playas de arena blanca, donde el agua adquiere todas las tonalidades del color turquesa. Aquí se levantan la vanguardia de los complejos hoteleros del país, y se agradece que sus empresarios -encabezados por españoles- hayan respetado el Paraíso con construcciones de lujo que apenas alteran el paisaje de ensueño que impera por doquier. Hoy, las playas de Punta de Coco, Punta Cana, Bávaro y Macao son mecas para aquellos que buscan la posibilidad de disfrutar de un marco que parece concebido exclusivamente para disfrutar.
La rica somnolencia del espíritu costero del Este tiene su mejor contrapunto en la vivacidad isleña que encontramos en su Norte y en la colorista ciudad de Puerto Plata, la novia del Atlántico. La exuberancia tropical del paisaje es prodigiosa y uno puede escoger entre la gran oferta hotelera de Playa Dorada, las mejores olas para practicar el surf de Playa Grande y Cabarete, la vida nocturna de Sosúa y la tranquilidad de Río San Juan. Si con ello aún no tenemos suficiente, o quizá un exceso de todo, la península de Samaná posee reductos de parajes intocados donde los más osados se pueden encontrar playas casi vírgenes, como Playa Bonita y Playa El Corazón.
BELLEZA CRIOLLA EN EL INTERIOR
Desde Puerto Plata parte la carretera que a través del valle del Cibao, la conecta con la ciudad de Santiago de los Caballeros, y posteriormente con la misma capital de Santo Domingo, al otro extremo de la isla.
La hidalga Santiago es la segunda ciudad del país, cuna de la nobleza criolla, del ron y el tabaco, así como el lugar donde se dieron los primeros pasos del merengue.
La belleza natural del valle del Cibao, palabra que en idioma taíno -los indios originales de la isla-, significa “muchas cimas y montañas”, hizo que Colón lo describiera como “las tierras más hermosas que ojos humanos hayan visto.” Y junto a la carretera veo un letrero inmenso que simplemente dice: “Te amo”. Aquí se encuentran las tierras más fértiles del país y el granero agrícola que lo abastece. Su frondosa vegetación está salpicada de ríos caudalosos, cascadas y espectaculares saltos de agua como el Salto de Jimeona, a un paso de Jarabacoa, renombrado lugar de descanso enmarcado por un idílico paraje de coníferas.
República Dominicana me ha ofrecido un matrimonio sagrado que durará toda la vida. Solamente espero que ella me quiera “como te quiero yo a tí”, “entregándome su amor sin medida”. Buscándome como la abeja busca al panal.
QUÉ SE DEBE SABER
Clima. La temporada alta es de diciembre a abril, los meses más agradables del año en los que se registran las temperaturas más bajas y menos precipitaciones. Los períodos de lluvias son de mayo a junio y de septiembre a noviembre. Siendo un país de clima templado por excelencia, las temperaturas oscilan entre los 18 y los 27ºC, suavizadas por los alisios del Atlántico.
Precauciones sanitarias. No es necesaria ninguna vacuna para entrar en el país. No obstante se recomienda llevar a la práctica los siguientes consejos:
No beba agua embotellada o bebidas con hielo que no proceda de agua purificada.
Evite la fruta ya pelada y los alimentos crudos.
Cómo desplazarse. Junto a la amplia variedad de excursiones organizadas que proporcionan los touroperadores del país -la mayoría de los hoteles importantes están en contacto con ellos-, existen muchas formas de poder desplazarse por la Dominicana. Por otra parte es un país que se puede recorrer de un extremo al otro en un día. Además de poder alquilar un coche o una moto, hay taxis, carros públicos (transporte urbano), autobuses, guagua (minibuses), camionetas, matoconchos (motocicletas que hacen servicio de taxi) y avionetas para excursiones aéreas.
QUÉ SE DEBE VER
EN SANTO DOMINGO
La capital del país puede considerarse única por tratarse del primer asentamiento de los descubridores españoles que aguantó el paso del tiempo en el Nuevo Mundo. Su zona colonial constituye el centro histórico que reúne todos los edificios destacados de la ciudad, situados en una reducida área que se puede recorrer a pie. Los más destacados son:
Alcázar de Colón. Levantado entre 1509 y 1512, con una mezcla de estilos gótico y múdejar, y también conocido como la Casa de Colón; de hecho el almirante nunca vivió aquí, aunque sí lo hicieron su hermano Bartolomé y su hijo Diego.
Atarazana. Es una calle que bordea el Alcázar. Durante la época colonial fue la sede de los arsenales, los depósitos reales y la aduana. Actualmente, sus casas albergan restaurantes, tiendas y galerías de arte.
Casa del Cordón. Construída a primeros del siglo XVI, es la casa de piedra más antigua de Santo Domingo. Su nombre se debe al cordón de la orden franciscana que hay esculpido en su portal.
Museo de las Casas Reales. El edificio albergó en el siglo XVI el Palacio de los Gobernadores y Capitanes Generales, la Real Audiencia y la Tesorería Real. Hoy en día es uno de los mejores museos de América. Sus objetos abarcan desde la llegada de los españoles hasta la primera independencia, en 1821.
Hostal Nicolás de Ovando. Antaño residencia del gobernador Ovando, en la actualidad es un hotel muy bien conservado, una de las joyas del arte gótico isabelino en América.
Panteón Nacional. Edificio levantado el siglo XVIII como iglesia de los jesuitas. Desde entonces se ha utilizado como teatro y almacén de tabaco.
Hoy acoje los restos de muchos hombres ilustres del país.
Fortaleza Ozama. Magnífico fuerte de piedra levantado por Ovando y que alcanzó su mayor esplendor en 1530.
Catedral de Santa María la Menor. Construída en 1521-1541, es la catedral más antigua del Nuevo Mundo, declarada por Pablo III Catedral Metropolitana y Primada de América, con superioridad eclesiástica sobre las demás del continente. Conservó los supuestos restos del almirante Colón hasta su traslado, en 1992, al Faro de Colón.
Convento de los Dominicos. En su día fue sede de la Universidad de Santo Tomás de Aquino, primera de América. La iglesia, gótica, es la más antigua del Nuevo Mundo.
EN LA ZONA MODERNA
El Museo del Hombre Dominicano, la Galería de Arte Moderno, Teatro Nacional, Palacio Nacional y el Malecón, una hermosa avenida que se extiende a orillas del Caribe, con los mejores restaurantes, bares, discotecas, cines y hoteles de la ciudad.
PLAYAS
Aquí detallamos las mejores playas de la Dominicana según las tres divisiones administrativas con las que cuenta el país.
Región Sur o Caribe
Boca Chica. Considerada la playa de Santo Domingo, a 30kms. de la misma. Particularmente popular entre los capitalinos, ofrece la más variada oferta hotelera del país.
La Romana. Con el enorme complejo turístico de Casa de Campo, con su playa Minitas y los Altos de Chavón. Otras playas son Dominicus, Bayahibe y las de las islas Catalina y Saona.
Barahona. Esta zona sureña, particularmente atractiva, aún está en fase de desarrollo de cara al turismo internacional, pero posee una de las costas más espectaculares de la isla. Sus playas son: La Saladilla, El Quemaíto, Baoruco, La Ciénaga, San Rafael, Paraíso y Los Patos.
Región Este
Punta Cana. Las playas de Punta Cana y sus alrededores (también conocida como Costa del Coco) son mundialmente famosas por su excepcional belleza y por contar con los complejos hoteleros más recientes y mejor equipados: Playa Juanillo, Cabeza de Toro, Playa Bávaro, Macao, Playa del Muerto y Cortecito.
Región Norte o AtlÁntica
Puerto Plata. Junto a la novia del Atlántico fue donde se crearon los primeros centros turísticos del país. Sus mejores playas son: Playa Dorada, Long Beach, Sosúa, Cabarete, Río San Juan, y Punta Rucia, de camino a Monte Cristi.
Península de Samaná. Para amantes de playas vírgenes y recónditas: Las Galeras, Playa el Rincón, Playa Puerto Escondido, Playa Bonita, Playa El Cozón y los cayos Levantado y Limón.
PARQUES NACIONALES
Junto a la belleza de sus playas, la Dominicana también cuenta con un buen número de Parques Nacionales en los que se aprecia la gran variedad paisajística de la isla y sus tesoros naturales.
Parque Nacional del Este. Una de las reservas de animales más importantes del país, con más de 100 especies de aves y todos los mamíferos de la isla.
Parque Nacional de los Haitises. Junto a la bahía de Samaná, este parque de peculiar formación geológica, posee una vegetación densa, con abundancia de pájaros tropicales.
Parques Nacionales de José del Carmen Ramírez y Armando Bermúdez. Poseen las mayores cumbres del Caribe con el Pico Duarte (3.175 m.) a la cabeza. Su ascenso comprende una excursión de 2 a 3 días.
Parque Nacional de Monte Cristi. El paisaje es árido y su vegetación es típica del bosque seco subtropical.
QUÉ COMER
Muchos platos dominicanos son variaciones de especialidades españolas. De esta manera, el cocido se transforma en sancocho, y la paella en locrio criollo, la diferencia es que éste se colorea con bija y no con azafrán. Otras especialidades con renombre son: el mondongo, que sería el equivalente dominicano de los callos, el bandera dominicana, elaborado a base de arroz blanco cocido, judías pintas, ternera o pollo guisado o frito, el chivo guisado, los chicharrones de cerdo, el pescado con coco y el mangú o puré confeccionado a base de plátanos verdes.
Como en toda la área del Caribe, hay gran variedad de frutas:
piña, coco, mango, guanábana, papaya, toranja, zapote y tamarindo, propiciando la mayor variedad de zumos de frutas que uno se pueda imaginar.
Las bebidas nacionales, el ron y la cerveza, son de gran calidad. Entre ellos destacan el ron añejo de las marcas Bermudez, Barceló y Brugal. La mejor cerveza es la de la marca Presidente, siempre servida helada.
QUÉ COMPRAR
La artesanía dominicana es muy variada, destacando fundamentalmente las figuras talladas en madera de caoba y guayacán, así como figuras en concha de caracol y de carey, cuero, objetos en acerina, cuerno y larimar, una piedra semipreciosa. También son muy típicas las “muñecas sin rostro” de cerámica, las mecedoras confeccionadas con madera de caoba y guano, los sombreros y sombrillas elaborados con palma, las pinturas primitivas o naif de vivos colores, y especialmente el ámbar, la joya nacional.
MÁS INFORMACIÓN
Oficina de Turismo de la República Dominicana (España):
www.godominicanrepublic.com